Ex niños soldados crean red de ayuda a menores víctimas de la guerra

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Naciones Unidas/EFE

Un grupo de seis ex niños soldados encabezados por el activista Ishmael Beah anunciaron hoy la creación de una organización de asistencia a los menores afectados en todo el mundo por la guerra y los conflictos.



El anuncio se realizó en la sede de Naciones Unidas en un acto con motivo del Día Mundial del Niño Soldado, que fue patrocinado por el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), del que Beah es embajador de buena voluntad, y por la Misión de Italia ante la ONU.

Los integrantes de la nueva organización se proponen servir de abogados públicos de los menores víctimas de la violencia, promover la creación de programas de rehabilitación de niños soldados y ayudar a demostrar con sus ejemplos que se puede superar los traumas de la guerra.

«Como jóvenes que hemos padecido conflictos en nuestros países y conocedores del daño que causan en el desarrollo educativo, sicológico, emocional y físico de los niños, estamos dispuestos a ayudar a los niños que han sufrido la misma suerte que nosotros para que recuperen la confianza y sus vidas», aseguró la nueva organización en un comunicado.

Señalaron que unos 1.500 millones de niños, cerca de dos tercios de la población infantil del planeta, viven en los 42 países que entre 2002 y 2006 han sido escenarios de conflictos de alta intensidad.

«Tenemos la esperanza de recordarle al mundo cuán fuertes pueden ser estos niños si se les proporciona una ayuda adecuada», agregaron.

Junto a Beah, la organización Red de Jóvenes Afectados por la Guerra (NYPAW, por sus siglas en inglés) cuenta con la participación de los ex niños soldados sudaneses Kon Kelei, Emmanuel Jal, los ugandeses Grace Akallo y Shena Gacu, y la bosnia Zlata Filipovic.

Beah señaló en el acto celebrado en la sede de la ONU que el fenómeno de los niños soldado no es un problema solamente africano, y aseguró que su intención es colaborar con menores afectados por la guerra en todas las regiones del mundo.

«Los que hemos pasado por estas situaciones sabemos qué es lo que no sirve y qué es lo que podría servir», apuntó el autor del libro autobiográfico titulado en inglés «A Long Way Home», que ha sido un éxito editorial traducido a 25 idiomas.

Por su parte, Akallo llamó la atención sobre el particular sufrimiento de las niñas soldado que deben combinar su papel de combatientes con el ser las responsables de las tareas domésticas de sus unidades y, en algunos casos, obligadas a ser parejas de otros guerrilleros.

«Algunas de ellas tenían que salir a combatir embarazadas, o con su hijo colgado de la espalda», apuntó, sobre sus experiencias como miembro del Ejército de Resistencia del Señor (LRA). Por su parte, Kelei recordó que estos niños son el «futuro de sus comunidades», por lo que conseguir su rehabilitación y el regreso al seno de sus familias debe ser una prioridad.

La ONU calcula que unos 250.000 menores forman parte de grupos armados en todo el mundo, en los que actúan de combatientes, mensajeros, porteadores y hasta terroristas suicidas. OPINION