No hay mal que dure cien años,

Susana Seleme Antelo

le dije al abogado constitucionalista, Dr. Wilman Durán, mientras hablábamos de la coyuntura política en Bolivia. “Bien dicho, pero puede durar cincuenta años” me respondió. Y fue como una premoción: dos días después, el presidente, en su mejor estilo, afirmó que él y sus movimientos sociales no están de paso por Palacio Quemado. “Hemos llegado para quedarnos toda la vida”. Concluyo la frase del titulo: ¡no habrá cuerpo que lo resista!

Ya sabíamos que apuntaba a la dictadura y hoy lo confirma el caudillo presidente, autoritario, machista, enfermo de narcisismo; es decir, un amor desfrenado hacia sí mismo, grave enfermedad mental, en este caso de naturaleza política. Con esos antecedentes, ha sentenciado que si no gana el SI el próximo domingo 25 de enero, gobernará por decreto, lo que significa cerrar el Congreso. No sus puertas ni mandar a sus casas a los parlamentarios, sino cancelar las labores que le son propias al primer poder del Estado: legislar, dictar leyes, fiscalizar. Sería un sutil Golpe de Estado a la democracia que, a estas alturas, a Morales y a sus hombres les ‘vale madre’. Eso es lo que han hecho en tres años de gobierno: hacer creer que vivimos en democracia. Lo que estamos sufriendo es una ‘democradura’, que no respeta los derechos y libertades ciudadanas, ha desmantelado el poder judicial y la economía. Si gana el NO, dicen, habrá ‘estado de sitio civil’, es decir, los movimientos sociales dirigidos por su caudillo, gobernaran con la justicia comunitaria en la mano.



A esa justicia le diremos NO, porque desconoce el principio de que indios, afros, mestizos u otros, somos iguales ante la Ley, y que el respeto a la vida es una ley natural y jurídica, que se respeta sin distinciones de origen ni cultura. Los linchamientos, las torturas, los chicotes, o quemar vivas a las personas, es violación de los Derechos Humanos. Entonces, NO.

El proyecto de constitución al que le diremos NO el 25 de enero, contiene la intención de dominar el territorio y la vida de las y los bolivianos. Da vergüenza ajena escuchar a los recalcitrantes centralistas de Morales y compañía hablar de autonomías, a las que masacraban de palabra y obra hace poco. Ahora utilizan las imágenes de los Cabildos y se atreven a decir que las autonomías están en el proyecto de marras. Mentira y cinismo juntos. Las que el MAS y otros han ‘enchufado’ ahí, son una trampa para confundir a la gente. La autonomía por la que luchamos y votamos, seguirá siendo una bandera de lucha contra la impostura del gobierno. Las autonomías indígenas y regionales vacían de contenido las departamentales, fragmenta el territorio, desconoce la actual división política del país, y llevará a mayores enfrentamientos. Por eso, el voto es NO,

El NO del 25 de enero es para poder seguir pensando, hablando, escribiendo, opinando y viviendo en libertad, de acuerdo al fuero interno de cada quien, sin miedo a ser humillado, como los periodistas, ni perseguidos, ni confinados, ni exiliados.

El proyecto que nos presenta el MAS es una copia -arreglada- de la constitución de Hugo Chávez. Entre otras razones, por eso también le diremos NO. Morales resultó más pretencioso que su mentor: éste quiere reelegirse hasta el año 2021, y su alumno, para toda la vida. ¿ Y el cambio? Es el cambio hacia la democradura, aunque el presidente de Brasil le haya dado sanos consejos. Han caído en el saco roto del narcisita. ¡Vamos por el NO!

EL DEBER 18-01-09