El ‘monstruo de Amstetten’ también encerró a su madre

La hija del ‘monstruo de Amstetten’ detalla su tortura.

Un informe psiquiátrico asegura que Josef Fritzl no sufre ninguna enfermedad mental.

Tres hijos del ‘monstruo de Amstetten’ vuelven a clase.



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Josef Fritzl justifica su comportamiento en que fue maltratado en la niñez por su progenitora

El País

EFE – Viena – 30/10/2008

Josef Fritzl, el jubilado austriaco que durante 24 años secuestro y violó a su hija Elisabeth en el sótano de su casa, ha confesado que también encerró durante años a su madre hasta su muerte en 1980 en el piso superior de la vivienda, en el que tapió las ventanas con ladrillos para que no viera nunca más la luz de sol. Así lo señalan hoy el diario sensacionalista Österreich y el semanario News en sendos reportajes, citando el informe psiquiátrico elaborado para el juicio.

El detenido relató a la psicóloga Adelheid Kastner la tormentosa relación de amor y odio que le unía a su madre. Aseguró que, si bien es cierto que su progenitora le crió sola, no le dio amor. "Me pegaba y me pateaba hasta que me caía al suelo y sangraba", declaró. Y confesó que temía a su madre más que a ninguna otra cosa y que la odiaba por sus continuos insultos, en los que le llamaba "satán, inútil y criminal", y le prohibía practicar deportes y tener amigos.

Fritzl adquirió su casa natal en Amstetten en 1959, y al poco su madre fue a vivir con él y con su esposa. Aunque no se sabe con exactitud cuánto tiempo tuvo encerrada a su madre, algunos medios locales llegan a especular con que fueron 20 años.

En el informe psiquiátrico se subraya la falta de empatía de Fritzl con el sufrimiento ajeno y la instrumentalización de los demás en beneficio propio, algo producido por la falta de afecto en su niñez, que le ocasionó una gran inseguridad. Esa inseguridad la intentó ocultar con una creciente tendencia despótica sobre las personas que le rodeaban y que incluso le llevó a decir que siempre quiso "poseer a una persona".

"Nací para la violación"

Antes de encerrar a su hija Elisabeth en un sótano, Fritzl ya había sido acusado de haber violado a una mujer a finales de los años sesenta. A través de su comportamiento sexual y de la brutal dominación de las mujeres, Fritzl pretendía compensar las humillaciones sufridas de parte de su madre, según el informe. Él mismo aseguró a la psiquiatra que le entrevistó: "Nací para la violación y, pese a ello, aún me contuve largo tiempo". Fritzl era incapaz de ver los riesgos o consecuencias de sus actos y era capaz de adaptar su visión del mundo a sus expectativas, de acuerdo con los psiquiatras.

Durante los 24 años que estuvo encerrada en el sótano, Elisabeth dio a luz a siete niños. Uno murió poco después de nacer y tres fueron adoptados oficialmente por Josef y su esposa, Rosemarie, tras simular que la hija madre había huido para refugiarse en una secta desconocida y había abandonado a sus bebés delante de la casa de sus padres. Los otros tres hijos-hermanos de Elisabeth nacieron y vivieron siempre bajo tierra, sin ver la luz del sol hasta el pasado mes de abril.

La hija del ‘monstruo de Amstetten’ detalla su tortura

El diario británico ‘The Sun’ publica las declaraciones de Elisabeth Fritzl ante el juez

ELPAÍS.com – Madrid – 10/09/2008

Por primera vez Elisabeth Fritzl, la hija de 42 años del llamado monstruo de Amstetten, Josef Fritzl, ha hablado sobre los horrores que durante casi 25 años sufrió en el sótano de la localidad austriaca en la que permaneció recluida contra su voluntad y donde dio a luz a siete hijos engendrados por su propio padre.

Liberada el pasado mes de abril, Elisabeth ha narrado ante el juez las vejaciones a las que ella y sus hijos fueron sometidos. Las declaraciones han sido publicadas por el tabloide británico The Sun y recogidas por The Times.

La mujer afirma que llegó a ser violada hasta tres veces en una semana y que si intentaba resistirse eran sus hijos quienes lo pagaban. Asegura que Fritzl les amenazaba con dejarles morir de hambre y pudrirse si no se plegaban a su voluntad.

"Fue brutal conmigo", relató Elisabeth a la juez Andrea Humer. "Si no aceptaba mantener relaciones sexuales con él entonces los niños sufrirían. Sabíamos que nos pegaría o que sería malo con nosotros", añade. "Decía que podía cerrar la puerta cuando quisiera y que entonces veríamos cómo íbamos a sobrevivir", afirma Elisabeth quien asegura que siempre creyó las amenazas de su padre.

"Era omnipotente"

La mujer afirma que, cuando Fritzl no estaba, en el búnker trataban de llevar una vida lo más convencional posible. "Cuando se iba nosotros vivíamos nuestra propia vida; pero cuando él estaba allí todo era silencio. Simplemente era omnipotente".

"Se comunicaba mediante palabrotas. Me insultaba a mí, a los niños. Cuando estábamos a la mesa y alguien cogía mal el cuchillo o no quería comer entonces había abusos verbales. No dejaba que los chicos desarrollaran su propia personalidad. Simplemente no dejaba que los niños tuvieran su propia voluntad", declara Elisabeth ante la juez Humer.

Elisabeth vivía junto a una de sus hijas y dos niños en un búnker sin ventanas y con la puerta bloqueada, construido por el propio Fritzl bajo su casa en Amstetten. Otros tres hijos de la mujer vivían con el matrimonio Fritzl en la superficie.

Un séptimo vástago, un bebé al que Elisabeth dio a luz en el sótano, murió al poco de nacer. Los supervivientes fueron liberados cuando la hija mayor, Kerstin, enfermó súbitamente y fue llevada la hospital tras los ruegos de Elisabeth a su padre.

Un informe psiquiátrico asegura que Josef Fritzl no sufre ninguna enfermedad mental

Fuentes judiciales creen improbable que el juicio contra el acusado de encerrar y violar a su hija Elisabeth durante 24 años comience antes de que acabe el año

EFE – Viena – 13/10/2008

Josef Fritzl, el jubilado austriaco acusado de encerrar y violar durante 24 años a su hija Elisabeth, con la que tuvo siete niños, ha sido sometido a seis sesiones de entrevistas con una psiquiatra tras las cuales se ha emitido un informe que "descarta" que el acusado sufra algún tipo de enfermedad mental, según informará el diario Der Standard en su edición de mañana. Aunque el texto no es público, el rotativo austriaco cita a "círculos judiciales bien informados" al revelar el contenido del peritaje realizado por la psiquiatra Adelheid Kastner.

El documento califica de "imposible" que Fritzl estuviera en estado de embriaguez permanente durante los 24 años que duró el cautiverio y las reiteradas violaciones.

La Fiscalía de Sankt Pölten, donde está detenido Fritzl, anunció ayer que el pliego de denuncia contra el presunto violador estará listo en unas tres semanas. Luego, el acusado, de 73 años, tendrá un plazo de 14 días para presentar objeciones. Por ello, fuentes judiciales mencionadas por Der Standard consideran improbable que el juicio puede comenzar antes de que termine el año.

Fritzl se enfrenta a los cargos de privación de libertad, incesto y violación y podría ser también acusado de esclavitud y de homicidio, tras indicar un informe que uno de los hijos fruto del incesto y que murió 70 horas después del parto habría sobrevivido si hubiera recibido atención médica.

El juicio estará cerrado al público y sólo la lectura del pliego de acusaciones y los alegatos finales de los abogados serán retransmitidos.

Durante los 24 años que estuvo encerrada en un sótano, Elisabeth dio a luz a siete niños. Tres de ellos fueron adoptados oficialmente por Josef y su esposa, Rosemarie, tras simular que Elisabeth había huido del hogar para refugiarse en una secta desconocida y había abandonado a sus bebés delante de la casa de sus padres. Los otros tres hijos-hermanos de Elisabeth nacieron y vivieron siempre bajo tierra, sin ver la luz del sol hasta hace unos meses.

Tres hijos del ‘monstruo de Amstetten’ vuelven a clase

AFP – Viena – 31/08/2008

Tres de los hijos-nietos del austriaco Josep Fritzl, el monstruo de Amstetten, nacidos de las reiteradas violaciones de éste a su hija Elisabeth durante 24 años, regresarán a la escuela estos días. Se trata de los tres menores que fueron adoptados por Fritzl y su esposa, y que tuvieron una escolarización normal hasta que hace cuatro meses se descubrió el zulo donde vivían secuestrados su madre y sus otros tres hermanos, a los que no conocían.

    Pero el regreso a clase de los tres menores -de 12, 14 y 15 años- se efectuará ahora en condiciones de protección especial para evitar que sean molestados y perseguidos por un enjambre de reporteros.

    "La vuelta es inminente, como la de millares de familias en toda Austria", declaró al periódico austriaco Kurier el responsable de seguridad de la familia, en la clínica psiquiátrica donde los tres niños estaban ingresados junto a sus hermanos, su madre y su abuela. Los chicos siguen en la clínica con un protocolo de alta protección.

    Uno de ellos, la chica de 15 años, ya retomó sus estudios en junio, lo que le permitió, según Maria Hosa, directora de una escuela privada de Amstetten, terminar el curso con buenas calificaciones. Los jóvenes de 18 y 19 años que nunca salieron del zulo recibirán clases privadas, según el abogado de la familia.