Y ahora por quien vienen

El Mundo. El Director.

El reverendo Martin Niemöller escribió aquel poema: “Cuando los nazis apresaron a los socialistas, no dije nada, porque yo no era socialista. Cuando encarcelaron a los sindicalistas, no dije nada, porque tampoco era sindicalista. Cuando se llevaron a los judíos, no protesté, porque yo no era judío. Cuando al fin vinieron a buscarme a mi, no había ya nadie que pudiera protestar”.



Aunque debo aclarar que antes sostenía que esto lo habría escrito Bertolt Brecht hoy gracias a mi amigo Hugo, experto en poesía alemana que me explicó que el verdadero autor fue Niemöller, lo tuve que verificar, de manera que -tardía pero importante- valga la aclaración.

El tema de esta introducción no es sobre origen del autor de la poesía sino de cómo podemos usarla para acomodarnos a los momentos de zozobra que estamos experimentando los bolivianos en plena democracia y estado de derecho. Debemos aclarar que la gran pregunta en estos momentos de pánico y guerra de nervios con los comentarios es; ¿Y ahora por quien vienen los encapuchados?, primero llegaron en aviones y se llevaron a Leopoldo y como no soy pandino ni Banzerista no me importó, luego vinieron por Caraparicito y como no me gustan los norteamericanos y no tengo propiedad ganadera no me importó, luego se llevaron a los pateadores del comandante de la policía y como no los trago a los de la UJC no me importó, luego vinieron por Reynaldo Bayar y como este no me agrada por chapaco no me importó, ahora están tras de Branko y como este es rico, buen mozo y seductor no me importó, después me entero que un abogado llamado Cusano Valenzuela y otros están gestando la detención de Carlos Valverde por traición a la patria denuncia hecha por las no gloriosas FFAA vencedoras de las batallas de febrero y octubre del 2003 y no me importó por que no tiene pelo y yo estoy quedando calvo, pero mañana se le ocurrirá a Rada, Quintana o Miguel Ángel Linares decidir que me llevan a mi y ahí me daré cuenta que ya es demasiado tarde para protestar.

La intención de hacer mi versión libre de la poesía de Niemöller es la de buscar que reaccionemos con mesura, responsabilidad y dentro de la ley para no otorgarle la posibilidad a esta nueva versión de los neo-nazis originarios de creer que nos tienen vencidos asustados y atemorizados, el protestar y denunciar es un precepto legal y constitucional (en la vigente) legitimo y casi obligatorio que busca anular la prepotencia de la intolerancia fascista por más disfraz que se coloquen, encima el olor a odio los identifica.

La mejor descripción de lo que está sucediendo es que Evo y sus colaboradores están asustados, están buscando amedrentarnos, agitan las aguas para encender la provocación, ¿por qué será? Las encuestas, el desencanto de la gente ante el desabastecimiento de todo, de la inflación , de la falta de seguridad, de esto y de aquello que ocurrió para que en menos de un mes después de la aprobación del referéndum -cuando las encuestas le daban al SI una mayoría aplastante y el desconcierto de ver a todos cerrar filas por la aprobación de una constitución que adolece esencialmente de legalidad-, de pronto una voz en algún rincón se escucha con temor un cuchicheo sobre el No y esto se transformó en un rumor que empezó a recorrer el alma de los pueblos, de las ciudades y hoy hace su presencia como respeto a la legalidad, a la democracia, se subordina a la propia constitución, y el gobierno está a tiempo de empezar a recomponer una relación con la gente asumiendo un respeto a la constitución.

No entendemos, si Evo ganó la elección con el 54% y el referéndum ratificatorio con más del 65%, entonces ¿por qué su afán de destruir esa democracia con su CPE para imponer un régimen de intolerancia y prepotencia simplemente por atropellar y reproducir el poder?

Cuidado, la democracia es sabia y le responderá con bofetada electoral a quien la mancille.