Termómetro político

El nuevo día

Sin observadores ni diálogo, el MAS se sentirá libre para ejercer toda la fuerza que crea útil a su estrategia. Y la estrategia del MAS necesita desarticular los movimientos autonomistas antes de los procesos electorales que se vienen.



I. Persecuciones políticas

La semana que pasó, fue tiempo de persecución política. No es nuevo utilizar el sistema judicial para perseguir a los rivales políticos.

El Gobierno, como viene prediciendo este Termómetro, ha decidido jugar duro. Imponer su constitución por las buenas o por las malas. Será una combinación: un poco por las buenas. Por ejemplo, con muchos votos. Y también un poco por las malas, por ejemplo, utilizando militares, policía, sistema judicial y movimientos sociales.

No es nueva la persecución en la democracia boliviana, lo que es nuevo es que la persecución política se instale en el medio de las relaciones de poder. Así será de aquí en adelante.

Ahora, la pregunta es si ese modo de gobernar funciona o no. En Bolivia nunca ha funcionado del todo. Es decir, la técnica de encarcelar a los rivales y gobernar sin límite alguno, es una técnica de difícil ejecución. Bolivia, su política, su economía y sus cosas son muy débiles y lo que hoy parece una pulmonía imparable, mañana es un resfrío.

2. Fracaso del diálogo

Por otro lado, el fracaso del diálogo muestra que el Gobierno tiene clara su agenda de poder: es una agenda convencida de que el MAS no necesita ningún pacto.

En efecto, la agenda del Gobierno es algo que el MAS manejará en solitario y que consiste en lo siguiente: aprobar la nueva constitución y viabilizar la reelección del presidente. A detalle:

Primero, el MAS por las buenas o por las malas, aprobará una ley para viabilizar un referendo por la nueva constitución. Este referendo se llevará a cabo este año y es previsible que gane el SI a la constitución del MAS con los votos de medio país sobre el resto.

Segundo, el Gobierno convocará a elecciones generales el próximo año. Elecciones en las que el presidente Morales -también previsiblemente- saldrá reelecto y además sacará un parlamento más cómodo.

Tercero, el MAS tratará de instalar un régimen que le permita reproducir el poder con soltura. Ello implica un régimen populista: el gobierno controlando la economía y el partido de Gobierno controlando la política y la propaganda.

El secreto de todos estos procesos electorales, desde el referendo por la nueva constitución, hasta la última votación que sea necesaria a la estrategia del Gobierno, es el sistema electoral: ese sistema en el cual confía el Gobierno, pero no la oposición.

La semana que viene

La persecución política será la nota dominante. El MAS tratará de meter presos a los líderes autonomistas. Incluidos los prefectos.

Hay que tomar en cuenta que durante los días pasados, con diálogo y con observadores internacionales en el país, el Gobierno se dio el lujo de impulsar una persecución dura; señal de que ahora, sin observadores ni diálogo, el MAS se sentirá libre para ejercer toda la fuerza que crea útil a su estrategia. Y la estrategia del MAS necesita desarticular los movimientos autonomistas antes de los procesos electorales que se vienen.

La otra nota dominante en la siguiente semana, será la aprobación de la ley para convocar el referendo por la nueva constitución. Otra vez: por las buenas o por las malas.

La temperatura política

En una escala del 1 al 10, donde 1 significa estabilidad y 10 significa inestabilidad, ¿cuánto le pone usted a la situación actual del país? La situación está en un 8, vienen tiempos duros.