Evo acepta «por ahora» acuerdo del Congreso, mientras planea cómo evadir su cumplimiento

El presidente Evo Morales lideró la marcha que llegó este lunes a la Plaza Murillo para presionar por el acuerdo congresal (foto ABI)

La presión internacional obligó a Evo Morales a desistir de sus intentos de, en la práctica, perpetuarse en el poder mediante dos reelecciones consecutivas y fueron los observadores internacionales presentes en el edificio del Parlamento quienes le hicieron ver la inconveniencia de “estirar mucho la pita”.

Los observadores de la Unasur tuvieron mucho que ver con el acuerdo logrado la tarde de este lunes cuando los marchistas estaban ya congregados en la plaza Murillo y sus ánimos no eran precisamente conciliadores. Los observadores hicieron ver lo inconveniente que resultaría para el propio gobierno que la marcha tuviera un desemboque violento o peor aún, se pusiera en peligro las vidas de los parlamentarios opositores.



En rápidos contactos con el vicepresidente Alvaro García Linera le transmitieron, además, que no consideraban  democrático pretender gobernar por tres periodos consecutivos como era el deseo y esperanza del MAS y, más concretamente del presidente Evo Morales y de sus seguidores más obsecuentes.

El vicepresidente Alvaro García, quien no oculta su intención de ser el heredero de un esquema político al que le augura mucha vida percibió de inmediato la oportunidad que le brindaba el criterio de los observadores, expresado en forma totalmente clara y se apresuró a comunicarle al presidente Morales la imposibilidad de lograr dos reelecciones consecutivas.

Se sabe que Evo no recibió con mucho entusiasmo la noticia y es seguro que hubiera preferido una solución “por las malas” pero algunos allegados, durante la misma marcha que encabezaba, le hicieron ver lo peligroso de una actitud de este tipo cuando aún están presentes observadores internacionales.

Cuentan algunas personas que estaban próximas al palco oficial levantado en Plaza Murillo, que el presidente comentó que en un año de su primer periodo y otros cinco de un supuesto segundo, dispondrá del tiempo suficiente para hacer los cambios y asegurar la reelección indefinida, ahora lo importante era lograr esta reelección. Se trata, sin duda, de una muestra de pragmatismo político logrado a base de presiones, prebendas y chantajes, a los cuales se prestaron varios senadores y diputados de la oposición.