El milico «terrorista», protegido del poder

George Nava tiene fuertes ligazones con la inteligencia venezolana. Se sabe que cuenta con la protección del ministro Quintana y hasta del propio Evo, a quienes es muy útil en las tareas de espionaje y guerra sucia dentro y fuera del Ejército.

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Al parecer el teniente George Nava tiene a su disposición muy buenos y eficaces mecanismos que le permiten salir de la cárcel sin que se le mueva un pelo y hacer viajes a Venezuela en el momento que lo decida a pesar de que aún es objeto de una investigación por su participación en un atentando contra un canal televisivo en la ciudad de Yacuiba.



Es por todos conocido que el mencionado militar, parte del grupo de seguridad del Presidente Evo Morales, hace en forma permanente viajes a Venezuela, donde recibió cursos sobre inteligencia militar. De ahí que su pertenencia a los servicios de inteligencia de ese país sea también ampliamente conocida.

Ahora bien, los argumentos del ministro de Defensa, Walker San Miguel para justificar dichos viajes resultan simplemente risibles. Decir que los viajes de Nava fueron realizados por cuenta propia es nada más y nada menos que una burla al sentido común.

En primer lugar Nava tiene un arraigo en su contra emergente del proceso de investigación sobre el atentado en Yacuiba y por tanto es claro que alguien de mucho poder tuvo que autorizar sus salidas al exterior sobrepasando las decisiones judiciales.

Por otra parte, todo el mundo sabe que un militar no puede realizar viajes al exterior así por así. Aún para salir dentro del territorio nacional de su lugar de destino tiene que recibir una autorización de sus superiores ya que ningún miembro de una institución de mando totalmente vertical como son las Fuerzas Armadas puede andar pataperreando como le plazca.

El teniente Nava es miembro del grupo conocido como “Chachapumas” que se encarga de la seguridad personal del presidente Morales y de otras personas de la jerarquía gubernamental. Sin embargo es claro que esta no es la única función que cumplen ya que también son sospechosos de haber realizado otras operaciones encubiertas, entre ellas el atentado contra Unitel en Yacuiba.

Nava no es bien visto dentro de las Fuerzas Armadas y se lo sindica de ser quien pasa los informes a la inteligencia venezolana sobre las actividades y opiniones de sus camaradas. En muchos casos estos informes son determinantes para decidir los ascensos y los destinos de los oficiales.

Los que son mostrados como desafectos siempre verán postergadas sus aspiraciones, relegados por otros que si bien no tienen la trayectoria profesional necesaria, si se han incorporado oportunamente al “proceso de cambio”.

Estos militares masistas acuden en forma recurrente a Venezuela donde reciben instrucción en la llamada “Escuela de Lanceros” que ha reemplazado a la tristemente célebre “Escuela de las Américas” de la Zona del Canal de Panamá donde se formó más de un dictador latinoamericano.

En la escuela venezolana se forman ahora los oficiales que sustentarán el proyecto masista que también es dictatorial y es ahí a donde se dirige George Nava en sus frecuentes viajes.