Bolivia rompe con la DEA en la etapa crítica de lucha antidroga

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ESPECIAL. Fricciones datan desde que Evo era un cocalero.

Según policías, será difícil obviar informes de los estadounidenses.



Narcotráfico. Bolivia es el tercer país productor de cocaína. La erradicación forzosa fue sustituida por una voluntaria y nuevas medidas traen incertidumbre sobre el control del narcotráfico.

EL DEBER

Roberto Navia y agencias

El ‘matrimonio’ de más de 30 años entre el Gobierno de Bolivia y la oficina antidrogas de Estados Unidos (DEA), siempre tuvo periodos de gloria y de tormenta, pero esta vez, con el pedido del Presidente de la República para que suspenda operaciones en Bolivia, alcanza la máxima tensión y deja en la incertidumbre la tarea contra el narcotráfico, justo cuando más se necesita unir fuerzas para combatir este flagelo.

En este momento varias razones imponen que Bolivia refuerce la lucha antidroga: su condición de tercer productor de cocaína en el mundo, con más de 104 toneladas (Colombia 600 tn y Perú 290 tn), ubicación que la convierte en zona de tránsito para la cocaína peruana y el haber ingresado en la lista de países productores de marihuana (por lo menos mil toneladas incautadas en lo que va del año). Además, entre 2003 y 2007, el cultivo de coca en Bolivia se incrementó de 23.600 a 28.900 hectáreas (según la Oficina contra la Droga y el Delito de las Naciones Unidas, ONUDD).

A pesar del resquebrajamiento de las relaciones Bolivia-EEUU, la incautación de droga en los últimos 10 meses  ya superó cifras récord anteriores, según el informe del director de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Narcotráfico (Felcn), René Sanabria, quien detalló que en 10 meses de 2008 secuestró 25,5 toneladas de cocaína.

El jefe de Estado negó que con la salida de la DEA los cultivos de coca y la producción de cocaína se incrementen de manera alarmante en Bolivia. Anunció que se incluyó en el Presupuesto General de la Nación una partida para sostener la lucha antidroga con recursos propios y que confía en la labor de la Policía.

No obstante, la primera voz de alerta por la salida de la DEA de Bolivia la dio el ex director nacional de la Felcn, general Luis Caballero, quien advirtió que esta medida dejará a Bolivia aislada, sin coordinación internacional en el combate contra las drogas. Indicó que el alejamiento de la DEA significa un «vacío técnico» en lo referido a la acumulación, manejo, evaluación y análisis de Inteligencia a escala internacional.

El diputado por Podemos, Luis Alberto Pacheco, afirmó que el país quedará huérfano en servicio de Inteligencia, porque el 99% de las incautaciones de droga se hacía a través de información que la DEA proveía y que eso se lo logra con tecnología y dinero (más de $us 30 millones anuales que destinaba EEUU).

El Poder Ejecutivo anunció la creación de una unidad de Inteligencia para reemplazar a la DEA, que debe abandonar el país en tres meses, acusada de conspirar contra su gestión. No obstante, el ex viceministro de Defensa Social, Ernesto Justiniano, calcula que este año la producción de cocaína subirá a 125 toneladas y las plantaciones de coca a 31.000 hectáreas.

El Gobierno norteamericano, a través de un comunicado, indicó que la DEA en Bolivia tiene cinco oficinas: una en La Paz, un campamento base en Chimoré y oficinas residentes en Santa Cruz, Cochabamba y Trinidad. Aún tiene trabajando en el país 27 agentes especiales, dos pilotos y cinco analistas de Inteligencia.

La DEA abrió oficinas en La Paz en 1972 y se estableció en Cochabamba en 1986. El lazo que unió más las relaciones entre los gobiernos de Bolivia y de EEUU fue la aprobación de la Ley 1008 del Régimen de la Coca y Sustancias Controladas, del 19 de julio de 1988, durante el gobierno de Víctor Paz Estenssoro. Con ello empezaron fuertes campañas bajo la promesa de ‘coca cero’, lucha que se centró en Chapare ante la dura mirada de más de 40.000 familias cocaleras dirigidas por Evo Morales.

En 2006, la DEA ya sabía que con Morales en la presidencia, las cosas podían cambiar. En un informe ante el Congreso estadounidense, el jefe de operaciones, Michael Braun, anunciaba un nuevo reto para las actividades de la DEA. Alertaba que la administración Morales estaba frecuentemente enfrentada al tener que balancear la demanda de los campesinos de despenalizar la coca y mantener las obligaciones de erradicación adquiridas con la comunidad internacional. Kathryn Ledebur, directora de la Red Andina de Información (que analiza el impacto de las políticas antidrogas)  aconseja  que, con la elección de Barack Obama, redefinir y afinar la cooperación con EEUU en la lucha antidroga, y ve productivos los esfuerzos del Gobierno boliviano de buscar ayuda regional a través de Unasur, la OEA, entre otros.

  Entre luces y sombras  

– Bolivia no podía seguir amparando el narcotráfico que reinó en los gobiernos de la dictadura de los 70 y comienzos de los 80. Las exigencias internacionales hiceron que se abran las puertas a la cooperación externa, principalmente de los EEUU.

– Los resultados fueron tangibles a partir de 1988 con los programas de erradicación de la coca, las incautaciones de cocaína, la aprobación de la Ley 1008 y la extradición de ex autoridades, como Luis Arce Gómez que fue ministro de Gobierno de García Meza.

– La pasada semana, el Poder Ejecutivo dijo que entre otros motivos para expulsar a la DEA del país, está el hecho de la investigación de las cuentas bancarias de Evo Morales y de otros seis masistas el año 2003 por parte de dicha institución.

– El presidente Morales también explicó que la decisión de detener las actividades de la DEA fue tomada por “la dignidad” boliviana, pues la agencia antinarcóticos no respetaba a la Policía ni a los mandos militares. La DEA rechazó las acusaciones.

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Las fricciones datan desde que Evo era un cocalero

Narcotráfico. El auge de la droga se dio en tiempos de dictadura. La presión hizo que se aplique muerte civil a los narcos. El asesinato de Noel Kempff marca un antes y un después en la lucha

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Furia. La lucha antidroga se centró principalmente en Chapare. La erradicación causó muerte de campesinos y militares

El rechazo de Evo Morales hacia la DEA y otros organismos de apoyo de EEUU empezó mucho antes de convertirse en el inquilino del Palacio Quemado. En la segunda mitad de los 80, desde su puesto de dirigente máximo de las seis federaciones del trópico de Cochabamba, Evo ya calificaba a la Ley 1008 de draconiana y anticonstitucional porque presume la culpabilidad antes que la inocencia del acusado por delito de narcotráfico. 

Dicha ley fue aprobada por presiones internacionales y nacionales tras el asesinato del científico Noel Kempff, el 5 de septiembre de 1986, en la meseta de Huanchaca, ubicada en la provincia Velasco de Santa Cruz, donde narcotraficantes habían habilitado una pista de aterrizaje clandestina.

La última semana, el presidente Evo Morales acusó a la DEA de dedicarse a fomentar y proteger a grandes narcotraficantes en Bolivia y citó como ejemplo el caso Huanchaca. Dijo que cuenta con documentación sobre las labores de investigación política y seguimiento que realizaron los agentes de la DEA contra los dirigentes y líderes políticos del MAS. «Personalmente he visto, en Villa Tunari, a la DEA disparando contra el movimiento campesino cocalero el 27 de junio de 1988, cuando hubo un problema serio en Eterazama (…) Cinco muertos en un solo día», dijo el mandatario.

El rechazo a EEUU también lo manifestó en enero de 2000, cuando en medio de un conflicto por el mercado de la coca en Cochabamba, el oficialismo que gobernaba el país expulsó del Parlamento a Evo Morales.

Ernesto Justiniano, ex viceministro de Defensa Social, cree que la actitud de Morales  es por el dolor que siente a raíz del descubrimiento que se hizo de que algunos masistas estaban traficando con droga. “En vez de enojarse con sus correligionarios ha preferido pelearse con la DEA”, afirmó.

   Otras tareas contra las drogas   

– Proyecto. EEUU comenzó a desarrollar operaciones en 1987 con miras a tareas de erradicación e interdicción, a través del Departamento de Estado y su oficina de Asuntos Narcóticos Internacionales. Trabajó inicialmente en 12 países (Guatemala, Panamá, Costa Rica, Argentina, Brasil, Chile, Venezuela, Colombia, Ecuador, Bolivia, Perú y México). 

– Clave. La labor dependía de agentes que voluntariamente accedían a cumplir tareas temporales en otros países. Los mismos dejaban sus campos de trabajo para emprender una tarea y trabajar más próximos con un país anfitrión para reforzar la parte legal, normativa.

– Problema. Snowcap, que era un programa temporal, después de siete años de operación, se volvió una parte fundamental de la división de campo de la DEA. La rotación constante de individuos hizo que se introduzcan variaciones en el proyecto original.

– Resultado. A manera de reorientar el trabajo y como la operación Snowcap ya había alcanzado su objetivo de ayudar a otros países a que sus propias agencias de combate a las drogas sean más autosuficientes, la decisión para la nueva etapa de Snowcap se hizo y las posiciones temporales fueron gradualmente eliminadas.

– Reemplazo. Sin embargo, la DEA optaron por continuar aportando en forma permanente en Perú, Bolivia y Colombia, productores de droga. Estos agentes daban apoyo y asistencia de entrenamiento y servían como consejeros.

Fuente: extraído de la página oficial de la DEA

   El poder y la droga  

Hugo Banzer

1971-1978   1997-2001

Durante su gobierno se inició el boom del narcotráfico en Bolivia, que siguió durante la década de los años 80. En su segunda gestión, por la vía democrática, se comprometió ante EEUU a luchar contra este flagelo y puso en marcha el Plan Dignidad. Hubo enfrentamientos entre militares y cocaleros.

García Meza

1980-1981

Un indicio de que su gobierno estuvo financiado por el narcotráfico es que su ministro del Interior, Luis Arce Gómez, fue extraditado a los Estados Unidos durante el gobierno de Jaime Paz Zamora por estar involucrado en narcotráfico. Su gestión también se caracterizó por ser corrupta y autoritaria.

Víctor Paz

1985-1989

El 19 de julio de 1988, Víctor Paz Estenssoro, en su tercera gestión presidencial, aprobó la Ley 1008 para controlar el régimen de la coca y sustancias controladas. Con ello, el país tenía un marco legal para combatir el narcotráfico y la coca excedentaria, es decir, aquella que no se produce tradicionalmente.

Jaime Paz

1989-1993

Mantuvo el plan de lucha contra el narcotráfico pero impulsó la campaña ‘coca no es cocaína’, deportó a EEUU al ex ministro del Interior Luis Arce Gómez, extraditó a Asunta Roca, acusada de narcotráfico, y ejecutó el decreto del arrepentimiento para recluir en cárceles bolivianas a ‘peces gordos’.

Sánchez de Lozada

1993-1997 -2002-2003

Manifestó que no era posible hablar de erradicar el 100% de la coca existente en Chapare con el fin de evitar episodios de sangre resgistrados con el Plan Dignidad y propuso implementar programas de desarrollo alternativo integral. La base del plan era que no se puede erradicar coca sin erradicar pobreza.

Carlos Mesa

2003-2005

Tras los hechos de octubre de 2003, el entonces presidente Mesa firmó un convenio con Evo Morales para permitir por un tiempo el cultivo adicional de 3.200 hectáreas de coca en Chapare, donde se considera que los cultivos no son tradicionales. Los analistas lo califican como un cambio en los planes antidroga.

 

Según policías, será difícil obviar informes de los estadounidenses

Narcotráfico. La agencia antidrogas de EEUU maneja información relevante en la región y el mundo. Los oficiales bolivianos capacitados por ella la califican de irremplazable

Gustavo Ondarza | [email protected]

La posibilidad de no depender de los informes especializados de la Agencia Antidrogas de EEUU (DEA por sus siglas en inglés) es casi imposible, ya que los datos que manejan son relevantes, pues se trata de la unidad antinarcóticos más grande del mundo.

Así señalaron coincidentemente oficiales y ex oficiales de la Policía boliviana especializados en dicha rama, a quienes se les consultó sobre la factibilidad de operar sin coordinar con dicha unidad.

La DEA está presente en todo el subcontinente, a excepción de Venezuela, y ahora Bolivia, tal como lo definió el presidente, Evo Morales.

Pese a ello, los reportes que manejan en el campo de Inteligencia son de tal trascendencia que incluso policías con mayor capacidad operativa y logística que la nuestra, como la de Brasil, están en permanente contacto con sus pares estadounidenses.

Según el ex director de la Felcn Gral. Luis Caballero, uno de los motivos para que el trabajo de la unidad antinarcótivos del país sea tan efectiva es porque se cuenta con el respaldo informativo de la DEA. “Es un organismo con presencia mundial y se relaciona incluso con países que no tienen una línea política con Estados Unidos. Su trabajo es técnico, utiliza a los mejores profesionales en el ramo y tiene un apoyo logístico impresionante”, indicó.

Actualmente, la DEA en Bolivia tiene 27 agentes, mucho menos que los 136 que habían hace tres años. La reducción, según fuentes policiales, difiere; unos dicen por la capacitación de las fuerzas nacionales ha llegado a tal nivel que no es necesario comandar todos los operativos; otros, señalan que fue a raíz de la asunción de Evo Morales como presidente de la República. “Los norteamericanos ya intuían que no iban a poder trabajar como antes con Morales en el poder, y hablaban de que en cualquier momento iban a dejar de depender de ellos”, comentó un alto oficial de la Policía, y que en su momento comandó una de las regionales de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Narcotráfico.

La agencia estadounidense tiene una red de agentes e informadores en el mundo que le permite estar al tanto de diversas operaciones de los narcotraficantes. Saben las rutas por donde pasarán los estupefacientes y los lugares de recepción; para ello no escatiman esfuerzo logístico y operativo que les posibilite tener información fidedigna.

Es por ello, dijo una de las fuentes consultadas, que por ejemplo en los últimos 12 meses desbarataron varias redes de narcotraficantes que pretendían transportar cocaína peruana hacia Brasil y países europeos, utilizando a Bolivia como país de tránsito.

“Las ingentes cantidades de droga de Perú que se han incautado es gracias a la información de la DEA”, aseguró un oficial de Umopar para demostrar que esos reportes son esenciales cuando se trata de interceptar un cargamento ilegal que viene de otro país.

Los policías antidrogas bolivianos sólo tienen palabras de elogio para sus similares de EEUU y aseguran que la tarea de coordinación es netamente técnica, resistiéndose a creer que éstos tengan afanes conspirativos, como lo indica el Gobierno.

  Para resaltar   

– El equipamiento y material técnico de la DEA en Bolivia suman 150 computadoras, decenas de equipos de radiocomunicación, celulares satelitales y equipos electrónicos de espionaje.

– Para las tareas operativas de la Felcn tiene 600 motorizados de diverso tipo, 5 aviones Hércules, 18 helicópteros, 36 lanchas del tipo ‘piraña’ y ‘zodiac’.

– En todo el territorio nacional cuenta con inmuebles de ‘seguridad’ para concentrar sus labores de coordinación y estratégicas antinarcóticos. Todas están debidamente equipadas con tecnología para su trabajo.

– La designación de comandantes de la Policía antidrogas, tanto regionales como el nacional, deben ser aprobados por la DEA. Hasta antes de la gestión de Evo Morales, incluso daban su visto bueno para el nombramiento del ministro de Gobierno.

– EEUU dona $us 26 millones anuales para la lucha antidrogas en Bolivia. Ese dinero sirve para costear las necesidades logísticas y operativas de las fuerzas antinarcóticos en el país, y es fiscalizado por la embajada estadounidense.

– Los agentes de la DEA hacen un control riguroso al accionar de los oficiales bolivianos destinados en las unidades antinarcóticos. El más mínimo desliz de los nacionales en sus tareas específicas, supone su relevo inmediato.

– La DEA, a través de la embajada de EEUU, entrega bonos económicos a todos los policías que están destinados en las unidades antidrogas.

– También les dotan de vestimenta y armamento.

Ser policía antidroga es sinónimo de élite y nivel

La dependencia de los policías antidrogas bolivianos hacia la DEA en cuanto al aspecto operativo y de capacitación es muy notorio.

Según oficiales y policías destinados a las unidades que se encargan del trabajo de interdicción al narcotráfico, pertenecer a una de ellas es sinónimo de ser un uniformado de élite y nivel. “Los que vienen aquí son los mejores y para ello deben cumplir con una serie de requisitos y pasar el ‘curso Garras’, uno de los de mayor exigencia en el continente”, comentó un oficial que está actualmente en Umopar.

Las técnicas que se imparten en dicho curso son las mismas que se dictan a los agentes antidrogas estadounidenses. La capacitación incluye, entre otras, labores de interdicción, monitoreo electrónico, escuchas telefónicas, seguimiento y espionaje.

La evaluación de los graduados es tuición de la oficialidad nacional, pero los de la DEA hacen seguimiento detallado.