Quieren repetir el «triunfo» del revocatorio

Con fraude y presión, el 25 de enero Evo y el MAS esperan superar los porcentajes alcanzados en el pasado referendo revocatorio.

imageLos «movimientos sociales» masistas apuestan por el SI a la nueva Constitución, cuyo contenido, para ellos, es un ilustre desconocido.

Estamos a pocos días de ver, una vez más, otra muestra de la tan cacareada “voluntad democrática” del gobierno del MAS. Está claro que el gobierno no quiere dejar nada al azar en vistas del referéndum constituyente del 25 de enero próximo y las reuniones con dirigentes de los llamados “movimientos sociales” son permanentes.



El objetivo no es otro que aplicar los mismos mecanismos que usaron para el referéndum revocatorio de agosto pasado. Es decir, el fraude por los métodos clásicos lo que implica suplantación de identidad, duplicación de documentos y otras matufias que tan diestramente utiliza el MAS.

Pero la carta fuerte del MAS radica en la presión, abierta y descarnada, hacia los habitantes de las regiones en las que se ha prohibido el ingreso de la oposición. Ya se vio en que consiste este mecanismo. Se trata del control, voto a voto, de forma de evitar que alguien resulte respondón y se exprese en forma contraria a la que se ha determinado desde el Palacio de Gobierno.

Resulta paradójico que un gobierno que se reclama “del cambio” esté utilizando métodos tan característicos de la llamada “democracia del cero” imperante durante el gobierno del MNR, allá por los años 50.

Este método no tenía nada de sutil y no era raro que cuando un campesino acudía a votar, constatara que ya lo habían hecho por él los caciques de su comunidad, los mismos que hoy reciben el título de “dirigentes de los movimientos sociales”. Evidentemente las siglas cambiaron, los protagonistas también, pero las prácticas son similares y aún peores.

Son iguales también las intenciones: mostrar una suerte de unanimidad que el MAS sabe muy bien que está muy lejos de conseguir. Es más, sus propias encuestas muestran que la constitución masista tiene el rechazo de un amplio sector de la población, lo que lo mueve a la preocupación y lo motiva a redoblar sus esfuerzos para seguir alimentando la ficción en la que se desenvuelve.

Los que deberán alimentar esta ficción, es decir los dirigentes de las “organizaciones sociales”, ya saben muy bien en que terreno pisan y sus exigencias, tanto monetarias como en “espacios de poder”, son cada vez más grandes y, ojo, esto no lo dice la oposición sino el propio Evo.

Esta compra grosera de lealtades es posible, ya lo sabemos todos, a la “ayuda” venezolana que viene contante y sonante, de la misma forma en la que la deberemos pagar todos y cada uno de los bolivianos cuando llegue el momento y hay motivos para pensar que este momento está bastante cerca ya que la baja del precio del petróleo no permitirá a Hugo Chávez seguir manteniendo el mismo ritmo en la entrega de recursos a los gobiernos que le son incondicionales y que la hacen de coro en sus desentonadas críticas hacia un sistema económico del cual es uno de los principales beneficiados.