Jefes de prensa de medios gubernamentales son «guardianes» de la fe masista

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Los periodistas y camarógrafos tiene prohibido hacer, ni en broma, la más mínima crítica al gobierno.

Evo con "sus" periodistas en reciente entrevista en Red Patria Nueva (foto ABI)



 

Los permanentes ataques de Evo Morales a la prensa nunca fueron casuales ni respondieron a un momentáneo mal humor causado por algún injustificado ataque mediático. Se trata de toda una concepción que define en gran parte al proyecto político del MAS.

Se trata de un proyecto político abiertamente antidemocrático y es claro que dentro de esta concepción la libertad de prensa y expresión, terminan sobrando. No es casual que el actual portavoz gubernamental, Iván Canelas, haya sido el principal impulsor de una ley mordaza que ponía a los periodistas ante el evidente peligro de ser sometidos ante la justicia ordinaria por algún tipo de desliz, error o, finalmente, exceso, que pudieran cometer en el ejercicio de su profesión.

La constitución masista aprobada en Oruro y que el presidente Morales quiere imponer a como de lugar con la movilización de sus "organizaciones sociales", no deja lugar a duda y a partir de su aprobación todos los periodistas tendrán que andar, literalmente, con el testamento bajo el brazo o vivir a salto de mata con el temor que paramilitares encapuchados entren cualquier madrugada a sus casas y los saquen violentamente para llevarlos con rumbo desconocido.

Se trata de hechos que todos suponíamos enterrados en un pasado al que nadie quiere volver pero que sin embargo han recobrado una inquietante vigencia una vez que los periodistas están siendo objeto de un constante amedrentamiento y hasta agresiones directas. Los propios periodistas de los medios de comunicación oficiales son las primeras víctimas del actual estado de cosas.

Los pasados días se hizo cargo del departamento de prensa del canal 7, Jorge "Coco" Cuba, quien desde el primer momento se ha tomado muy en serio su trabajo y ha comenzado a presionar a todo el personal a quienes les exige "un absoluto compromiso con el proceso de cambio".

Es más, los periodistas y camarógrafos tiene prohibido hacer, ni en broma, la más mínima crítica al gobierno, al presidente Morales o cualquiera de sus ministros. Se les ha advertido que el transgredir esta disposición significará un desacato, lo que originará, en el mejor de lo casos, el inmediato despido.

Para sorprender a los posibles chistositos, se ha montado una red de escuchas (hay otras palabra más feas,"buzos", "alcahuetes") quienes se encargan de transmitir de inmediato cualquier comentario o broma y denunciar al transgresor para que caiga sobre él, con toda su majestad, la severa justicia masista.

Esta labor de los directores y jefes de prensa, no se da  solo en canal 7, sino también en la red Patria Nueva y la agencia de noticias, antes estatal, hoy gubernamental, ABI. Y hasta donde  se sabe es una tarea oficiosa, porque la totalidad de quienes hoy trabajan en los medios del Estado, se desviven diariamente por demostrar su compromiso y lealtad perruna con el gobierno, al punto de transgredir elementales normas de la ética periodística.

Mientras esto ocurre, el dirigente de la Confederación de Trabajadores de la Prensa de Bolivia el militante masista y excomunista, Remberto Cárdenas, hasta ahora no dice esta boca es mía y prefiere seguir disfrutando de las canonjías que le da un cargo al que nunca debió llegar pues nadie le conoce una mínima trayectoria periodística.