Masistas «se matan»por espacios de poder

La pugna por el control de la presidencia de la Cámara de Diputados tiene, hasta el momento, tres protagonistas, todos ellos masistas, que no están escatimando ni recursos ni artimañas. Se trata de Edmundo Novillo, César Navarro y del figurón de siempre Gustavo Torrico.   image

Por el momento se ha podido observar una cierta coincidencia de intereses entre Navarro y Torrico, que no ven con buenos ojos que Novillo acceda, por cuarto año consecutivo, a la presidencia de Diputados. Por tanto están corriendo la voz entre sus correligionarios que Novillo ha montado en la Cámara de Diputados toda una estructura de corrupción que contempla el más descarnado nepotismo, la asignación de cargos a guapas secretarias a cambio de favores fácilmente deducibles y compras de equipamiento no del todo transparentes.

Sin embargo, Novillo devuelve gentilezas y hace recuerdo que todo de lo que se le acusa es parte de una práctica muy arraigada entre sus eventuales contrincantes cuando estos ocuparon la jefatura de bancada del MAS.



También se remonta tiempo atrás y hace recuerdo al diputado Torrico de aquellas épocas cuando era dirigente de los adjudicatarios del Fonvis y se daba una vida más que holgada con los aportes que exigía mientras que él, el único sacrificio que hacia era pasearse en paños menores por las calles paceñas.

Navarro también recibe lo suyo y se le recuerda un asunto bastante turbio en Potosí relacionado con el uso, por lo menos irregular, de recursos prefecturales para movilizar a grupos de mineros y de los cuales nunca rindio cuentas.

Entre los tres se lanzan también mutuas acusaciones sobre el uso de influencias para obtener favores de determinadas funcionarias y que dan la muestra de la catadura moral de estos “tenorios” masistas.

En la Cámara de Senadores, el que está siempre al borde del llanto y notoriamente compungido es Carlos Borth, el popular Chaly. Ocurre que recién se dio cuenta que los traidores pueden ser utilizados pero que nunca nadie confiará en ellos.

El MAS lo utilizó a su regalado gusto con la promesa de que se le daría la presidencia de la Cámara Alta pero a la hora de la verdad no ocurrirá nada de esto y lo único que está recibiendo es el desprecio de quienes traicionó y de quienes se alió para traicionar.

Triste final para alguien que llegó a ser una persona muy allegada a un político como pocos y  paradigma de la honestidad y la dignidad como fue Marcelo Quiroga Santa Cruz.