La recesión en EEUU golpea a los bolivianos

La crisis golpea a los inmigrantes. Las calles donde ofrecen servicios de albañilería quedaron vacías. Restaurantes de comida boliviana perdieron clientela. Hay familias que perdieron su casa por la crisis.

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• Vida difícil • En la foto se muestra a una niña llorando en una marcha de emigrantes latinos frente al Capitolio en Washington DC, exigiendo la amnistía para los ilegales.



Armando Morales Luján
Corresponsal de La Razón, Washington DC

Muchos inmigrantes bolivianos indocumentados dejaron los condados de Prince William y algunos abandonan el condado de Arlington, en el estado de Virginia, donde vive la mayor cantidad de residentes connacionales en Estados Unidos.

En los alrededores de los Seven Eleven, algo así como las tradicionales tiendas de barrio, las aceras han quedado prácticamente vacías. Antes se las veía llenas de gente, especialmente varones, esperando que alguien les recoja para darles trabajo. La mayoría de los “empleadores” eran contratistas latinos o los propios angloamericanos que recurrían a la mano de obra barata para arreglarles el jardín, las ventanas o alguna pequeña remodelación de sus viviendas.

El Gobierno estadounidense ha publicado cifras alarmantes de desempleo, superiores a la recesión de la década pasada. Los despidos de las grandes compañías se cuentan por millares en Estados Unidos. Ya son más de 3 millones de nuevos desempleados que se han sumado en los últimos meses a nivel nacional.

De los indocumentados “desempleados” nadie tiene cifras confiables; sin embargo, la crisis se siente en las calles y, sobre todo, en los restaurantes bolivianos que han quedado prácticamente sin comensales.

La gente que ofrecía trabajo a los latinos y a los bolivianos, particularmente, también ha perdido su empleo. Es un efecto dominó de la crisis.

En Prince William County, la situación es doblemente riesgosa porque la crisis ataca sin piedad, al igual que unas leyes aprobadas para preguntar por estatus migratorio y restringir el acceso a ciertos servicios. Esta situación tuvo su efecto “boomerang” para el mismo condado, porque, al no haber gente inmigrante, el condado dejó de percibir impuestos en forma proporcional al abandono.

Doris Sorto, propietaria del restaurante El Rinconcito Latino en Prince William County, donde se hizo la Campaña Bolivia Solidaria este año, cuenta que perdió el 70% de su clientela.

Ella optó por reducir su personal y cerrar un día a la semana para equilibrar sus gastos, pero aún así ella está considerando cerrar su negocio.

El mercado de la construcción residencial ha caído a su peor nivel. En cambio, la construcción comercial y remodelación comercial no ha sido afectada sustancialmente. Nadie construye y nadie se arriesga a hacerlo porque hay millones de casas en el mercado que están abandonadas o a la venta a precios rebajados. Esos son los efectos inmediatos del derrumbe de la crisis hipotecaria. En efecto, el rubro de la construcción, de donde la mayoría de los bolivianos obtenía sus ingresos, ha sido vapuleado.

Remigio Torrico emigró de Cochabamba en 1993. Vino solo al principio, pero luego trajo a su esposa. Ahora tiene cuatro hijos y quedó sin empleo desde hace dos semanas. Él quisiera volver a Bolivia, pero su hija de 16 años está a punto de terminar el “High School” y eso es lo que le mueve a continuar en la lucha.

La familia de Remigio es como miles de hogares bolivianos y latinos que compraron casas con sobreprecio y con intereses “depredadores”. Cuenta que su pago de hipoteca mensual era de 4.300 dólares, pero le cambiaron las condiciones y le aumentaron 1.500 dólares más. Aguantó en esas condiciones cinco meses porque tuvo que rentar el “basement” (sótano) para ayudarse con el pago del préstamo al banco. Cuando ya no pudo más y el banco no quiso aceptar una negociación, su familia decidió abandonar la casa, asumiendo los riesgos y consecuencias de esa acción. La primera consecuencia fue la pérdida de su cuota inicial de 35 mil dólares y la pérdida de 30 mil dólares que había invertido en la remodelación de la casa, sin contar la mano de obra que él mismo había puesto, como lo hace la mayoría de los bolivianos que son bien reconocidos en Arlington, como los latinos que tienen las mejores y más grandes casas del área.

La familia de Remigio rentó un departamento y paga ahora 1.500 dólares La tragedia de Remigio es un vivo retrato de lo que están viviendo miles de compatriotas debido a la recesión en EEUU.

Los migrantes acusan de estafa a Amebol

Remigio, con la idea de hacer algo de dinero en Bolivia o tener una opción más para su vejez, decidió enviar herramientas y cajas con enseres, ropa y otros artefactos a través de la empresa de envíos Amebol, de Rafael Llanos, asentada en Falls Church Virginia.

Envió sus cajas en enero y marzo de este año, pero hasta la fecha nada ha llegado. Se siente estafado al igual que más de un millar de personas que mandaron sus cajas, autos, tractores y camiones y nunca se les entregó. Se habla de medio millón de dólares y el responsable de Amebol no se presenta a responder por sus actos.

En internet se pueden encontrar peticiones de personas que esperan aún la llegada de sus pertenencias que fueron enviadas desde EEUU a Bolivia por esta compañía, cuyo propietario aún no muestra la cara.

Según el testimonio de algunos de los emigrantes que enviaron sus pertenencias por Amebol en cada oportunidad que llaman para reclamar por sus pertenencias reciben diferentes explicaciones de parte de la recepcionista.

“Primero que era la aduana, después que necesitaban declaración de los objetos y ahora me dicen que el container está en Arica”, cuenta una señora en un foro de emigrantes en la web, que se constituye en el único medio.

AlGUNOS DATOS

El desempleo más alto • La economía estadounidense perdió 533.000 puestos laborales en noviembre, con lo que la tasa de desempleo subió a 6,7%, el nivel más alto en los últimos 15 años.

Número indeterminado • No se sabe con exactitud la cantidad de bolivianos que viven en EEUU a pesar que se habla de cuarto de millón, lo que para algunos es exagerado.

Vuelven más bolivianos • La empresa Lozada Transport Service asegura que antes traía 3 a 4 contenedores por semana de EEUU de pertenencias de inmigrantes que retornaban a Bolivia, pero ahora tiene 15 a 30 contenedores por semana.