Las urnas hablarán por las voces embargadas de Pando

Cobija: ciudad atormentada y muy cara.

Campaña. En la ciudad y en el campo, la gente habla a favor y en contra del proyecto de Carta Magna, pero lo hace en silencio porque teme que las paredes tengan oídos

image



Silencio. Una imprenta de Cobija prepara por encargo unas poleras que dicen No… a la violencia. En la capital de Pando no se siente el ambiente electoral

El Deber

Roberto Navia

Ya no hay estado de sitio en Pando desde hace una semana, pero tampoco hay rastros de la oposición ni propaganda por el No a la Constitución consensuada en el Congreso, tampoco voces a favor de la autonomía departamental. El miedo ha cerrado las bocas de los contrarios al Presidente y mientras las bases no hablan por temor a represalias, las autoridades sí lo hacen porque están blindadas por la protección estatal. Por ejemplo, en la entrada a la Prefectura, en Cobija, dos militares patrullan las instalaciones y cuatro inspeccionan las pertenencias de la gente que entra al recinto donde antes reinaba Leopoldo Fernández.

Entre la ciudadanía común,  tanto los que odian como los que aman a Evo Morales realizan una campaña de forma subterránea, silenciosa, de persona a persona. Unos en contra y otros a favor de la Carta Magna que pretende aprobar el oficialismo, pero ambos con temor de que expresar su opción públicamente signifique otra vez un desenlace violento.

La gente con la que se habla en la calle, en el interior de sus casas de madera y de techo alto, en los puestos de los mercados y de las tiendas callejeras, en la orilla de los caminos y en los pueblos cercanos a la capital Cobija, dice que el 25 de enero del 2009, el día de la contienda electoral, las urnas hablarán lo que las bocas ahora están callando.

El Gobierno tiene una ventaja. La campaña por el Sí le llueve a la población por las propagandas que se difunden en las cadenas televisivas privadas y por el gubernamental canal 7. A ello se suman las visitas del ministro de la Presidencia, Juan Ramón Quintana, el mismo que operó el estado de sitio desde el aeropuerto cobijeño,  que ahora llega en cualquier momento para reunirse con diversos sectores sociales. En el otro bando, el único intento de realizar una propaganda subliminal es la que ‘alguien’ pretende hacer y ya encargó a una imprenta unas poleras que en la parte delantera dicen No, en letras de color verde. La frase continúa en la parte de la espalda, donde está escrito: A la violencia.

El responsable de la imprenta, que está metida en una calle enredada, se queja de que la campaña electoral está fría, o mejor dicho, prácticamente no existe (cosa que nunca ocurrió antes). “No estamos imprimiendo ningún volante por el Sí o por el No, ni banderas, ni pasacalles, ni afiches. Absolutamente nada”.

Pero también los masistas tienen miedo. Juan es el mesero de un restaurante cercano al barrio 27 de Mayo, una zona populosa y conocida como el bastión del Gobierno. Dice que como el voto es secreto, se dará el gusto de votar por el Sí, ya que ahora no puede hablar en voz alta porque con la furia acumulada por el estado de sitio, cree que los automomistas están con las ‘uñas afiladas’ para vengarse.

Es que en Cobija hay mucha gente que vive con el Jesús en la boca. La dueña de un hotel, al ser consultada sobre si votará por el Sí o por el No, dijo que esa respuesta la dará sólo cuando llegue el día de ir a las urnas. “El otro día declaré ante la tele y después recibí una llamada telefónica ordenándome que no vuelva a hablar. ¿Quien era la persona que la llamó? “No sé. No se identificó”, dijo con una voz temerosa.

El prefecto que Evo puso en Pando, el contraalmirante Rafael Bandeira, afirmó que el Gobierno está ‘socializando’ el proyecto de la nueva Constitución porque es necesario que la gente sepa su contenido antes de ir a votar, y que la campaña se la está haciendo a través de reuniones con los grupos sociales. Bandeira, que recientemente denunció que a su teléfono celular le han llegado amenazas de muerte, no ha advertido ninguna campaña por el No y propone preguntarles a los que se sienten temerosos ante el Gobierno si la harán, porque cree que cada cual sabe lo que tiene en su conciencia.

Los únicos que se atreven a hablar en voz alta son los que están al otro lado del río Acre, en ese coliseo de Brasilea, donde viven amontonados cientos de bolivianos (se habla de 800), que pidieron refugio porque la administración de Morales los acusa de participar en las muertes de Porvenir. Pero ellos no podrán votar en el referéndum, porque dicen que si retornan podrían ser aprehendidos. Creen que, a pesar de haberse levantado el estado de sitio, las garantías constitucionales siguen siendo una ilusión. 

Franz Franco, uno de los hombres de confianza de Leopoldo Fernández, que ahora vive en Brasilea y tramita el estatus de refugiado, cuenta que todos los hombres de ‘Leo’, que son como 300, esos que hacían andar la campaña por la autonomía departamental, están fuera de Bolivia. He ahí la respuesta al por qué la ‘media luna’ que nace en ese extremo norte, se encuentra desarticulada y no existe campaña disonante al discurso del Gobierno. 

Franco es el único que se atreve a hablar, el resto de los bolivianos pasea con pantalones cortos y poleras, por la plazuela que queda a un costado del coliseo cuyo portón está abierto y si uno se acerca un poco puede ver las carpas que están levantadas sobre la cancha de fulbito.

Los bolivianos están custodiados por cuatro soldados brasileños fuertemente armados. Cuando ven que se acercan periodistas, se replegan hacia el portón del coliseo para evitar que se tomen imágenes. El militar encargado hace un llamado telefónico a su superior y después de colgar dice que hay permiso para entrevistar sólo a los que quieran hablar. Entonces Franco se desahoga. Dice que los brasileños son buenos y que la vida fuera de casa es un infierno, que muchos bolivianos se ganan la vida como jornaleros y que la oposición está herida de muerte en Pando.

Ya en Cobija, Elías Jorge Valdez, presidente de la Corte Departamental Electoral, revela que se han inscrito 4.450 personas, las que se suman a las 28.300 que forman parte del padrón electoral de Pando. Él dice que no puede asegurar si los que están en Brasil vendrán a votar el próximo 25 de enero y que tampoco puede decir si habrá más ausentismo que en el  referéndum revocatorio del 10 de agosto cuando fue del 16%.

En todo caso, muchos coinciden en que tomando en cuenta que existe un clima tenso en Pando, el resultado del próximo referéndum puede ser sorprendente.

Cobija: ciudad atormentada y muy cara

Campaña. Las autoridades hablan en voz alta a favor del Sí para el referéndum constitucional. El Gobierno llega con la propaganda a través de los medios. No existe oposición visible

image

Comercio. A ciudadanos brasileños les resulta apetecible comprar en Cobija

En Cobija, medio en broma y medio en serio, se dice que la ciudad tiene el alma y la sonrisa extraviadas y la panza vacía. Es que al fantasma de las muertes en Porvenir aquel fatídico 11 S, a las huellas de la bota militar que caminó por las calles, a los rastros de las bombas detonadas en un par de casas donde moraban contrarios al Gobierno, se suma el sufrimiento por los precios de los productos de la canasta familiar y de otras cosas, que son notoriamente caros, incluso comparándolos con los de Santa Cruz de la Sierra. 

Quien quiere comer un almuerzo en el mercado debe pagar Bs 15 y si lo quiere hacer en un restaurante, por lo menos vale Bs 50. “Es que todo es caro acá”, se excusa doña Carla Velesco, que prepara almuerzos y platos extras.

Para empezar, dice, el precio de las verduras está por los cielos porque en Pando poco se las produce y muchos de los alimentos son llevados del interior del país. La Paz, por ejemplo, que es uno de los principales centros de abastecimiento, se encuentra a cientos de kilómetros.

Alfredo, un taxista, tiene miedo de que empiece a llover porque cuando eso sucede, los caminos son intransitables y entonces, como es de esperar, los camiones con carga alimenticia no llegan y las cosas suben mucho más. 

El hecho de que Cobija sea frontera con Brasil y de que el real esté más apetecible que el peso boliviano, también encarece otros productos y servicios. Un modesto hotel, con aire acondicionado (elemental para poder dormir en las noches de calor intenso) y desayuno incluido, cuesta Bs 350 por noche, los mototaxistas cobran Bs 4 por carrera y el litro de gasolina al raleo, que venden en la calle, Bs 7,50.  La crisis económica se la siente más debido a los masivos despidos de personal de la Prefectura, puesto que buena parte del pueblo  vive de los sueldos de los empleados públicos.

Lilian Muzucu era profesora de natación de la Casa de la Juventud, dependiente de la Prefectura. “Fui despedida el 22 de octubre. Me deben sueldo desde agosto”, afirma.

El prefecto de Pando, el contraalmirante Rafael Bandeira, dijo que se han quedado cerca de 300 personas que están sometidas a un proceso de capacitación y las que se despidieron fueron más de 1.700 personas.

  Los datos  

– En Porvenir, donde se encendió la chispa de la violencia, la vida es también cara, incluso un poco más que en la capital, dicen los vecinos, puesto que muchos productos de primera necesidad son revendidos por comerciantes. 

– El cobijo que recibieron los 800 bolivianos en Brasil incluye  vivienda (muchos está en un coliseo), alimentación y salud. Muchos ya tienen el permiso para que trabajen y lo están haciendo en oficios de jardinería, construcción y plomería.   

– El ministro de la Presidencia, Juan Ramón Quintana, llegó el pasado miércoles a Cobija. Dijo que promovió respuestas a las demandas fundamentalmente de proyectos de desarrollo de cada municipio, inversión pública, acceso al crédito productivo y construcción de caminos.  

– Los dueños de las dos viviendas donde hubo detonaciones de bombas dicen que nadie les devolvió el dinero que invirtieron en las obras de refacción.

  Cronología  

– 11 de septiembre. Se produjo el enfrentamiento entre campesinos afines al Gobierno y autonomistas. Fue en Porvenir, a 30 km de Cobija, capital de Pando. Los informes divulgados dan cuenta de al menos 18 muertos y más de 40 heridos.

– 12 de septiembre.  El Gobierno de Evo Morales declara estado de sitio en Pando. Los militares toman en forma violenta el aeropuerto. En el tiroteo muere un pastor evangélico. Empiezan a confinar personas que fueron trasladadas al Regimiento Bolívar, en Viacha, a 32 km de la ciudad de La Paz. En total fueron  36 las que tuvieron que soportar el alejamiento de su hogar.

– 16 de septiembre.  Leopoldo Fernández fue sacado de su oficina bajo el pretexto de ir a una reunión con el ministro Quintana en el aeropuerto de Cobija. Lo trasladaron a la ciudad de La Paz donde se encuentra recluido en el penal de San Pedro.

– 20 de septiembre. El presidente Evo Morales promulgó el Decreto Supremo 29712, que designa al contraalmirante de la Fuerza Naval, Rafael Bandeira, como nuevo prefecto y comandante interino del departamento de Pando.

-22 de noviembre. El Gobierno emitió un decreto supremo para levantar la medida de excepción aplicada el 12 de septiembre. Los refugiados en Brasil descartan volver; los que se quedaron alertan por las venganzas. Un juez ordenó en La Paz que 20 funcionarios de la Prefectura de Pando, que estaban confinados, pasen a la cárcel. Anuncian que otros serán liberados.

-23 de noviembre. A la cero horas se levantó el estado de sitio y los pandinos volvieron a circular de madrugada y a celebrar fiestas. Pando, de a poco, retoma el ritmo de sus actividades. La gente aprovechó el final del toque de queda para sacar sus sillas a las aceras durante la madrugada.

– 24 de noviembre. A las 5:30  llegaron 16 de las 39 de las personas que fueron confinadas a la ciudad de La Paz. Del avión de la FAB fueron directo a un bus que luego los fue dejando en diferentes zonas de la ciudad. Por detrás los perseguían los familiares que habían ido a esperarlos desde las cuatro de la madrugada. Cuando se abría la puerta del vehículo, alguien sonriente bajaba, como si estuviera llegando de una batalla en la que estuvo a punto de perder la vida.