La recesión acosa al euro

La crisis económica se intensifica en el escenario de la eurozona

La degradación de la deuda de tres estados amenaza la cohesión monetaria

J. RAMÓN GONZÁLEZ CABEZAS  – LA VANGUARDIA



Barcelona

La crisis en Portugal, Italia, Grecia, España e Irlanda resucita la polémica imagen de los ‘pigs’ de Europa

La falta de regulador y de un órgano capaz de intervenir en un país de la UE en crisis vuelve a escena

Diez años después del nacimiento de la moneda única europea, la zona euro se enfrenta a su primera recesión sin siquiera haber logrado cohesionar a los 27 estados de la UE. Con la recesión regresan también las especulaciones y temores sobre la inviabilidad del proyecto y el riesgo de implosión de la Unión Económica y Monetaria bajo la acumulación de los déficits y la explosión de la deuda de los estados. El propio patrón del BCE, Jean-Claude Trichet, se ha visto obligado a calificar esta semana de "infundada" la hipótesis de una crisis de hondo calibre, reiterando por enésima vez que los gobiernos deben ajustarse al pacto de estabilidad y no dejarse arrastrar por el gasto público o el endeudamiento irracional.

La degradación del rating de la deuda de tres estados miembros (Grecia, España y Portugal) en sólo una semana, coincidiendo con el deterioro del escenario económico del 2009 previsto por Bruselas, evoca el áspero augurio lanzado en vísperas del septiembre negro por Financial Times, bajo el acrónimo PIGS (cerdos), para anticipar una recesión profunda en Portugal, Italia, Irlanda, Grecia y España por la losa del déficit por cuenta corriente y las dificultades de financiación. "Hace ocho años, los cerdos llegaron realmente a volar. Sus economías se dispararon después de unirse a la eurozona (…) Ahora los cerdos están cayendo de nuevo a tierra", escribió FT para escándalo de los países mencionados. Cabe decir que entre entonces y hoy la banca británica ha sido prácticamente nacionalizada y el Gobierno ha endeudado al país sine die para salvar su sistema financiero.

"Es muy inquietante ver cómo ciertos países europeos deben pagar mucho más que nosotros por sus préstamos" , dijo el propio ministro de Economía de Alemania, Michael Glos, ante la brecha que crece entre el bono alemán y los de otros socios europeos como España, que deberá pagar 170 millones más por la rebaja de la calificación de solvencia de la deuda. Esta disfunción amenaza la cohesión de la zona euro, donde la CE vaticina para este año una media de déficit del 4% del PIB y hasta del 4,4% en el 2010, muy por encima del límite máximo del 3%.

Aceptado el carácter excepcional de la situación y la necesidad de relajar la disciplina presupuestaria, el debate cobra cuerpo ante el difícil horizonte de las economías que han crecido a lomos del boom inmobiliario y la deuda, cada cual a su medida. Es el caso de España, Grecia, Portugal e Irlanda. En lugar del insultante – aunque ingenioso-pigs de la prensa británica, Le Monde los presenta como las nuevas ovejas negras de la familia europea que amenazan con debilitar la moneda común.

"El tema candente del momento en los mercados es una ruptura de la Unión Económica y Monetaria, unos temores similares a los que se propagaron en los mercados en el 2003 y el 2004", dice Aurelio Maccario, economista de Unicredit, en alusión al supuesto de que alguno de los países más endeudados se viera tentado a salir de la eurozona para devaluar la moneda, imprimir billetes y zafarse del diktat de Maastricht. "En algunos mentideros de España ya se habla de si tal vez no sería mejor estar fuera del euro", apunta el economista Robert Tornabell, que juzga tal idea un disparate. "Diez años atrás, todos los premios Nobel estadounidenses decían que el euro era inviable, pero de no ser por él hoy estaríamos en el infierno", añade.

Algunos medios insinúan que, en el extremo opuesto de la cuerda del euro, los países virtuosos – Alemania-podrían tener razones para dar también el portazo al euro y no tener que financiar más a las economías débiles". "Es muy improbable cualquier escisión, ya que los costes de salir de la eurozona serían casi insoportables con respecto a las pocas ventajas", afirma Aurelio Maccario.

En un clima de inquietud y perplejidad ante la dureza de los pronósticos, la ineficacia de los programas de rescate financiero y la tardanza de resultados en los planes de reactivación, los ministros de Finanzas de la zona euro suscribieron el martes una sintomática promesa de "volver a la senda de la consolidación de las finanzas públicas (…) en cuanto sea posible". No será tarea fácil para las economías más sacudidas por el paro y amenazadas por una recesión duradera como la española.

La falta de regulador europeo y de un órgano capaz de intervenir en un país en crisis agita la escena. Sin embargo, Trichet ha recordado que el tratado de Maastricht incluye la facultad del BCE de supervisar los bancos de la zona euro. "Él ya está dispuesto, pero los principales bancos centrales – entre ellos Alemania-se oponen porque no están dispuestos a ceder soberanía", explica Tornabell. "Casi 45 grupos transfronterizos controlan casi el 70% de los activos bancarios – añade-y no sería tan difícil la supervisión".