La amenaza del desempleo

Editorial Los Tiempos.

Ya que el gobierno es reacio a recibir críticas provenientes de quienes considera sus “enemigos”, es de esperar que el estudio del Cedla merezca mejor trato y sea tomado como una sincera llamada de atención



Una de las consecuencias negativas que traerá consigo la crisis económica global es que, según todas las previsiones, durante los próximos meses se perderán varios millones de fuentes de trabajo en el mundo. Es tan grave el problema, que todos los países concentran sus mejores esfuerzos y energías en conjurar la amenaza. Para ello, se disputan inversiones, protegen sus respectivos aparatos productivos y cuidan sus empresas.

En Bolivia, en cambio, se hace exactamente lo contrario. Así lo demuestra un estudio del Centro de Estudios para el Desarrollo Laboral y Agrario (Cedla), una de las ONG´s más afines al proyecto político en actual ejecución, lo que impide que sus conclusiones puedan ser atribuidas, como ocurre con excesiva frecuencia, a una manipulación antigubernamental.

Según los datos del trabajo que comentamos, la tasa de desempleo en las ciudades de La Paz, El Alto, Cochabamba, Santa Cruz y Potosí llegó al 10.2 por ciento, lo que en términos absolutos significa que el número de personas que buscan un empleo y no lo encuentran, alcanza a 182.000.

Las cifras expuestas, de por sí alarmantes, lo son más aun si se considera que, a decir del mismo informe, «se trata de un nivel que se asemeja al observado en los momentos de crisis y caída de la expansión del producto, como fueron los primeros años de la década de los 2000».

Es de dominio público que los últimos años han sido los más lejanos a “momentos de crisis”, sino los mejores de las décadas recientes, pues confluyó una serie de factores que los tornaron, más bien, en años de excelentes condiciones económicas.

Si durante el período de “vacas gordas”, que ha concluido abruptamente por razones conocidas, los resultados fueron tan penosos, la pregunta obvia es: ¿qué se puede esperar del futuro inmediato, cuando todo indica que las condiciones serán tan negativas como positivas habían sido hasta hace poco?

Ahora bien, ya que el gobierno central es reacio a recibir críticas provenientes de quienes considera sus “enemigos”, es de esperar que el análisis del Cedla merezca mejor trato y sea tomado como una sincera llamada de atención. Muchos de los actuales ministros provienen precisamente de esa institución, por lo que en lugar de descalificar ese estudio, debieran tomarlo como una advertencia sobre lo que puede ocurrir si no se adoptan, de inmediato, medidas encaminadas a detener la sistemática destrucción del aparato productivo, que es lo que ha ocurrido hasta ahora, y más bien se haga lo necesario para proteger a los empresarios que, aquí y en cualquier lugar del planeta, son los mejores creadores de fuentes de trabajo.