El MAS tiene listo el plan «B», si fraude mediante, no logra imponer el Si

Los que están por el Si, disponen del aparato estatal y recursos económicos para hacer campañas en todo el país. Los que están por el NO, con el entusiasmo de espíritu y el poder de la verdad.

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Si el MAS dice que habrá violencia hay que hacerle caso



Las advertencias del ministro de Gobierno, Alfredo Rada, no son en vano; realmente el MAS piensa desatar una ola de violencia en caso de que el NO resulte vencedor en el referéndum o aún, si como muestran las encuestas independientes, el SI resulta vencedor por un estrecho margen.

En este último caso se piensa reemplazar la legitimidad que debiera resultar de un voto de consenso, producto, a su vez de la elaboración de un texto constitucional en el que se vean reflejados todos los sectores de la población, por la manida “movilización de las organizaciones sociales”.

Sin embargo, existe un paso previo: la permanente represión hacia los dirigentes o sectores que opten por el NO mediante el uso de organismos de seguridad del Estado o de los grupos paramilitares que están funcionando profusamente en todo el territorio nacional y que responden directamente a los dictados del palacio de Gobierno.

Los métodos a emplearse en esta etapa que se prolongaría hasta el mismo 25 de enero serían directamente represivos y en algunos casos se acudiría al chantaje o la extorsión utilizando mecanismos como Impuestos Internos y la Contraloría. Un componente fundamental dentro de esta estrategia fue el cambio del Contralor designado por mecanismos institucionales por un militante masista.

El gobierno sabe perfectamente que el Contralor Gutierrez deberá reasumir su puesto por cuanto su destitución fue totalmente arbitraria pero lo que realmente le interesa es “controlar la Contraloría ” hasta el 25 de enero para usarla como mecanismo de presión.

Si todo este entramado de represión, chantaje, extorsión y fraude no dan resultado, se dejará vía libre a las “organizaciones sociales” para que se movilicen para exigir que la constitución masista sea aprobada de facto, independientemente del resultado del voto, mediante una “ley”.

Es decir, se utilizaría un mecanismo similar al que se uso para hacer aprobar en el parlamento las llamadas “reformas” a la constitución masista.

Si duda las consecuencias de dicha estrategia han sido analizadas por los masistas pero es evidente que no les dan mucha importancia. Consideran que los muertos son tan solo una eventualidad, una pequeña contingencia previsible en el camino hacia lo que llaman “cambio”.

Por otra parte, luego de que se produzcan los muertos, siempre estará lista una “comisión” de Unasur, encabezada en lo posible por el mismo Rodolfo Mattarollo, que elaborará un informe parcializado, que como ocurrió en el caso de Pando fue tan burdo, que los propios presidentes de los países miembros de este organismo prefirieron hacerse a los que no ven nada y no escuchan nada.