La escasez que se avecina

Editorial de La Razón.

Con relación al problema específico del diesel, el mandatario Evo Morales debe ponerse firme con los ejecutivos de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB), para asegurar, de una vez por todas, la normal provisión de carburantes a los productores del país.

La falta de combustibles para el funcionamiento normal del aparato productivo agrícola del país, lamentablemente, no quedaría en la anécdota: todo indica que se podría reflejar en una escasez de alimentos el próximo año.



Ese mensaje fue enviado a las autoridades nacionales por parte de los empresarios del sector, que en este momento tienen que vérselas con una explicable escasez de carburantes para mover las máquinas que participan en la industria.

Se trata de un discurso que debe ser escuchado, de manera urgente, por el gobierno de Evo Morales, puesto que el año 2009 la escasez de alimentos podría derivar en una mayor tasa de inflación, como suele ocurrir en estos casos.

“Ya no voy a sembrar arroz porque no hay diesel…pero no voy a sembrar, sobre todo, porque no tengo la seguridad de poder cosechar el próximo año”. Con esa elocuencia ha resumido su actual momento Benjamín Arana, un pequeño productor que desde hace 35 años vive en la localidad de Chané, en la provincia Obispo Santistevan, departamento de Santa Cruz.

Esta semana, La Razón recogió el testimonio de pequeños productores de arroz, soya y caña de azúcar, entre otros que tienen problemas para concretar las tareas de siembra y cosecha de esta temporada, por falta de diesel, un tema que el Ejecutivo no logra resolver desde hace tres meses.

Los agropecuarios hablan de recesión y prevén significativas pérdidas económicas, a lo que se sumará una repercusión inesperada hasta ahora: la disminución de la oferta alimentaria para el 2009.

Será inútil que el próximo año se culpe a los empresarios privados de lo que ahora se sabe que va a ocurrir. Quizá se tenga que proceder a importar los alimentos que escaseen.

De esta manera se perfila un año con importaciones urgentes de diesel oil, de GLP, de gasolina y, para completar el drama nacional, también de alimentos.

Las autoridades del sector económico tienen ahora la oportunidad de tomar previsiones, pues tal vez se pueda salvar la situación de la producción agrícola del próximo año y evitar la escasez de alimentos de la que han advertido los empresarios.

Lo óptimo sería que se comience a mirar a los productores de alimentos del país como a los mejores aliados de una política económica inteligente, en vez de caer en la confrontación que ha ganado gran parte de los espacios informativos en este 2008.

Los empresarios del sector agrícola no pueden ser considerados enemigos, sino como un factor decisivo para mantener el equilibrio entre la oferta y la demanda nacional, con lo cual se daría un paso para alejar la posibilidad de importar alimentos.

En estos tiempos de crisis internacional, lo que corresponde hacer es alentar el incremento de la producción y no tratar de ahogar a este sector con medidas económicas equivocadas. Lo más conveniente es tratar a los productores como lo que son: los responsables del autoabastecimiento de alimentos.

Con relación al problema específico del diesel, el mandatario Evo Morales debe ponerse firme con los ejecutivos de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB), para asegurar, de una vez por todas, la normal provisión de carburantes a los productores del país. Ellos, en las actuales circunstancias, deben tener la prioridad en el suministro de combustibles.