Evo, otra vez, atropella a un humilde

Abuso de poder. Evo atropella a un periodista de La Prensa y otro es amenazado por  informar sobre hechos de corrupción en su gobierno.

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Conminatoria • Evo Morales se dirige a Raphael Ramírez, en otro acto de agresión a los periodistas*



LA PRENSA

Este medio repudia el hecho y ratifica que continuará informando

Ésta es una nueva agresión del Gobierno a los periodistas y medios de comunicación masiva.

Durante un acto cumplido anoche en el Palacio Quemado, el presidente Evo Morales exigió a los enviados de este diario que pasaran al frente, so pena de ser tildados, ellos, de mentirosos, para formular aclaraciones sobre la publicación de la fecha, mientras que el editor del área Política recibió una amenaza telefónica.

A través de una llamada anónima recibida por la esposa del editor político de La Prensa, Juan Carlos Véliz, se le advirtió que “ya sabemos quién escribió la nota” en cuestión.

Anoche, el Jefe de Estado exigió a los periodistas Gladys Mita y Raphael Ramírez que pasaran en el hall de la Casa de Gobierno, en un acto abierto de humillación pública sin precedentes durante el periodo democrático. Los llamó por sus nombres y apellidos. Uno de ellos, quien se encontraba en el lugar, avanzó, sin que él hubiera escrito la nota en cuestión y sin estar asignado al área de Política, sino que cumplía labores de cobertura en la sección Al Filo.

El acto del Presidente generó el repudio de diversas organizaciones de la prensa. Este medio hará una presentación nacional e internacional sobre este grave incidente.

Durante su alocución, el Mandatario levantó el ejemplar para lanzar acusaciones y, sin darle oportunidad para formular alguna explicación, obligó a Ramírez a mantenerse a su lado.

Empero, poco después dijo que los propietarios de esta empresa son parte de la oposición y no el periodista, a quien pretendió someter a escarnio.

Admitió, al final de cuentas, que dialogó con los propietarios de la mercadería retenida en el departamento de Pando y que como consecuencia de aquellas conversaciones dio la orden al Ministro de la Presidencia y al Presidente de la Aduana para que tomaran las decisiones que correspondan (ver páginas 4-5).

Entregó las fotocopias de las mismas cartas que fueron publicadas en la edición de La Prensa correspondiente a este martes, aunque solamente leyó una de las misivas que le remitieron los pobladores de Puerto Evo Morales. En ambas notas se comprueba que el Mandatario se entrevistó varias veces con quienes se declaran propietarios de mercadería que habría de ser vendida en Brasil, para que se promulgara un decreto para lograr su “reexpedición”.

La legislación vigente en el país establece que quien es propietario de mercadería ilegalmente internada en Bolivia es contrabandista. Los dueños del contenido de esos camiones revelan su condición en ambas cartas con sus firmas. Con ellos, Morales reveló haber dialogado y dio cuenta de que nunca daría paso a una solicitud para ampliar los límites de la zona franca del departamento de Pando.

Este diario intentó el lunes comunicarse con el ministro de la Presidencia, Juan Ramón Quintana, pero no tuvo éxito. La secretaria de la autoridad, la señora Reina Gonzales, explicó que su jefe estaba de viaje.

Al ser entrevistado, el vocero gubernamental, Iván Canelas, aseguró desconocer el caso, evitó formular alguna otra declaración y colgó su teléfono celular.

De la lectura de ambas comunicaciones escritas, a las que este diario tuvo acceso y que el mismo Evo Morales distribuyó anoche, se comprueba que hubo negociaciones entre los dirigentes de la organización territorial de base (OTB) de esa localidad fronteriza para que se permitiera la continuidad del viaje de los productos ilegalmente internados.

Morales acusó a este medio de ser cómplice de los intentos por “tapar” la matanza de campesinos en Porvenir el 11 de septiembre, sin presentar pruebas de su afirmación.

El titular y el enfoque de la nota publicada ayer no contienen juicios de valor. No señalan ni acusan al Presidente de haber participado en el hecho delictivo o de las eventuales utilidades que pudiera generar. Tampoco indica que las conversaciones culminaron de una u otra manera ni menciona a otras autoridades como responsables del hecho. Plantea un hecho objetivo, concreto y demostrable, que es la negociación con personas que declararon, por escrito, haber cometido contrabando.

Inmediatamente después de producirse este hecho, La Prensa intentó dialogar, sin éxito, con Iván Canelas para conocer una posición al respecto.

El jefe de Redacción de este medio, Carlos Morales, planteó que “en lugar de informar del caso de la mercadería en Pando, donde al parecer están implicadas autoridades del Poder Ejecutivo, debe ocuparse de esclarecer las denuncias de corrupción y no seguir humillando a los periodistas”.

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Entrega: el presidente Evo Morales enseña un ejemplar de La Prensa en el hall del Palacio de Gobierno

Otros ataques

Ésta es una nueva agresión del Gobierno contra periodistas y medios de comunicación masiva. Después del referéndum revocatorio, en agosto, Morales aseguró: “Ya no hay un Prefecto que les pague”, en referencia al contraste electoral de Manfred Reyes Villa, y calificó como “sucios” a los periodistas que habían tergiversado unas declaraciones suyas en torno al llanto de las mujeres.

En Estados Unidos, calificó como “mentirosa” a la prensa nacional, por lo que dijo que prefería los medios foráneos.

En puertas de la Residencia de San Jorge se enojó con un periodista de La Razón, a quien tomó por el brazo y lo expuso ante las cámaras, después de que le formulara una pregunta en torno a la posibilidad de que fuera expulsada la DEA del país.

Posteriormente, a manos de integrantes del Comité Cívico Popular (CCP), vinculado al Gobierno, la periodista María Luisa Callejas, de este diario, fue agredida físicamente en puertas del penal de San Pedro. Similares ataques sufrieron los colegas Melissa Ibarra, de la cadena televisiva Uno; Jonathan Condori, de la red radial Erbol, y varios más.

Durante diez años de labor, el trabajo de La Prensa se caracterizó por su ecuanimidad, equilibrio y siempre dio lugar a la parte y la contraparte en sus notas. Por ello, se hizo acreedora a premios y distinciones nacionales e internacionales.

Advertencia

Alrededor de las 21.00 de anoche, la esposa del editor del área Política de este diario, Juan Carlos Véliz, recibió una llamada telefónica en su teléfono celular.

Una voz masculina preguntó por el periodista. La esposa de Véliz respondió que ese número ya no estaba en poder de su cónyuge.

Sin darle más tiempo a dar otras explicaciones, el interlocutor, en tono amenazante, dijo: “Ya sabemos quién escribió la nota” que dio lugar al titular de ayer y que despertó la desesperación de las principales autoridades del Poder Ejecutivo.

De inmediato, el cobarde cortó la llamada hecha desde un aparato que escondió su identificación.

Como consecuencia de este hecho, los ejecutivos de esta casa periodística solicitaron anoche mismo a la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (FELCC) las garantías del caso para la normal continuidad de su labor, la seguridad de sus periodistas y funcionarios, así como la de sus familiares.

La Prensa repudia estas amenazas amparadas en el cobarde anonimato.

El enojo presidencial

La invitación: “Al periodista Raphael Ramírez y Gladys Mita, de La Prensa, pasen por favor”.

La exhortación: “No tenga miedo, y si usted no pasa quiere decir, quiere decir que miente”.

La lectura: “Le entrego cartas que me entregó. Párese un ratito por favor, vamos a leer contigo”.

El reto: “Quisiera que me demuestre el periodista de La Prensa dónde está la negociación”.

La admisión: “Sí, allá me han pedido, yo derivé a otras autoridades que atiendan”.

La negativa: “Me han pedido una ley de zona franca a Montevideo. Jamás vamos a hacer eso”.

Otro desafío: “Quisiera que el periodista demuestre dónde Evo negoció luz verde”.

La despedida: “Usted, periodista, quisiera que mañana me demuestre… Pase por favor”.

*foto La Razón