En Achacachi rige el pacto del silencio tras los asesinatos

Procesan a quemados pero no a linchadores en Achacachi.

Los pobladores sugerían eliminarlos con veneno, ahorcarlos o quemarlos vivos. Los primeros rayos de sol aclararon el estadio y poco a poco se retiraron. Ahora, el “pacto de silencio” se apoderó de la localidad paceña.

image



• La tragedia • Un efectivo militar y un ciudadano ayudan a un presunto ladrón a caminar hacia el carro policial. Los sindicados tuvieron que recorrer al menos 10 cuadras a pie.

La Razón

Los pobladores de Achacachi reunieron a los 11 presuntos ladrones en la sede social Masaya, a tres cuadras de la plaza principal. Allí los golpearon y la idea inicial era matarlos con saña, llevarlos al estadio de fútbol de la localidad para colgarlos, envenenarlos o quemarlos vivos.

Ahora el pacto del silencio se apodera de la comunidad.

Los primeros rayos del sol, el lunes, impidieron esta macabra acción. Sus cuerpos fueron quemados y golpeados hasta que la Policía los rescató. Sin embargo, dos de ellos perecieron y el resto recibe atención médica.

“A las 5.30 se aclara el altiplano, ya uno puede distinguir las caras y creo que ése ha sido el motivo por el que se han frenado. Porque si seguía así, pasaba a mayores”, inicia su relato uno de los comunarios que presenció la tortura de los 11 sujetos que llegaron a Achacachi para presuntamente robarles.

La noche del domingo, un grupo de 11 presuntos ladrones llegó en un bus a la localidad, a 96 kilómetros de La Paz, para supuestamente robar mantas de vicuña, sombreros borsalinos, trajes, celulares, dinero y otros.

Habrían aprovechado que la comunidad celebraba la fiesta de San Cristóbal para arrebatar a los ebrios sus objetos de valor. Con la ayuda de dos pañuelos amarrados, procedían a ahorcarlos por el cuello, golpearlos y despojarlos de sus pertenencias, hasta que habrían sido descubiertos.

Una turba enardecida los detuvo y tras una brutal golpiza de al menos 10 horas procedieron a prenderles fuego en el estadio de Achacachi. Ahora sufren de quemaduras hasta de tercer grado, es decir, de espesor total y las heridas por los latigazos y golpes todavía no sanan.

De acuerdo con el relato del testigo, la gente en el estadio pedía que se cuelgue del cuello a un hombre, a quien lo habrían identificado como el “líder” de la banda en la plaza principal. A los otros 10, los distribuyeron a cinco por arco. “Se han manejado formas de terminar con ellos, se pensó en darles raticida (veneno), y varias de estas sugerencias salían de la turba (…). Los borrachos eran los que más los golpeaban”, manifestó.

Según pudo percibir el poblador, no sólo era gente de Achacachi, sino de Warisata y de otras poblaciones aledañas.

“Resulta que sale el sol y desaparecen muchos de ellos, ya no se escuchaban las voces de esa noche y empieza a llegar otro grupo, personas en ebrias comienzan a flagelarlos y golpearlos. Se ha llegado a una barbarie increíble. Ya al verse las caras con la luz, sabían que debían tener más cuidado”, contó.

El “pacto de silencio” se hizo presente en Achacachi. De acuerdo con versiones extraoficiales, los pobladores acordaron “desconocer” lo ocurrido y hasta ayer celebraban la fiesta del pueblo.

Según las versiones, a las 20.30 del domingo, los pobladores descubrieron a una pareja de presuntos ladrones cuando robaban a dos personas. Los detuvieron y les obligaron a decir dónde estaba el resto de la “banda” y dónde se hallaban los objetos robados.

Los supuestos delincuentes habrían delatado a los demás y revelado la ubicación del bus que guardaba los artículos robados. De esa forma, los lugareños dieron con los 11 presuntos implicados. “Fue un pasa pasa entre ellos, decían ‘tú me has llamado’, ‘tú me has dado esa bolsa’ y los retuvieron”, acotó la fuente.

Luego de golpearlos en la sede social, acordaron llevarlos al estadio. Ellos iban escoltados por los pobladores “y éstos tocaban las puertas de las casas y con petardos llamaban a los vecinos” a participar del ajusticiamiento.

Al llegar las 05.00, un anillo humano rodeó a los sindicados en la cancha. Los rociaron con gasolina, querosén y les prendieron fuego. Según un despacho periodístico del lunes, “antorchas humanas” corrían por la cancha para apagar las llamas que cundieron en sus cuerpos.

“Llegué al estadio y vi a tres de ellos que corrían por la cancha para apagar el fuego. El olor a gasolina, querosén y a cabello quemado era muy fuerte”, indicó.

La Policía llegó a las 08.30 y por más de dos horas negoció en aymara y castellano. Lograron su rescate y los auxiliaron.

LA REACCIÓN DE LAS AUTORIDADES

Uribe • El fiscal general, Mario Uribe, solicitó ayer a través de un comunicado realizar “una serie de modificaciones” al Código de Procedimiento Penal para hacer efectiva la acción judicial.

Rada • El titular de Gobierno dijo que tras efectuarse las autopsias en los cadáveres de los dos fallecidos, “queda claro que estamos frente a un crimen”, y reiteró que “no hay justificativos”.

Gemio • El comandante general de la Policía, Miguel Gemio, señaló que “no se puede tolerar” este tipo de acciones. Indicó que se reforzará la presencia policial, en un contacto con Panamericana.

Rojas • El alcalde de Achacachi, Eugenio Rojas, demandó la “urgente” dotación de 200 policías para la localidad. Rojas dijo a ANF que sólo existen ocho policías para 20 mil habitantes.

 

Achacachi: cautelarán por robo a quemados

Proceso. Las nueve personas que sobrevivieron a un linchamiento en Achacachi serán cauteladas hoy en El Alto.

La Fiscalía se apura a procesar a los acusados de asalto, pero no comenzó a investigar el homicidio de dos personas y el ajusticiamiento de nueve.

image

Brutalidad. Uno de los ajusticiados murió en el estadio achacacheño. Su deceso todavía no es indagado

El Deber

Marco Chuquimia. La Paz

Hoy, en la ciudad de El Alto, se realizará la audiencia cautelar contra los nueve presuntos delincuentes que fueron flagelados en la localidad de Achacachi la madrugada del lunes. El fiscal que atiende la causa, Gregorio Blanco, admitió que hay problemas, porque los acusados están internados en tres hospitales diferentes. Empero, las investigaciones sobre los linchamientos y las agresiones aún no se iniciaron.

Blanco explicó que las sindicaciones que pesan contra Reynaldo Alanoca Ramos, Luis Cutipa Mamani, Ángel Rodríguez Paucara, Eugenio Escóbar Paucara, Janeth Rojas Paucara, Antonia Mónica Paucara Mamani, Lidia Luna, Eliodora de Navarro y Beatriz Coaquira, son por robo agravado e intento de homicidio.

Ayer, el director del hospital Holandés de El Alto decidió el traslado de tres mujeres al hospital de Clínicas porque tenían quemaduras de tercer grado y en ese complejo hospitalario existe una unidad especializada. Otra de las mujeres –no reveló nombres- fue movilizada al hospital Juan XXIII de la zona de Munaypata y sólo quedaron seis personas en su nosocomio.

El fiscal Blanco dijo que el juez Primero de Instrucción en lo Penal debe decidir cómo se realizará la audiencia. La imposibilidad de trasladarse de los heridos puede hacer factible realizar una sola audiencia con dos cuartos intermedios para el traslado de las autoridades a los tres lugares. La Policía destinó efectivos a los tres hospitales para vigilar a los aprehendidos.

La Fiscalía esperaba el informe del médico forense para definir si la audiencia puede realizarse en un solo lugar. Asimismo, dijo que aproximadamente seis víctimas de los presuntos delincuentes se sumaron a la labor de oficio que inició el equipo de fiscales designados por la Fiscalía de Distrito.

En contrapartida no se inició aún la investigación sobre la muerte de otros dos presuntos delincuentes, Víctor Mamani Cuña y Javier Quenta Alípaz, que fallecieron a consecuencia de las heridas que les produjeron los comunarios de Achacachi cuando fueron sorprendidos atracando a una persona.

La muerte de las dos personas y las circunstancias del hecho ocasionaron un intenso debate entre las autoridades. El presidente de la Cámara de Diputados, Edmundo Novillo, dijo que es necesario reformar el Código de Procedimiento Penal para brindar mayor seguridad a la ciudadanía.

El presidente en ejercicio, Álvaro García Linera, señaló que los sucesos de Achacachi no fue justicia comunitaria sino se trató de un linchamiento que debe ser sancionado e investigado  por la justicia. El senador Luis Vásquez responsabilizó al presidente, Evo Morales, de ser el causante de «despertar al monstruo» de la justicia comunitaria y que ahora amenaza la convivencia pacífica de la sociedad boliviana.

Sin presencia estatal desde 2001

La ausencia de policías en Achacachi, no es casual, es producto de una revuelta que se produjo en abril de 2000 cuando el líder campesino Felipe Quispe organizó por primera vez el denominado ‘cerco a La Paz’. Desde ese momento no hubo fuerza pública en la zona y sólo hace un año intentó un tímido regreso.

Según el libro Agonía y Rebelión Social, de Edgar Ramos, el 9 de abril se produjo un enfrentamiento entre fuerzas militares del Regimiento Ayacucho y campesinos de Achacachi. Fallecieron dos pobladores y quedaron heridos otros seis; aunque los militares tuvieron que huir porque fueron rebasados.

En represalia, los comunarios destrozaron todas las oficinas públicas, desde la subprefectura hasta la cárcel y concluyó en el hospital de la comunidad donde se encontraba internado el capitán Omar Téllez Arancibia, que fue victimado.

Al día siguiente, tropas militares de las tres fuerzas, apoyados por aviones (T-33) tomaron la población y detuvieron a decenas de pobladores y cometieron  excesos.

Desde entonces no había Policía, y recién, hace un año se inició un lento proceso de reconciliación e incluso las autoridades comunales firmaron acuerdos para no agredir a los uniformados, recordó el alcalde de Achacachi, Eugenio Rojas, que pidió la presencia de 200 efectivos. Añadió que se requiere al menos una treintena de policías para una población que alcanza los 15.000 habitantes, que se llega a 70.000 en toda la provincia Omasuyos