El impune prepara una «gran denuncia» para tapar sus fechorías

Este sábado, el ministro Quintana llegó a Cobija y, entre otras «gestiones», se dedicó a amenazar a varios medios de comunicación.

imageEstos niños son hijos de los refugiados pandinos que permanecen en Brasilea para salvarse de la cacería política ejecutada por Quintana. Para ellos no hay justicia ni presunción de inocencia.

 



El burro hablando de orejas, afirma un dicho popular para describir a una persona que se refiere a supuestos defectos de otras personas cuando los propios son más evidentes. Y eso es lo que ocurre con el ministro de la Presidencia , Juan Ramón Quintana cuando acusa de corrupción, intolerancia y racismo a periodistas y medios de comunicación de Pando e intenta coaccionarlos y amenazarlos para montar otras acusaciones contra Leopoldo Fernández.

Que Quintana hable de corrupción resulta hasta grotesco y todo el mundo sabe que el acusar de intolerancia y racismo a quien se le ponga al frente al gobierno no es más que una burda coartada que cada vez está dando menores resultados.

En cuanto a acusar a los medios de comunicación pandinos de ocultar y haber borrado las “pruebas” de lo que el gobierno quiere mostrar, hasta ahora de manera infructuosa, como una sangrienta y unilateral masacre, ya resulta desmedido por cuanto es eso lo que él quisiera para, precisamente, hacer desaparecer cualquier indicio de su participación en los dramáticos sucesos del 11 de septiembre de este año.

Ocurre que este sábado, el ministro Quintana llegó a Cobija y se presentó -amenazante y arrogante, con la valentía que otorga la protección de 10 oficiales fuertemente armados-, en las corresponsalías de varios medios de comunicación exigiendo las imágenes que podrían tener dichos medios sobre los hechos de septiembre.

La exigencia fue naturalmente rechazada, aunque de por medio existieron amenazas y ofrecimientos económicos, ya que era más que evidente que la intención era hacer desaparecer una parte de ellos y el resto trucarlos para convertirlos en “pruebas” contra el prefecto Leopoldo Fernández a quien mantiene secuestrado en el penal de San Pedro en La Paz.

Quintana necesitaba imágenes espectaculares que pudieran hacer olvidar las denuncias por contrabando que pesan en su contra. Cuando existe un escándalo que pudiera significar un perjuicio hay que armar otro más grande para desviar la atención, dice el precepto goebbeliano que el ministro está aplicando puntualmente.

El único que se ha prestado al jueguito es Carlos Arce, quien, lamentablemente, llegó a ocupar la presidencia de la Asociación Nacional de Periodistas, fue asesor del prefecto Juan Carlos Riss (MNR) en el año 1996 y ocupó otros altos cargos en Pando durante gobiernos anteriores; actualmente es propietario de un canal local de televisión.

Arce está haciendo lo imposible por ganarse la confianza del ministro Quintana. Fue él quien le proporcionó las imágenes en las que supuestamente se dispara contra gente en el río Tahuamanu y las cuales, pudorosa y convenientemente, no fueron incluidas en un pretendido documental que fue profusamente difundido por los medios de comunicación oficiales y mostrado a la comisión de Unasur, de triste, tristísimo papel.

En esta campaña, Arce esta puntual a recibir a Quintana en el aeropuerto; pugna por acompañarlo en su vehículo y en cuanto puede le transmite solícitamente sus opiniones e impresiones sobre lo que sucede en Pando y le da algunas recomendaciones. Arce es un periodista de larga trayectoria en importantes medios, como el desaparecido periódico Presencia, entre otros. Es una lástima que culmine su carrera profesional como el «perro faldero» de un personaje oscuro y nefasto para el país.