En nombre de Dios

Por lo visto, Evo Morales no sólo va a tener que tragarse más de una hostia, sino también furibundos anuncios de televisión que relacionan a la constitución del MAS con el aborto, con el matrimonio entre personas del mismo sexo y con el “ojo por ojo” de la justicia comunitaria

Editorial El Nuevo Día.

El presidente Morales se tragaba una hostia el martes durante una ceremonia religiosa en Potosí, tratando de menguar las tempestades que se le vienen, luego de haber sembrado tantos aguaceros en contra de la Iglesia Católica. Pero ya era tarde. En Sucre, el mismo día, miles de feligreses de todos los colores, curas y pastores evangélicos, se unían en una jornada de oración que se repitió en otras ciudades del país, acto que abiertamente dejó traslucir su posición de rechazo a la constitución que será sometida a referéndum el 25 de enero, argumentando que ese texto, además de violentar los principios democráticos, también va en contra de los valores cristianos.



Si bien la Iglesia Católica no ha manifestado un rechazo abierto ni contra el MAS ni en relación a su proyecto de constitución, los evangélicos, en los que intentó apoyarse Evo Morales para tratar de pescar en río revuelto, han iniciado su propia campaña por el “No” y sus argumentos son fulminantes.

Con Biblia en mano y con el mismo fervor proselitista que los caracteriza, connotados representantes de las distintas denominaciones protestantes, no dudan en señalar aquellos artículos de la constitución que contradicen las enseñanzas que ellos predican en los púlpitos. El culto a la Pachamama expresado en el preámbulo y el derecho que se les otorga a las escuelas públicas a elegir la enseñanza de cultos ancestrales y adorar dioses distintos al de Abraham y Moisés, son suficientes motivos para salir a las calles, como ya lo están haciendo, a pedir un voto de rechazo.

Aquellas posturas no dejan de ser polémicas y rebatibles, pero a la hora de posicionar consignas –y el MAS lo sabe muy bien-, lo que menos importan son los terrenos grises. El oficialismo no supo medir lo que implicaba arremeter con saña contra los asuntos de la fe, como si se tratara de un asunto secundario para la población. El hecho es que la inmensa mayoría de los bolivianos son seguidores de la fe cristiana y si algunos grupos conservan tradiciones religiosas “originarias”, lo hacen en el marco de un proceso de inculturación entre diferentes creencias. El catolicismo ha manejado esta relación con mucha tolerancia, pero en el caso de los protestantes, éstos directamente hablan de idolatría y de paganismo. Ya vaya que esos términos tienen fuerza en la historia de la humanidad.

Por lo visto, Evo Morales no sólo va a tener que tragarse más de una hostia, sino también furibundos anuncios de televisión que relacionan a la constitución del MAS con el aborto, con el matrimonio entre personas del mismo sexo y con el “ojo por ojo” de la justicia comunitaria. Es posible que estos razonamientos sean mucho más efectivos sobre la opinión pública que otros que se han machacado hasta el cansancio. Los que levantan las banderas del “No” se han dado cuenta y eso tiene preocupado al oficialismo.

La inmensa mayoría de los bolivianos son seguidores de la fe cristiana y si algunos conservan tradiciones religiosas “originarias”, lo hacen en el marco de un proceso de inculturación entre diferentes creencias. El catolicismo ha manejado esta relación con tolerancia, pero otros lo consideran paganismo.