Ir al mercado exige un tercio más de dinero que hace 1 año

En los últimos 11 meses, el aumento de precios de los alimentos básicos osciló entre 9 y 59 por ciento.

Para las amas de casa, la papa, el arroz y el fideo, son casi un lujo.

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• Operativo • Guardias municipales cargan en la camioneta edil las balanzas decomisadas el miércoles.

La Razón

Agricultores advierten que la falta de trigo y arroz continuará

Operativos. Efectivos municipales decomisaron balanzas y romanillas con las que se vendían productos con menor peso.

Confusión. La Intendencia y la Guardia Municipal no tienen claras las funciones que deben cumplir respecto del control.

“Es increíble, pero la papa se ha convertido en un producto prácticamente de lujo. El anterior fin de semana, una arroba estaba en 55 bolivianos y hoy (miércoles) bajó un poco, pero no hay plata que alcance. Lo peor es que sin papa es imposible cocinar, no hay barriga que se llene”, comentó a La Razón la señora, Sofía, que el jueves hacía compras en el mercado de la zona de Villa Fátima.

Ella tiene tres hijos varones, cuyas edades oscilan entre los nueve y 16 años: “Usted se imaginará cuánto comen”.

Según Sofía, a principios de año los alimentos ya estaban caros; sin embargo, podía hacer mercado con Bs 200 semanales. “Ahora, con esa cantidad de plata sólo se compra papa y carne, y encima el peso no es correcto y no hay a quién reclamar”, protestó.

“Antes, uno iba al mercado y podía llevar un boliviano de todas la verduras, eso duraba hasta tres días. Ahora ni llevando una libra, que está en más de Bs 1,50 alcanza para cocinar”, reclamó la señora Esther, que hacía compras en la calle Rodríguez. Los testimonios fueron recogidos por La Razón en un recorrido realizado el miércoles por tres mercados de La Paz (Villa Fátima, Rodríguez y Sopocachi).

Estos casos y una comparación de los precios de los alimentos con respecto a diciembre del 2007, febrero del 2008 y noviembre de este año permitieron evidenciar que ahora la población requiere un tercio más de dinero del que empleaba hace 11 meses para comprar comestibles.

La tabla comparativa del valor de 12 productos de la canasta familiar muestra que el incremento oscila entre 9% y 59%, lo que en promedio equivale a cerca del 35% en líneas generales.

Gonzalo Flores, coordinador del Grupo de Desarrollo Rural (GDRU) y especialista en seguridad alimentaria, dijo a La Razón en una entrevista que “instituciones de investigación aseguran que en los últimos 12 meses (el costo de los alimentos) se incrementó en 32%”.

Si bien el cuadro muestra una rebaja en la carne de pollo (Bs 13,50 el kilo), la gente consultada aseguró que este producto llegó a costar hasta Bs 16. Las vendedoras coincidieron en afirmar que, si bien el precio de la carne de pollo subió durante todo el año, ahora está un poco más accesible.

En cuanto a las verduras, el cuadro comparativo muestra que el locoto es el producto que más se incrementó (59%); las zanahorias y las cebollas subieron en 50%, las arvejas en 40% y el tomate en 25%. El precio de la carne molida subió en 51% (de Bs 18 a 27). Y la pulpa pasó de Bs 26 a 34, con variaciones según el mercado y los puestos de venta. El fideo se incrementó de Bs 2,80 a 4 y el arroz de Bs 3,50 a 4.

“El precio del arroz y del fideo se ha duplicado. En octubre del 2007 el arroz todavía estaba a Bs 2; ahora está a 4”, comentó Carmen Nina, otra compradora que afirmó que estos productos son insustituibles en la dieta.

El viceministro de Desarrollo Rural, Remmy González, aseguró que, en el transcurso del año, el Gobierno implementó políticas para evitar la especulación de los precios de productos básicos de la canasta familiar, como el arroz, el aceite y la carne de pollo. “Claramente los precios de estos productos han bajado”.

Recordó que, en el caso de las verduras, el Ejecutivo implementó las ferias del Precio Justo en las que se ofrecen a precios más bajos. Según el Viceministro, el Estado interviene cuando ve que es necesario, a fin de evitar la especulación y garantizar el abastecimiento al mercado interno.

“Hemos firmado convenios con empresas productoras y comercializadoras de pollo y eso ha permitido que baje el costo de este producto en esta época y en el pasado hemos tomado medidas para que baje el precio del aceite y del arroz”, manifestó González.

El aceite a granel en los mercados cuesta Bs 9,30 y 9,50 y el embotellado, Bs 12,50 y 13,00.

Eduardo Paz, presidente de la Cámara de Industria y Comercio de Santa Cruz (Cainco), señaló que las políticas del Gobierno no lograron reducir los precios, y que la rebaja responde a lo que está ocurriendo a nivel mundial. “Está cayendo el precio de la soya, del maíz, el precio de todos los commodities y eso tiene su impacto”.

Desde su punto de vista, políticas gubernamentales, como la prohibición de las exportaciones de determinados productos, sólo ocasionaron grandes pérdidas a los exportadores. “Definitivamente, el Gobierno no apoyó al sector productivo”, afirmó.

Agricultores advierten que la falta de trigo y arroz continuará

ALIMENTOS • Los pequeños productores anuncian que aumentarán los volúmenes de producción de papa y verduras para garantizar la seguridad alimentaria en el país.

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• La falta de lluvias en Cochabamba • La imagen de archivo muestra el impacto de la sequía en la actividad agrícola y ganadera en Pasorapa, a 220 km de la ciudad del valle.

El país aún tendrá dificultades para aumentar su producción de arroz y de trigo. Así lo advirtió la Coordinadora de Integración de Organizaciones Económicas Campesinas de Bolivia (CIOEC).

Primo Nina, presidente de CIOEC, admitió que la organización, que agrupa a más de medio millón de pequeños productores campesinos y originarios, está preocupada por la crisis alimentaria mundial, cuyo impacto —afirmó— también se sentirá en Bolivia. “Va a llegar, pero con mayor fuerza en cinco o 10 años y estamos preparándonos”.

“Ya tenemos escasez de arroz y estamos viendo que no vamos a poder producir mayores volúmenes por las dificultades que enfrentamos en materia de seguro agrícola y tecnología”.

Advirtió que también hay preocupación por el trigo. “A pesar de que el Gobierno quiere ampliar la extensión de producción y nos está dando semillas, hay problemas para encontrar extensiones de tierra para lograr el objetivo de producir más”.

El incremento de precios de la harina nacional y el arroz obligaron al Gobierno a importar estos productos desde Argentina.

La harina argentina se vende a los panificadores a precios más accesibles que en el mercado interno, con el objetivo de evitar que se incremente el precio de la unidad del pan de batalla.

A través de la Empresa de Apoyo a la Producción (Emapa), el Ministerio de Desarrollo Rural, Agropecuario y Medio Ambiente también compró la producción de arroz de pequeños agricultores. Así, a principios del año, se vendió una bolsa de cinco kilos a Bs 32, para influir en el mercado y lograr que bajen los precios de ese producto.

Con respecto a las verduras, Primo Nina indicó que, con la experiencia del 2007, los pequeños agricultores han tomado previsiones para incrementar los volúmenes de producción.

“Ya hemos tomado acciones concretas para que el 2009 Bolivia no sufra la escasez de papa, verdura y carne. Estamos trabajando en proyectos piloto, con la perforación de pozos para el agua de riego y se están coordinando otras acciones”, señaló Nina.

El viceministro de Desarrollo Rural, Remmy González, informó que el 12 y 13 de noviembre, a pedido de la Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia (CSUTCB), hubo un taller en Santa Cruz, en el que participaron pequeños y medianos productores. En el evento, el Gobierno escuchó las demandas del sector, a fin de elaborar una política para garantizar la seguridad alimentaria.

“El objetivo del Gobierno es apoyar a los pequeños productores, ellos son los que garantizan los alimentos para los bolivianos y es tiempo de apoyarlos”.

González anunció que el Ejecutivo dispondrá de 30 millones de dólares para garantizar la provisión de alimentos a aquellas regiones donde la producción agrícola se pudiera ver afectada por fenómenos climatológicos adversos. “Por primera vez estamos preparados para apoyar a las regiones si se presentan inundaciones, sequías u otros efectos que llegan por el clima”.

Para Nina, los fenómenos climáticos son el principal problema del sector agrícola, a lo que se suma la falta de tecnología y maquinaria. “Los pequeños productores, en los hechos, subvencionamos los alimentos, porque hay muchos factores en el proceso agrícola que encarecen la producción de los alimentos”.

El presidente de la Cámara de Industria y Comercio de Santa Cruz (Cainco), Eduardo Paz, señaló que la seguridad alimentaria en el país dependerá de las señales que dé en el futuro el Poder Ejecutivo. “Mucha gente hoy no se anima a sembrar porque no sabe si habrá o no habrá diesel para cosechar la producción”.

Actualmente —acotó Paz— la cosecha de grandes extensiones sembradas están en riesgo por la falta de combustibles, situación que no sólo está afectando a Santa Cruz, sino a todo el país.

Eduardo Paz indicó que el sector agropecuario industrial espera que el Gobierno incentive al aparato productivo del país, con políticas que no sean “cortoplacistas”, sino de largo aliento.

Testimonios

“Hasta el huevo está más caro”

Florencia, ama de casa.

“Antes uno podía sustituir la carne con huevo y queso, pero ahora esos dos productos también son extremadamente caros. Un huevo cuesta 0,70 centavos, en mi casa somos cinco, tenemos que comprar 10 huevos con Bs 7. Así que comemos dos huevos al mes, porque la plata no alcanza. El Gobierno tiene que hacer algo, todo el mundo dice que el huevo se lo llevan al Perú y ni qué decir del queso, ése sí que ya es un lujo. El más barato y más chiquito cuesta Bs 10, y eso alcanza sólo para el té. La gente más pobre que yo no debe comer nada”.

“Ahora comemos más sopas”

Esteban Chacón, padre de familia.

“Todos los jueves vengo al mercado con mi esposa. Había un tiempo en el que comíamos bastante carne, un día asado de carne de vaca y otro día de pollo, generalmente con verdura, arroz y fideo para llenar el estómago. En casa somos cinco, mis hijos todavía son chiquitos. Pero ahora todo está tan caro que nos vemos obligados a comer sopa todos los días. Un kilo de carne con hueso se compra con Bs 19 ó 20. Es imposible pensar en pulpa porque cuesta Bs 35. Tenemos que comprar pollo entero, también para hacer sopas. El arroz y el fideo están por los cielos”.

Los vendedores engañan en el peso hasta con un kilo menos

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OPERATIVO • La Intendencia Municipal de La Paz actuó el miércoles y jueves por los alrededores de los mercados Rodríguez y Villa Fátima. Decomisó balanzas y romanillas que no estaban correctamente calibradas.

“Cabal damos aquí, mi romana está bien”, decía una de las vendedoras del mercado Rodríguez el jueves, mientras un efectivo de la Intendencia Municipal comprobaba la calibración del artefacto. Segundos más tarde, la romanilla marcaba un kilo menos.

El miércoles y jueves, la Intendencia realizó un operativo, acompañado por La Razón, para controlar la calibración de balanzas y romanillas en dos mercados de la ciudad de La Paz: el de Villa Fátima y el Rodríguez.

Nueve balanzas fueron decomisadas el jueves. Todas pertenecían a los friales ubicados en los alrededores de los dos mercados. Los aparatos registraban desde 100 gramos hasta 400 gramos menos del peso real.

El miércoles, Ema Sánchez y Sandra Valenzuela hacían compras en el mercado de Villa Fátima. Ambas se quejaron porque, según coincidieron, en varias ocasiones se dieron cuenta de que las engañaron ya estando en sus casas. Comentaron que el peso es menor, principalmente, en las carnes. Doña Ema dijo: “Yo me doy cuenta porque compro la misma cantidad para hacer hamburguesas y cuando cocino me alcanza para menos”.

Pero, hay lugares donde se vende carne con el peso exacto. Por ejemplo, el frial Paty, en la calle Zoilo Flores de la zona Max Paredes. El dueño, Sergio Ceballos, aseguró que hace calibrar su balanza digital cada mes.

En esa misma zona, pero en la calle Max Paredes, la Intendencia decomisó 17 balanzas de dos platos, que son usadas regularmente por las vendedoras de pescado. Ese tipo de balanzas, según el supervisor de la Intendencia, Marcelo Saravia, no están garantizadas “porque son artesanales” y el contrapeso que utilizan incluye piedras.

Durante los operativos se ingresó a los mercados, sin embargo, no se encontraron balanzas mal calibradas.

El jueves, el operativo fue para determinar si las romanillas que utilizan los vendedores estaban correctamente calibradas. Para ello, se fue a las calles adyacentes al mercado Rodríguez, donde ofrecen papa, cebolla y verduras. Se inspeccionaron 35 puestos de venta y en 21 se encontraron que los comerciantes engañaban al cliente en el peso.

Se decomisaron 21 romanillas y la mayoría marcaba entre media libra y medio kilo menos. A una de las vendedoras de papa y cebolla le descubrieron que vendía un kilo menos.

Mercedes Mamani, una compradora, contó que en una oportunidad la engañaron con tres libras, pues compró 25 libras de papa que pesaban 22. Ella fue a reclamar, pero la vendedora no quiso corregir la falta.

Desde enero, la Intendencia decomisó 500 balanzas en 198 operativos. El Intendente, mayor Rodrigo Rodríguez, dijo que en los operativos se verifican los platos en las balanzas de reloj, los contrapesos en las de brazo y en las digitales se controla con patrones de peso. Las balanzas deben tener el adhesivo del Instituto Boliviano de Metrología (Ibmetro).

Las balanzas deben estar certificadas por Ibmetro

MEDICIÓN • Existen márgenes de error permitidos al momento de realizar un pesaje.

El Instituto Boliviano de Metrología (Ibmetro) es la entidad encargada de certificar que las balanzas utilizadas en los mercados estén correctamente calibradas y, por lo tanto, marquen el peso exacto. Para ello, se manejan parámetros que indican un margen de error permitido, dijo su director Ejecutivo, José Zurita.

Esos parámetros tienen que ver con el peso máximo que tiene una balanza y con las líneas de división de escala, que son las que marcan el peso.

Por ejemplo, en una balanza típica comercial que tiene un peso máximo de 10 kilos (es decir que la aguja sólo puede llegar hasta 10 kilos), y que marca cada 10 gramos, debe haber un error máximo permitido de 30 gramos, ya sea por debajo o por encima del peso exacto, explicó el Director de Ibmetro.

Agregó que sólo se puede tener confiabilidad en las balanzas que están certificadas por Ibmetro y señaló que algunos instrumentos de medición como las romanillas no están permitidos.

Existe un convenio entre Ibmetro y la Intendencia Municipal, por el cual el instituto presta sus servicios de calibración a la entidad edil. Además, capacitó a los efectivos para detectar si el margen de error permitido sobrepasa los límites establecidos por la norma nacional.

Algunos consejos para el consumidor

Quien vaya a comprar un producto en un mercado o fuera de él debe estar atento a la manipulación que hace el vendedor con la balanza.

Cuidado con el dedo

Al comprar un producto, el consumidor debe estar muy atento. Por ejemplo, debe vigilar que las manos del vendedor no estén tocando el plato donde se coloca la mercadería porque podría empujarlo con un dedo y hacer que el producto pese demás.

Ojo con las romanillas

Si el producto que va a adquirir la persona va a ser pesado con una romanilla, se debe fijar la aguja que marca las medidas en kilos o libras. La misma no debe estar doblada y el resorte no tiene que estar suelto. La aguja debe marcar en el cero.

Dentro de los mercados

Si duda del peso que tiene el producto que le vendieron aproxímese hasta una comisaría de la Intendencia Municipal. Por lo general se encuentran en el interior de los mercados. El guardia verificará si realmente la mercadería tiene el peso convenido.

Control de calidad

Verifique que la balanza en la que se vaya a pesar el producto tenga el adhesivo del Instituto Boliviano de Metrología (Ibmetro), que garantiza que el aparato fue calibrado, funciona correctamente y, por tanto, marcará el peso exacto de la mercadería.

Una orden causa confusión en el control de mercados

JURISDICCIÓN • La Intendencia y la Guardia Municipal no tienen claras sus funciones para garantizar el peso justo.

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• Una balanza irregular • En la calle Zoilo Flores, en los alrededores del mercado Rodríguez, un guardia de la Intendencia Municipal saca de un frial una balanza decomisada.

Una orden de despacho del Gobierno Municipal de La Paz causa confusión en la jurisdicción de la Intendencia y de la Guardia Municipal, respecto del control de los mercados y sus alrededores.

Tanto para la Intendencia como para la Guardia Municipal, el control que se realiza dentro de los mercados debe ser efectuado por la primera y el que se hace en los puestos callejeros es tarea de la segunda instancia edil.

“La Intendencia, de acuerdo con las funciones que se le ha encomendado, a través del Ejecutivo Municipal, controla en los mercados y dentro de los mercados. En las ferias tenemos una vigilancia permanente. Pero, nosotros intentamos que no quede sin control toda la actividad económica que se va desarrollando alrededor y se va coordinando con la Guardia Municipal para poder realizar las inspecciones”, aseveró el intendente, mayor Rodrigo Rodríguez.

El comandante de la Guardia Municipal, mayor Augusto Russo, coincidió con ese criterio y señaló que “el control es el mismo, la diferencia es en el tema de jurisdicción. La Intendencia lo hace dentro de los mercados y la Guardia Municipal en todo lo que es el comercio formal y el comercio informal (en la vía pública), como ser friales”.

Russo explicó que la orden de Despacho 140 del año 2007 diferencia a la Guardia de la Intendencia por esa actividad.

Según Russo, además de los mercados, a la Intendencia le corresponde el control de supermercados y mataderos.

Sin embargo, el director de Gobernabilidad de la Alcaldía de La Paz, Pedro Susz, señaló que todo lo que es expendio de productos de abasto le corresponde controlar a la Intendencia “aunque estén afuera (del mercado)”. Mientras que el trabajo de control de la Guardia “es todo lo que es comercio en vía pública que no sean productos de abasto o de primera necesidad”.

Susz dijo que fuera de los mercados le corresponde a la Intendencia controlar el peso. Pero fue la Guardia Municipal la que realizó varios operativos, en lo que va del año y donde se decomisaron 270 balanzas de todo tipo.

Agregó que en el caso de los friales que están alrededor de los mercados, también es jurisdicción de la Intendencia y por tanto deben controlarlos. “No es atribución de la Guardia porque todo el tema de balanzas y medidas está en el área de la Oficialía Mayor de Promoción Económica”.

Ventas por kilo, litro y metro

En La Paz, la Ordenanza Municipal 043 de 1982 señala que la comercialización de todo producto debe efectuarse empleando las unidades legales que son el kilo, el litro y el metro.

En su primer artículo indica que se prohíbe el uso de cualquier unidad de peso que no esté comprendida en el Sistema Internacional de Unidades, “como ser la libra, el montón, las cuartillas, etc”.

La normativa edil establece que debe ser acatada por productores, intermediarios y por vendedores. La ordenanza manda que en la comercialización de productos líquidos se utilizará el litro; en carnes, abarrotes, tubérculos, hortalizas y otros se empleará como unidad de peso el kilo.

El documento agrega que, para su cumplimiento, se utilizarán balanzas de reloj de contrapeso “para el expendio de carne vacuna y abarrotes de mediana magnitud; y juego de pesas de un kilogramo, 1/2 kilogramo y 1/4 kilogramo para la venta de otras carnes, tubérculos, hortalizas y abarrotes al por menor”.