Para cuando…

Editorial de El Nuevo Día.

Para cuando Evo Morales haya acabado de destruir a los disidentes ya se habrá terminado la democracia en el país y Bolivia no tendrá presidente, sino un tirano. Y para cuando haya terminado de destruir a los productores, la población ya estará sumida en el hambre y la miseria generalizada. Algunos se preguntarán entonces si esto es una nación o un campamento de refugiados.

Es posible que la hambruna le gane en llegar a la tiranía, aunque ambas van de la mano. Todo es cuestión de estropear un par de cosechas, estrangular a los agricultores con el racionamiento del diesel, acecharlos con el avasallamiento de sus tierras, algo que automáticamente hace saltar el picaporte financiero y por otro lado, arruinarles los mercados por medio de ridículos cupos de exportación. Los fenómenos climáticos y la política exterior del MAS, que actúa peor que un tsunami, se encargarán de hacer el resto. Esta última ya dio cuenta del ATPDEA, tiene en terapia intensiva a la Comunidad Andina y anda buscando cómo acabar con las preferencias arancelarias europeas.



YPFB se vanagloria porque supuestamente ya solucionó el problema de la escasez de diesel, pero lamentablemente nadie puede cambiar el calendario agrícola. Lo que se dejó en los campos sin cosechar y lo que se ha perdido de cultivar durante la presente temporada, es alimento que faltará en los mercados y en los hogares de la gente el próximo año. A todo esto hay que sumarle cientos de toneladas que se pudren en silos que tuvieron que improvisarse ante la prohibición de las exportaciones.

Se calcula que más de 300 mil hectáreas de tierra no producirán ni arroz, ni maíz, trigo o soya por la suma de las restricciones impuestas por un criterio netamente político. Es muy fácil anticipar lo que ocurrirá con la canasta familiar, el precio del pollo, el pan y otros productos básicos. ¿Tendrá el descaro nuevamente el Gobierno de acusar a los productores de especulación, de ocultamiento o de provocar escasez por afanes políticos? ¿Tendrá el Estado suficiente dinero para importar cantidades crecientes de harina para evitar aumentos en el precio del pan? En unos meses más la crisis económica estará en su apogeo, los mineros estarán pidiendo más y más apoyo financiero para compensar las pérdidas por la caída de los precios; la puja distributiva se acentuará por la disminución del envío de remesas, el aumento del desempleo y la inflación que podría acentuarse con la escasez de alimentos.

Para cuando todo esto ocurra, la ayuda venezolana estará llegando a cuentagotas o a lo mejor Chávez ya estará cobrándole al país los millones que le ha prestado en los años que, ni Venezuela ni Bolivia, supieron aprovechar la temporada de bonanza que brindaron los precios altos de las materias primas. Así como los plazos de la agricultura se cumplen indefectiblemente, la crisis es puntual como las mareas. Lamentablemente el Gobierno trabaja en otro calendario, el de la política, que todavía tiene mucho por recorrer.

Se calcula que más de 300 mil hectáreas de tierra no producirán ni arroz, ni maíz, trigo o soya por la suma de las restricciones impuestas por un criterio netamente político. Es muy fácil anticipar lo que ocurrirá con la canasta familiar, el precio del pollo, el pan y otros productos básicos.

La oda de Mattarollo

bajo el penoco

Si algo murió en Pando es la vergüenza y a esa señora la mató Rodolfo Mattarollo, el titular de la comisión que investigó los sucesos del 11 de septiembre en Porvenir y otras comunidades. El ex terrorista con credenciales de demócrata que le otorgó la chavista Cristina Fernández, afirma que en Pando ocurrió una masacre planificada. Nadie duda de aquello, pero omite mencionar al verdadero planificador de la violencia. Sin mayores pruebas y sin titubear dice quiénes mataron a los campesinos enviados por Quintana, pero apenas recomienda investigar las muertes a balazos de dos funcionarios de la Prefectura pandina. Ningún investigador serio hubiera desechado semejante punta de ovillo, pero Mattarollo no es tonto y sabe para quién trabaja. En ese sentido, el informe de Unasur es el “colmo” de la perfección. ¿Lula y Bachelet aplauden esa farsa?

La frase

“Hallamos más elementos a favor que ésta ha sido una masacre que de darle credibilidad a afirmaciones inverosímiles”.

Rodolfo Mattarollo, coordinador de la comisión especial de Unasur.