¿Quien es el periodista que lanzo sus zapatos contra Bush?

    Montazer al Zaidi, periodista del canal de televisión iraquí Al Bagdadia, pasará a la posteridad por ser la persona que arrojó sus zapatos al presidente de Estados Unidos, George W. Bush.

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    Bush esquiva el zapato del periodista Muntadhar al-Zeidi.



       Al Zaidi, de 27 años y licenciado en la Facultad de Información de la Universidad de Bagdad, comenzó a trabajar en 2005 en el canal de televisión vía satélite Al Bagdadia, cuya sede está en El Cairo.

    Es «equilibrado y tranquilo», aseguró a Efe uno de sus compañeros de trabajo, que prefirió no revelar su identidad debido a que la cadena les ha pedido que guarden silencio sobre esta cuestión.

    «Trabajo con Al Zaidi desde hace más de un año en el canal Al Bagdadia, y por lo que lo conozco es una persona equilibrada y tranquila que respeta a todos sus compañeros y sus amigos», dijo.

    Asimismo, subrayó que el reportero, que se encuentra bajo arresto, «rechaza la ocupación como cualquier iraquí digno y tiene el derecho de expresarlo de la manera que crea oportuna».

    Otros compañeros aseguran que Al Zaidi odia a las tropas de EEUU por la muerte de dos de sus hermanos que pertenecían al Ejército Al Mahdi, fiel al clérigo radical chií Muqtada al Sadr y que se ha enfrentado en violentos combates al Ejércitos iraquí y al estadounidense.

    El gesto protagonizado por este joven periodista durante una concurrida conferencia de prensa ha despertado una oleada de solidaridad en Irak.

    Así, el antiguo jefe del equipo de la defensa del dictador iraquí, Sadam Husein, ha asegurado que más de cien abogados del mundo entero se han presentado voluntarios para defender al agresor.

    «Este es el beso de despedida, perro», gritó Al Zaidi a Bush antes de lanzarle sus dos zapatos, que, tras ser esquivados por el presidente de EEUU, golpearon la bandera estadounidense colocada en la sala donde se celebraba la rueda de prensa.

    En el mundo árabe, mostrar simplemente la suela del «Kundar», como se dice zapato en iraquí, del «Gazma», como lo llaman los egipcios, o del «Hidaa», como se pronuncia en árabe clásico, es ya considerado una terrible ofensa, aún más grave que llamar a alguien «perro», un animal que los musulmanes consideran «impuro».

    Esta no es la primera vez que el nombre de Zaidi salta a los medios de comunicación, ya que el 16 de noviembre de 2007 fue secuestrado por un grupo de hombres armados en Bagdad cuando se dirigía de su casa en el barrio popular de mayoría chií de Ciudad Sadr, en el este de Bagdad, a su trabajo en el barrio de Al Waziriya, en el norte de la capital.

    En aquella ocasión Al Zaidi salió bien parado y fue liberado una semana después sin que, al parecer, tuviera que pagar ningún tipo de rescate, en una época en la que numerosos periodistas murieron.

    El incidente de ayer, del que el presidente de EEUU salió muy bien parado demostrando tener unos grandes reflejos, es inédito en la era de Bush, que desde la invasión de Irak en marzo de 2003 viaja rodeado por un impresionante equipo encargado de su seguridad.

    Para encontrar una acción ligeramente parecida, hay que remontarse al 10 de mayo de 2006, cuando un ciudadano georgiano, Vladímir Arutiunián, también de 27 años, lanzó una granada de mano contra Bush que no llegó a estallar.

    Aritunián fue detenido y condenado a cadena perpetua.

    De momento Al Ziadi está siendo interrogado por los servicios de seguridad del primer ministro iraquí y aún no se ha emitido ninguna acusación oficial contra él, considerado ya por muchos iraquíes como un héroe nacional.

    Pacifistas llevarán bolsas de zapatos a Bush en apoyo a periodista iraquí

    Washington, dic (EFE).- Pacifistas del grupo «Code Pink» anunciaron hoy que llevarán bolsas de zapatos a la Casa Blanca el próximo miércoles en solidaridad con un periodista iraquí que le lanzó su calzado al presidente George W. Bush durante su visita a Bagdad.

    Intelectuales y científicos iraquíes apoyan al periodista que tiró sus zapatos a Bush 

    El periodista, identificado como Muntazer al-Ziadi, permanece en una cárcel iraquí tras el incidente del domingo pasado, en el que le tiró sus zapatos a Bush, uno tras el otro, en señal de frustración por la guerra en Irak.

    El grupo, que se ha opuesto a la guerra y «ocupación» en Irak desde el principio, ha convocado a una protesta en el Parque Lafayette, frente a la Casa Blanca, para exigir la puesta en libertad de Al-Ziadi.

    En un comunicado, los activistas indicaron que llevarán a la protesta «un enorme suministro de zapatos» con los nombres de los ciudadanos iraquíes que han perecido «en la guerra de Bush».

    Se prevé la participación de veteranos de guerra estadounidenses.

    El grupo pidió al público que incluso lleve zapatos usados y se «solidarice con el pueblo iraquí para exigir un fin inmediato y completo de la ocupación de Irak».

    Al-Ziadi le lanzó sus zapatos a Bush durante una conferencia de prensa en la que el mandatario estadounidense, que llegó «de sorpresa» a Bagdad, habló extensamente sobre los retos y logros de la guerra lanzada en marzo de 2003.

    El grupo de pacifistas exige que el Gobierno de Bagdad ponga en libertad a Al-Ziadi y le retire los cargos, e incluso ha creado un fondo especial para brindarle apoyo al periodista y a su familia.

    «Es indignante que Al-Ziadi pueda recibir dos años de prisión por insultar a George Bush, cuando Bush es el responsable directo de la muerte de 1,5 millones de iraquíes y 4.200 soldados estadounidenses, y cinco millones de iraquíes desplazados», dijo Medea Benjamin, de «Code Pink».

    «El que debería estar en la cárcel es George Bush, y debería ser acusado de crímenes de guerra», agregó la activista.

    En la cultura árabe, mostrar la suela del calzado a alguien es un insulto y lanzar los zapatos es considerado aún peor.

    Al parecer, Al-Ziadi, que ya había sido secuestrado por una milicia extremista el año pasado, le arrojó los zapatos a Bush para expresar su frustración por la evolución de la guerra en Irak y «por las viudas, huérfanos y todos los muertos».

    Durante la rueda de prensa en la que se encontraba junto al primer ministro iraquí, Nuri al-Maliki, Bush se agachó para esquivar los zapatos y hasta bromeó al decir que eran «talla número diez».

    Más adelante, Bush consideró que las acciones del reportero no representaban las opiniones de la sociedad iraquí en general.

    El lunes, el acto de desprecio del periodista iraquí, un corresponsal de la cadena de televisión Al-Baghdadia, con sede en el El Cairo, fue elogiada en todo el mundo árabe, al punto de que algunos incluso lo calificaron como «heroico».

    Anas Shallal, del grupo «Voces iraquíes por la paz», dijo en el mismo comunicado que las acciones del periodista no son más que una expresión «del asco que tantos iraquíes y estadounidenses sienten contra un hombre que ha causado tanto dolor y sufrimiento».

    «Es un tributo digno al final del reino del terror de Bush», enfatizó.

    Geoffrey Milliard, del grupo Veteranos de Irak en contra de la Guerra, expresó su confianza de que si Bush «logra ver más de estos zapatos antes de que entregue el poder, tal vez sentirá algo de nuestro dolor».

    La familia del “lanza-zapatos”, orgullosa del coraje de al-Zeidi

  • Adquirió notoriedad mundial por lanzarle sus zapatos a Bush y llamarle “perro”

  • Miles de personas se manifiestan por su liberación

      El periodista iraquí Muntadhar al-Zeidi fue secuestrado en 2007 por milicianos y en enero de este año por soldados norteamericanos

      BAGDAD, IRAQ.- El periodista de la televisión iraquí Muntadhar al-Zeidi, quien la víspera ganó notoriedad mundial al lanzarle sus zapatos a George W. Bush, en una ocasión fue secuestrado por milicianos y en otra fue detenido por soldados del ejército de Estados Unidos. También es un admirador del revolucionario cubano-argentino, Ernesto Ché Guevara.

      El lunes, un día después del ataque, los tres hermanos y la hermana de al-Zeidi se congregaron en el modesto apartamento situado en el oeste de Bagdad, en el que hay un póster del Ché Guevara.

      Los miembros de la familia expresaron su desconcierto por la acción de al-Zeidi y temores de que sea torturado en la cárcel, pero también se mostraron muy orgullosos de que el periodista se hubiera enfrentado a Bush, al que muchos iraquíes consideran el destructor de su país.

      ”Juro por Alá: él es un héroe», dijo su hermana, que tiene el sobrenombre de Umm Firas, mientras observaba por una emisora de televisión árabe la secuencia en que su hermano le arrojaba a Bush primero un zapato y después otro. “Ojalá que Alá lo proteja», añadió.

      El mandatario estadounidense dialogaba con los reporteros el domingo acompañado del primer ministro de Iraq, Nuri al-Maliki, cuando al-Zeidi gritó en árabe: “¡Este es un beso de despedida, perro!» y le arrojó sus zapatos. “Esto es por las viudas, los huérfanos y todos los muertos en Iraq», agregó.

      Bush se agachó para evadir los zapatos y ninguno de ambos mandatarios fue alcanzado por los proyectiles improvisados. El periodista es corresponsal de la estación de televisión iraquí Al-Baghdadia, con sede en El Cairo.

      Con el transcurso del tiempo, al-Zeidi, un chií soltero de 28 años de edad, demostró su odio contra la ocupación militar de Estados Unidos y también contra lo que considera la ocupación “moral» de Irán, declaró el lunes su familia a The Associated Press.

      El acto de desafío de al-Zeidi el domingo lo convirtió de un periodista oscuro de una emisora de televisión de escasa importancia, en un héroe nacional para muchos iraquíes hartos de la ocupación norteamericana, que se prolonga desde hace seis años.

      Muchos iraquíes están preocupados de que Iraq caiga bajo la influencia de Irán una vez se vayan los estadounidenses.

      Varios miles de personas salieron el lunes a las calles de Iraq para reclamar la libertad de al-Zeidi.

      Al-Zeidi se unió a la emisora de televisión Al-Baghdadia en el 2005. Dos años después, fue secuestrado por pistoleros mientras realizaba una cobertura informativa en un distrito suní del norte de Bagdad.

      Fue liberado ileso tres días después luego que emisoras de televisión iraquíes reclamaron que apareciera con vida. Al-Zeidi dijo que ignoraba quienes habían sido sus secuestradores, pero su familia culpó a la organización al-Qaida.

      En enero, al-Zeidi fue nuevamente capturado, esta vez por soldados norteamericanos, que allanaron además su apartamento, dijo su hermano, Dhirgham. Fue puesto en libertad al día siguiente y las tropas de ocupación le ofrecieron disculpas.

      Esas experiencias lo ayudaron a sentir un profundo resentimiento por la presencia militar norteamericana y por la influencia que tiene Irak en los sectores religiosos iraquíes, dijo su familia.

      ”El odia la ocupación material estadounidense tanto como odia la ocupación moral iraní», dijo Dhirgham.