Murió el sabio de México

Ernesto de la Torre, hombre clave de la cultura mexicana del siglo XX, murió en el Distrito Federal a los 91 años. Investigador emérito, historiador, maestro y bibliófilo, estaba considerado como el infatigable sabio de México y como el gran bibliófilo. Amante de los libros, infatigable constructor de la historia de México, catedrático durante 63 años en la Universidad Nacional Autónoma (UNAM), autor de cuatro exhaustivos volúmenes sobre la independencia nacional, el maestro Ernesto de la Torre  dedicó su vida a la investigación, la enseñanza y la promoción de la cultura.

Con un listado impresionante de trabajos publicados; con libros sobre historia, antropología, etnografía, literatura; con más de 2.000 publicaciones en revistas; con premios otorgados por instituciones nacionales y extranjeras, Ernesto de la Torre influyó de manera importante en la vida cultural mexicana.

Entre sus numerosos textos en los campos de la historia, el derecho y la bibliografía, destacan "El triunfo de la República liberal (1857-1860)", "La intervención francesa y el triunfo de la República", "La expansión hispanoamericana en Asia: siglos XVI y XVII", “Breve historia del libro en México”, “Elogio y defensa del libro”, “Metodología de la investigación bibliográfica, archivística y documental”, “Leyes del descubrimiento y Conquista en los siglos XVI y XVIII”, “Lecturas históricas mexicanas”, “Historia documental de México” (en colaboración), “Fray Pedro de Gante”, “Historia de México”, “Memoria de los Virreyes de la Nueva España”. 



Autor de obras fundamentales para el mejor entendimiento de la guerra de Independencia de México, Ernesto de la Torre fue miembro de las Academias Mexicana de la Lengua y Mexicana de la Historia; director de la Biblioteca Nacional, fundador del Instituto de Investigaciones Bibliográficas de la UNAM y del Instituto José María Luís Mora.

Ernesto de la Torre nació en 1917 en Tlatlauqui, Puebla, donde creció "en un medio y un ámbito con amplia memoria histórica", como gustaba recordar. Especialista en la guerra de Independencia y en el siglo XIX, estudió en la Escuela Nacional de Jurisprudencia (1937-1941) y en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM (1935-1938). En 1941 cursó una maestría en el Centro de Estudios Históricos de El Colegio de México, y más tarde se doctoró en La Sorbona, de París.

José Moreno de Alba, director de la Academia Mexicana de la lengua, comentó: "Ernesto era un amigo entrañable, fui su admirador y discípulo. Era un investigador con dos características fundamentales: sabio y bueno. En estos momentos en que estamos preparando la conmemoración del bicentenario de la Independencia, nos hará mucha falta un hombre como don Ernesto, quien dedicó la mayor parte de sus estudios a ese periodo nacional".

El académico Carlos Montemayor resaltó la seriedad con la que el autor de “El triunfo de la República liberal (1857-1860)” y “Testimonios históricos guadalupanos” se abocó al estudio de la historia de México. "El legado de De la  Torre es de imparcialidad, integridad moral y científica; hay que rendir tributo a una ininterrumpida labor de investigador, recolector, analista y editor", destacó el ensayista.

"Fue un sabio investigador, nacionalista, comprometido con la historia de México, con un gran sentido patriótico", dijo Alicia Mayer, directora del Instituto de Investigaciones Históricas de la UNAM.

JOAQUIM IBARZ