Cocaleros sienten que Gobierno los engañó en industrialización

Casi tres años de gobierno y el proyecto no cristaliza. Adepcoca explicó que los terrenos para la planta de industrialización están ubicados en El Alto.

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Muestra: los productores de coca expusieron mates, pomadas y vino de coca, entre otros derivados



La Prensa

Los cocaleros de La Paz sienten que el Gobierno los engañó, porque la industrialización de la coca todavía está en proyecto, el procesamiento de la hoja no tendrá un respaldo científico y tampoco está claro a qué mercados se podrá vender lo que vayan a elaborar.

El secretario de Actas de la Asociación de Productores de Coca (Adepcoca), Nicolás Chincha, aseguró que hasta la fecha las autoridades no les dieron “una respuesta clara, simplemente es discurso ¿no?, que se va a hacer el próximo mes, ya estamos haciendo, ya vamos a entregarles, pero creo que nos han usado solamente para que nosotros … nos ilusionan, no sé cuál será el fin, pero nos sentimos un poco, diría, engañados”.

El viceministro de la Coca, Gerónimo Meneces, explicó de manera escueta que la industrialización en el Chapare y los Yungas está avanzando.

Aclaró que en el caso de los productores del norte de La Paz, el Gobierno comenzó una nueva negociación con ellos. Para avanzar en ese proyecto debía reunirse el martes 23 con los dirigentes de Adepcoca, pero ellos no se hicieron presentes.

Las autoridades del Ejecutivo tenían previsto instalar tres plantas para industrializar la coca, una en Lauka Ñ (trópico de Cochabamba) y otras dos en Chulumani y Coripata, en el norte de La Paz, con recursos del Tratado de Comercio de los Pueblos y la Alternativa Bolivariana para las Américas (TCP-Alba). Incluso, el 30 de diciembre de 2006, el presidente Evo Morales inauguró las obras de lo que sería la planta en Cochabamba.

Sin embargo, esa posibilidad fracasó. “El Gobierno nos ha planteado que era un gasto insulso (aseguró Chincha) y no hay capital para invertir en esos tres sectores (para montar) la planta de industrialización; entonces, de esa manera, nos han propuesto que hagamos una planta de industrialización como institución Adepcoca”.

El 14 de septiembre, el Ejecutivo y los cocaleros del norte de La Paz acordaron que en un plazo de 60 días la planta iba a estar lista. Empero ya transcurrieron más de 90 días y a la fecha Adepcoca sólo adquirió el terreno para esas instalaciones.

Hace dos semanas, los dirigentes de ese sector compraron seis hectáreas cerca de la zona de Senkata en El Alto, aunque, según Chincha, los técnicos del Viceministerio de la Coca sólo les pidieron una hectárea en un lugar despoblado.

Aclaró que la decisión de instalar la planta de industrialización en esa ciudad responde a que, entre las exigencias del Ejecutivo para instalar esa factoría, está que debe tener acceso a gas natural y a corriente trifásica.

La instalación de la planta, según el convenio firmado con el Gobierno en septiembre, tendrá un costo de entre 800.000 y un millón de bolivianos que, de acuerdo con Chincha, será financiado con recursos del Fondo Nacional de Desarrollo Alternativo (Fonadal), dependiente de la Unión Europea.

El dirigente dijo que en la factoría que será instalada en El Alto se producirá “harina de coca y algún vino”, pero no se hará un procesamiento científico, como inicialmente se había pensado.

Los técnicos del Gobierno no les dijeron qué más se producirá y desconocen de algún proyecto.

Tampoco tienen una idea clara de a qué mercados venderán lo que vayan a producir, por la penalización de la coca en el ámbito internacional. Chincha mencionó como posibles compradores a Argentina o Venezuela. “No sé cómo harán, porque existen acuerdos internacionales”.

Precisamente, en marzo de este año, la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE), dependiente de la Organización de Naciones Unidas, emitió un informe en el que expresa que incluso el acullicu, las infusiones y cualquier derivado de la coca pueden afectar la salud humana y que esas prácticas entran en contradicción con la convención firmada por Bolivia y otros países en 1961, en la que se incluyó a la coca en la lista de estupefacientes prohibidos por la comunidad internacional.

En noviembre, una misión del Ejecutivo se trasladó a Viena, sede de la JIFE, para intentar convencer a sus 12 integrantes de que en el informe que vayan a emitir en 2009 se cambie sustancialmente lo que se había establecido en el documento de marzo de este año.

Sin embargo, esa organización les respondió que seguirán con el diálogo, les dijo que se tienen que hacer gestiones ante el Secretario General de la ONU y también solicitó un nuevo estudio de la OMS.

Yungas se siente abandonado

La Asociación de Productores de Coca (Adepcoca) lamentó que el Gobierno destine la mayor parte de los recursos del desarrollo alternativo al Chapare (Cochabamba) y no lo distribuya equitativamente entre todas las zonas productoras de la hoja.

Según información del secretario de Actas de Adepcoca, Nicolás Chincha, del financiamiento del Fondo Nacional de Desarrollo Alternativo (Fonadal) dependiente de Adepcoca, el 60 por ciento se va a Cochabamba, el 20 por ciento es transferido a los Yungas y un porcentaje similar se va a otras zonas productoras.

“No estamos de acuerdo que un 60 por ciento se dé al Chapare, siempre ha sido eso, pero qué vamos a hacer, ellos tienen el poder, el mando, hay un viceministro que define, que es Felipe Cáceres, y él tiene la última palabra en eso”,

Lamentó que por el bajo monto que se les ofrece no haya un “verdadero” desarrollo alternativo para los productores de los Yungas.

Según un reciente informe de la Oficina de la Organización de Naciones Unidas Contra la Droga y el Delito, la producción de coca en Bolivia subió en 5 por ciento, es decir, se incrementó de 27.500 hectáreas en 2006 a 28.900 hectáreas en 2007.