Cambió la ruta del narcotráfico y crece el secuestro de cocaína

EL PUERTO DE BUENOS AIRES, EN LA MIRA

Dejaron de lado las «mulas» y comenzaron a enviar grandes cargamentos a Europa. Sólo en el último mes, en el país se incautaron más de dos toneladas de esta droga. Aseguran que ahora hay células de cárteles operando en la Argentina.

Por: Virginia Messi en http://www.clarin.com/diario/2008/12/14/policiales/g-01821936.htm



750 KILOS. LOS HALLARON EL 13 DE NOVIEMBRE EN UN GALPON DE SAN MIGUEL.

En el último mes -entre el 13 de noviembre y el viernes pasado- distintas fuerzas de seguridad argentinas secuestraron unos 2.300 kilos de cocaína cuyo destino final era Europa, en particular España. Lo curioso no es sólo esta cantidad récord, que ya ubicó a este año como el de mayor cantidad de droga incautada de la historia (11.154 kilos), sino también que los decomisos se concretaron en sólo cinco operativos.

Según especialistas consultados por Clarín, lejos de ser una casualidad o una sucesión de golpes de suerte, esto responde a una tendencia: el ocaso de la era de las «mulas» (correos humanos que sacan del país pequeñas cantidades de droga en sus equipajes o incluso dentro de sus cuerpos) y el crecimiento de organizaciones con logística para traficar cargamentos grandes, ligadas -según algunas fuentes- a carteles colombianos.

«Si bien los cargamentos grandes siempre existieron», dice Diego Pérez Escobar, jefe del Departamento Narcotráfico de la Aduana, «puede ser que ahora estén pasando más y también que los detectemos mejor porque contamos con 18 escáners para revisar los contenedores que entran a la Aduana».

En colaboración con la Federal y con la Prefectura, la Aduana secuestró casi mil kilos de cocaína en la ultima semana. Se trató de dos cargamentos que estaban ocultos en paneles de madera y que confirmaron que el Puerto de Buenos Aires se sigue afianzando como uno de los favoritos de los narcos.

«Tradicionalmente las bandas usaban ‘mulas’ que viajaban a Europa por avión llevando consigo entre 3 y 10 kilos de droga cada una. Pero, al mejorar los controles en aeropuertos, y de la mano de nuevas tecnologías, los narcos mutaron hacia modalidades menos riesgosas o igualmente riesgosas pero con una mejor relación costo-beneficio», le dijo a Clarín el juez en lo Penal Económico de Capital Marcelo Aguinsky, quien interviene en causas de contrabando.

Según Aguinsky, las organizaciones minoristas «comenzaron a usar los courriers (correos internacionales) en lugar de «mulas». «Si bien cada envío es de menos de un cuarto kilo de droga, la frecuencia con que los hacen es tal que -casi sin riesgos porque usan documentos falsos-, llegan a enviar tres kilos semanales», agrega.

«Este año bajaron un 50 por ciento los casos de ‘mulas’ detenidas cuando estaban a punto de tomarse un avión en Ezeiza y creció cerca de un 300 por ciento la cantidad de paquetes con cocaína que intentaron salir del país vía courriers», conicide Pérez Escobar.

Para algunos especialistas, la aparición de grandes cargamentos también tiene que ver con una mayor eficiencia policial. Otros agregan el éxito de los escáners que se comenzaron a usar para revisar exportaciones. Pero la mayoría coincide en que además habría un mayor flujo de tráfico y nuevos actores en el negocio.

El comisario Norberto López Camelo, jefe de Drogas Peligrosas de la Policía Bonaerense, cree que «factores como el descabezamiento de los cárteles colombianos en su país hizo que las segundas líneas bajaran a tratar de hacerse fuertes en la Argentina. Pero queda claro que aún no están consolidados, que no tienen infraestructura».

Desde el Departamento de Tráfico Ilícito de Drogas de la Policía Federal, el comisario Miguel Angel Castro sostiene que «desde el 2004 a la fecha el número de causas por narcotráfico se ha mantenido relativamente estable, mientras que la cantidad de cocaína secuestrada creció. La razón: hoy los cargamentos no bajan de 200 kilos».

Según Castro el «45% de la cocaína que entra al país proviene de Bolivia, el 35 %de Perú y el 20% de Colombia. Los grandes cargamentos se triangulan directamente al exterior: el 70% va a España y el 30% se reparte entre Nueva Zelanda, Sudáfrica y Australia».

Mientras que la droga que entra al país para el consumo local se mueve con su propia lógica (ver El paco y el mercado…), los grandes cargamentos usan un sistema que el juez Aguinsky define como de «llave en mano».

«El narco compra la cocaína en el exterior, donde también hace el pago, y subcontrata en la Argentina a una organización de logística. Esta se encarga de llevar la droga al destino que le indican, cumpliendo con todos los pasos previos: la recibe, la camufla y hace los trámites de exportación. Cobra por el trabajo y además se queda con la mercadería legal en la cual se camufló la droga», detalla el juez.

«De esta manera si alguien cae preso no es ni el vendedor original ni el narco, al que se llega muy pocas veces. Lo más común es que sólo se logre detener a parte o a toda la organización de logística», agrega el magistrado.

Desde la Bonaerense, López Camelo señala otra modalidad: «Algunas bandas parten los cargamentos y usan algo para vender en el mercado local y así financiarse los costos del tráfico a Europa».

Qué porcentaje representa lo secuestrado en relación al total de droga en tránsito por nuestro país es algo que nadie se anima a calcular, aunque históricamente se habla de un 10 por ciento.

Ante tanto éxito de decomiso Aguinsky lanza un alerta: «La Aduana debe poner un ojo más severo en el control de los depósitos fiscales, porque por ahí esta saliendo la cocaína».