Decenas de muertos en Tijuana por los narcos

México (Joaquim Ibarz – Corresponsal de La Vanguardia)

Tijuana ha sufrido la peor semana de terror y violencia, con 62 asesinatos atribuidos a los cárteles de la droga. En la ciudad fronteriza con EE.UU. se han registrado en lo que va de año unas 430 muertos relacionados con el narcotráfico. Para evitar más muertes, la alcaldía ha pedido a la población “no salir de casa y mantenerse en resguardo”.

Ante las amenas de “incrementar las balaceras”, que difunden los criminales a través de la propia frecuencia de radio de la policía, se alertó para que los vecinos tomen precauciones si salen de casa. En centros nocturnos se avisó del peligro. En Tijuana aumenta el miedo, el nerviosismo y desconcierto por no saber qué está pasando. El temor crece pese a que cientos de militares patrullan las calles con vehículos blindados.



“Tijuana bajo fuego”, titula el diario “Reforma” al informar sobre las matanzas. Tijuana se convirtió en campo de batalla dispuesto para una guerra entre bandas criminales. “Muertos, heridos, balaceras, hallazgo de armas de grueso calibre, sangre en coches abandonados, casquillos por doquier, en varios barrios se escucharon ráfagas. Es el saldo de un día sangriento”, destaca el periódico “El Mexicano”, de Tijuana.

El aumento de la violencia en esta ciudad de Baja California, de dos millones y medio de vecinos, se atribuye a una pugna entre dos grupos mafiosos por controlar la venta de droga en la ciudad (se estima que en Tijuana hay unos 200.000 drogadictos, el mayor índice per cápita de México) y las rutas de acceso al mercado de EE.UU. De hecho, según las autoridades estadounidenses, el flujo de narcóticos de México a EE.UU. tiene un valor estimado de 14.000 millones de euros al año. Gran parte de esa mercancía ilegal pasa por Tijuana, el punto fronterizo más transitados hacia EE.UU.

Los asesinatos presentan rasgos comunes; todos los cadáveres aparecen amordazados y maniatados, torturados, desnudos o sin parte de la ropa, con la cabeza cubierta con una bolsa de plástico y con tiro de gracia. Algunos han sido decapitados o han sufrido otras amputaciones. Desde que el Ejército y la Policía Federal intensificaron el combate al tráfico de drogas hace dos años la violencia no ha dejado de aumentar en México.

La semana se inició con la aparición de 16 cadáveres en las calles, 12 de ellos en un baldío, siete tenían cortada la lengua. En días siguientes, las ejecuciones en grupo se repitieron y continuaron los hallazgos macabros; algunas víctimas fueron colgadas y otras metidas en barriles con ácido. El sábado fueron encontrados once cadáveres, cinco asfixiados en un vehículo. Los cuerpos estaban semidesnudos con señales de tortura y amarrados de pies y manos.

Dos decapitados fueron hallados envueltos en mantas. Las cabezas aparecieron en bolsas de plástico. Un cartón dejado junto con los cuerpos decía: «Muertos por bocones (soplones)”.

Los asesinatos, decapitaciones y tiroteos se han incrementado en todo México desde que el ejército y la policía intensificaron sus acciones contra el narcotráfico hace casi dos años. El sábado, un grupo armado mató al alcalde de Ixtapan de la Sal, un poblado al suroeste de la Ciudad de México. El despliegue de 35.000 militares por las calles y carreteras de varios estados no ha servido para contener la violencia; al contrario, el número de muertos se duplicó.

Rommel Moreno, fiscal del estado de Baja California, dijo que la sucesión de enfrentamientos y masacres es parte de una disputa entre dos grupos rivales del cartel de los Arellano Félix por el control del tráfico de droga. Las víctimas son en su mayor parte pequeños narcotraficantes al servicio de uno u otro bando.

Las últimas ejecuciones estaban anunciadas, ya que desconocidos interrumpieron la frecuencia radial de la policía para advertir a los policías municipales, estatales y ministeriales que se trata de acciones contra el narcotraficante conocido como El Ingeniero, uno de los “herederos”de los Arellano Félix.

El combate al narcotráfico se ve dificultado por el alto grado de corrupción de jueces, fiscales y policías. Además, en Médico no se han adoptado medidas para impedir el blanqueo de dinero (es posible hacer grandes compras en efectivo) ni para tener un control mínimo sobre los propietarios e los teléfonos celulares. La propia fiscalía admite la poca confiabilidad en los cuerpos policiales. En el Distrito Federal se anuncia que serán despedidos 3.000 agentes por corruptos. En Tijuana las autoridades han prohibido, desde la semana pasada, el ingreso de nuevos policías para «evitar que se contaminen».