El espionaje venezolano no tiene límites

Y todavía el gobierno tiene el cinismo de «denunciar» planes de magnicidio contra Evo. Si algo ocurriera el MAS deberá pedirle cuentas a Chávez y  la inteligencia venezolana, que son los que comandan la seguridad en Bolivia.

image Chávez nos vigila…

La Inteligencia venezolana espía y controla a los bolivianos



Los servicios de Inteligencia venezolanos han copado el Palacio de Gobierno y se encargan desde la seguridad personal del presidente Evo Morales hasta del control de las personas que salen y entran a la sede del Poder Ejecutivo.

Los propios funcionarios del palacio no se libran del férreo control que han establecido los venezolanos y que alcanza a la intercepción de sus llamadas telefónicas, al uso del internet y envíos por correo electrónico. Estas medidas trascienden con mucho a lo que podrían considerarse como medidas de seguridad usuales en el lugar donde desarrolla su trabajo el primer mandatario de la Nación.

Los venezolanos llevan un minucioso control del origen y del destino de llamadas telefónicas que reciben o que efectúan los funcionarios y más de uno ha recibido una severa llamada de atención, en el mejor de los casos o simplemente fue despedido sobre el pucho por haber tenido algún contacto con alguna entidad, medio de comunicación o persona considerada opositora.

Como se comprenderá, para realizar este trabajo, la inteligencia venezolana tienen una extensa lista de números telefónicos de los cuales recibir llamadas o hacerlas hacia ellos podría poner en serios aprietos al inadvertido funcionario.

De tanto en tanto, un determinado funcionario es convocado a las oficinas de inteligencia ubicadas en tercer piso del Palacio de Gobierno para que explique los motivos y el destinatario de una llamada a un número no identificado.

El servicio de inteligencia venezolano dispone también de un grupo altamente especializado conocido como la “unidad de informática” que se encarga de entrar en horas de la noche a los computadores de cada uno de los funcionarios, revisar todos los archivos y ver si hay algo sospechoso.

El objeto de espionaje no son solo los archivos personales sino que son tan minuciosos que verifican las páginas de Internet que visita el funcionario y sobre esta base elaboran un detallado perfil de cada uno de ellos para determinar si pueden ser potencialmente peligrosos.

Las decisiones de los venezolanos son inapelables y si ellos deciden que la presencia de alguno de ellos no resulta conveniente para el gobierno, este es inmediatamente despedido. Esta labor de control se extiende a otras oficinas gubernamentales como la Dirección Nacional de Comunicación Social (DNCS).

Hace unos pocos meses fue despedido sin derecho a pataleo, Grover Cardozo, director de la agencia oficial de información ABI. Recién se supo que la causa de este despido fue que mantenía un estrecho y fluido contacto con el exvocero Alex Contreras, de quien había sido su recomendado y protegido

Pues bien, a tiempo de impedirle el ingreso a su oficina, los venezolanos hicieron un riguroso registro de toda la papelería del escritorio de Cardozo y trasladaron el CPU a un destino no identificado para verificar todo el material que había sido recibido o enviado desde ella.

Se trata en suma de un peligroso avasallamiento que no es visto con buenos ojos por los propios miembros de la Policía , institución sobre la que, teóricamente debiera recaer toda la responsabilidad en la seguridad del Presidente así como de todos y cada uno de los bolivianos.