Bolivia sí produjo torta de uranio

Nuclear. El Director de Minería revela que se explotó el cerro Cotaje. Se produjo al menos 57 kg de torta de uranio en los años 70.

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Autoridad: Luis Alberto Echazú, ministro de Minería y Metalurgia, es entrevistado en el Palacio Quemado



La Prensa

COBOEN INSTALÓ UNA PLANTA SEMIINDUSTRIAL CERCA DEL CERRO COTAJE EN 1974

Actualmente continúa en funciones el Centro de Investigación Nuclear en Viacha.

Entre 1974 y 1983, Bolivia produjo al menos 57 kilogramos de yellow cake o torta amarilla de uranio, según informó ayer a Radio Panamericana el ex funcionario de la desaparecida Comisión Boliviana de Energía Nuclear (Coboen) René Cornejo Durán, hecho que fue confirmado a La Prensa por el director general de Minería, Freddy Beltrán.

Un informe de inteligencia de la Cancillería de Israel en sentido de que Bolivia y Venezuela venden uranio a Irán para alimentar su programa armamentista atómico generó el inmediato rechazo de las autoridades bolivianas.

El Director General de Minería insistió en que actualmente el país no produce ni un solo miligramo de uranio. “Eso fue lo que dijo el ministro Luis Alberto Echazú y quiero desmentir enfáticamente que el país provee uranio a Irán. Eso es falso”.

La torta amarilla de uranio es el resultado de la lixiviación (tratamiento del mineral con ácido sulfúrico para separar sus partes solubles de las insolubles) y la concentración de ese material. El producto es amarillo y tiene la apariencia de una torta, por los resquebrajamientos resultantes del secado.

Es uranio no enriquecido, que no puede usarse por sí mismo para construir armas nucleares. En un reactor, puede ser utilizado para obtener plutonio, que sí sirve para esas armas. A partir de esta sustancia, también se puede obtener uranio enriquecido, que es válido para armas y reactores.

El director nacional del Servicio Geológico Técnico de Minas (Sergeotecmin), Fernando Saravia, confirmó ante la Agencia de Noticias Fides que en la década de 1970 Coboen desarrolló proyectos de explotación de este mineral radiactivo en el departamento de Potosí, aunque los “valores encontrados eran antieconómicos”.

Cornejo Durán aseguró que la cantidad procesada en una planta semiindustrial montada en cercanías del cerro Cotaje, en el límite entre los departamentos de Oruro y Potosí, “ya tiene un carácter comercial, ya se puede vender, porque hasta esa fecha no teníamos la tecnología para hacer los siguientes procesos de refinación y llegar a su enriquecimiento, (proceso) que sólo está al alcance de países muy desarrollados”.

“Estos procesos han significado mucho esfuerzo, mucho tiempo de investigaciones e incluso profesionales bolivianos salieron fuera del país para ganar experiencia”.

El material resultante fue almacenado en turriles comunes.

El proyecto quedó truncado en 1983, cuando Coboen pasó a depender del Servicio Geológico de Bolivia (Geobol) “y la parte de metalurgia pasó al Instituto Minero Metalúrgico de Oruro”, actualmente Sergeotecmin.

Beltrán sostuvo que lo que se produjo fue vanadio, un metal con aplicaciones nucleares.

“Es sabido que fue así. Bolivia llegó a producir ese mineral en el cerro Cotaje. Actualmente, la mina está cerrada y la infraestructura se encuentra en deficientes condiciones, pero la Prefectura de Potosí anunció estudios para determinar la factibilidad económica de la explotación”.

Cornejo Durán sostuvo que lo producido en la planta semiindustrial de Cotaje fue “dionato de vanadio, pero con concentración de mineral radiactivo, en este caso uranio. En septiembre de 1982 dejé la entidad, no sé cuál ha sido el destino, el lugar de almacenamiento o custodia de este material. Por referencias tenía entendido que esto había pasado al Instituto Minero Metalúrgico de Oruro”.

La Comisión siguió labores hasta 1983, periodo durante el cual pudo haber generado una cantidad mayor de yellow cake.

Beltrán explicó que no conoce cuál ha sido el destino de esa producción, pero dijo que anteriores autoridades pudieron haber vendido esas existencias o pudieron haber sido destinadas a investigaciones u otra labor.

La Administradora de Sergeotecmin-Oruro dijo que al recibir los activos de la entidad no se contabilizó este material radiactivo en depósitos.

Cornejo Durán dijo que “la documentación correspondiente a la parte técnica, geología, minería y metalurgia, se ha concentrado, en primera instancia en el Ministerio de Minería y Metalurgia, pero, cuando se produjo la desmembración de Coboen, tengo la seguridad de que la información ha pasado a la biblioteca de Sergeotecmin”.

Reactor en Viacha

El ex funcionario de Coboen aseguró que en el municipio de Viacha se instaló un reactor nuclear, que no podría ser capaz de producir armamento atómico.

“Este equipo se denomina potencia cero. Produce neutrones, pero no tiene la finalidad de fabricar armas nucleares, ni siquiera energía eléctrica”.

Un un reactor de potencia cero tiene fines pacíficos y fue aplicado para efectuar estudios ordenados por el Instituto Nacional de Medicina Nuclear para tratar a pacientes con enfermedades de la tiroides.

Coordinó labores con el desaparecido Instituto Boliviano de Tecnología Agropecuaria (IBTA) para realizar “experimentos con resultados altamente positivos y beneficiosos en la producción de tubérculos”.

El mencionado Centro de Investigación Nuclear se mantiene en funciones en una comunidad aledaña a la ciudad de Viacha, según informó a La Prensa el concejal Delfín Mamani.

El munícipe indicó que ese centro científico jamás ocasionó problemas a los pobladores de la región ni se presentaron problemas emergentes de posibles emanaciones en la zona.

Bolivia tiene 11 puntos en los cuales se ha detectado la presencia de material de este tipo. “En la provincia Quijarro, del departamento de Potosí, tenemos muchas anomalías radiactivas que indican la presencia, a través de los métodos químicos y radiométricos, de uranio. Esas anomalías han sido preliminarmente evaluadas, muy superficialmente, nunca se hizo un trabajo en profundidad”.

Comcipo investiga contrabando de uranio a Chile

El diario El Potosí informó ayer que el presidente del Comité Cívico Potosinista (Comcipo), Celestino Mamani, anunció que investigará si es que desde el occidente del departamento se transportan de contrabando cargas mineralizadas de uranio a Chile.

Sin embargo, el dirigente cívico aclaró que no tiene pruebas concluyentes del hecho, por lo que el caso será sometido a investigación.

Esta labor comenzará con motivo de una reunión entre cívicos y autoridades departamentales en Uyuni para analizar el proyecto vial que unirá esa población con Julaca y el Hito 60, en la frontera con la República de Chile.

Sin embargo, el secretario general de la Prefectura, Juan Carlos Cejas, desmintió ayer esa versión, que podría derivar en el envío del mineral radiactivo a Irán, según especificó un informe del Ministerio israelí de Relaciones Exteriores, pero admitió que este año comenzará, en coordinación con el Servicio Geológico Técnico de Minas (Sergeotecmin) la prospección y exploración geológica en Cotaje.

El proyecto se desarrollará durante este y el próximo año, por lo que no se puede sostener que exista uranio en la región.

El director nacional de Sergeotecmin, Fernando Saravia, reconoció que existen manifestaciones de uranio en diversos yacimientos que al momento se explotan en Bolivia, pero, por su gran movilidad, éste puede ser encontrado asociado a la plata, el plomo, el zinc, el oro, el antimonio y, en forma especial, en el cobre. “Nuestro mayor interés es el desarrollo de proyectos de exploración, prospección y evaluación de yacimientos metálicos que signifiquen la generación de fuentes de trabajo”.

Radiactividad

Hay 11 puntos en el territorio nacional en los que se detectó la existencia de radiación.

La mayor parte de estas “anomalías radiactivas” están en el departamento de Potosí.

Se localizaron reservas de uranio del precámbrico en el departamento de Santa Cruz.