Indígena y «socialista» pero imita a los «yanquis»

El gobierno de Evo Morales ha convertido a la  ciudad de La Paz en el centro de  detención política para autonomistas y opositores a su régimen.

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Dirigentes cívicos de Villamontes, Tarija, traídos a La Paz, sospechosos del atentado al gasoducto Río Grande – Yacuiba. Están en el penal de San Pedro, junto a otros cívicos de regiones autonomistas. No se respeta la jurisdicción.



 

El gobierno de Evo Morales está replicando en La Paz , más concretamente en el penal de San Pedro, una de las prácticas más reprobables del imperialismo norteamericano: la detención fuera de toda legalidad de todas aquellas personas que se opongan a sus designios.

Guantánamo es la parte del territorio cubano controlada por los Estados Unidos y en la que se ha instalado un campo de concentración en el que son recluidas todas las personas capturadas en diversas partes del globo con el argumento de la lucha contra el terrorismo.

Todas estas personas son mantenidas bajo un régimen de ilegalidad ya que fueron capturadas y trasladadas hasta ese lugar en forma clandestina y se les niega cualquier tipo de asistencia jurídica.

Resulta llamativo que Evo este copiando casi al pie de la letra una de las prácticas más reprochables del imperio contra el cual no pierde la oportunidad de lanzar sus más agudos improperios. Captura a sus adversarios en operativos secretos ejecutados por encapuchados y los traslada de inmediato a La Paz , donde seguramente considera existe la única justicia confiable (obsecuente al gobierno).

Los aloja en el penal de San Pedro, rebautizado  como “Guantánamo»,  donde son presionados para que declaren contra quienes considera sus enemigos principales al punto que de acuerdo a conceptos manejados por especialistas, podría ser considerado como tortura sicológica.

Luego de este “tratamiento” que incluye amenazas contra los familiares, los presos políticos ya están dispuestos a reconocer que fueron manipulados y traicionados; muestran su arrepentimiento por haberse opuesto al «proceso de cambio» y  hasta tuvimos  el triste espectáculo de un dirigente cívico pidiendo perdón al “jefazo”, esperando, de manera infructuosa, recibir la gracia del pretendido mesías indígena.

De acuerdo a los planes del gobierno, son cientos las personas susceptibles de recibir este tratamiento por lo que está acelerando los estudios para ampliar el penal de San Pedro para recibir a los obligados huéspedes.

Como este recurso podría resultar algo costoso y la plata del hermano Hugo Chávez está llegando cada vez en menor cantidad debido a la baja del precio de petróleo, se está estudiando (y muy en serio) liberar para hacer espacio, a todos los detenidos por delitos vinculados al narcotráfico que finalmente son la gran mayoría de la población penal y que ahora están pateando hacia el mismo lado con el gobierno masista.

Otra forma de disminuir el número de reclusos sería liberar a todos los que quemaron alcaldes, aplicaron la justicia comunitaria o cometieron diversos crímenes habida cuenta que los autonomistas son infinitamente más peligrosos ya que han cometido un crimen imperdonable y merecedor del peor de los castigos: creer en la democracia.