Descolonizar la educación

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Que los maestros bolivianos hagan sus propios textos escolares nos parece correcto, pero tomando en cuenta que estos deben guardar una calidad incuestionable y sobre todo que en el momento de iniciar esta reforma a nombre del cambio, los textos no se transformen en panfletos ideológicos constituyéndose en una verdadera apología del cambio.

El problema es que indefectiblemente el sistema educativo se convierte en uno de los botines de guerra o más precisamente en uno de los bastiones para cimentar y reproducir el poder, usándolo como el cuartel de guerra y el laboratorio desde el que se destilan las ideas del “hombre o la mujer modelo del proceso de educación” que no es otra cosa que los ciudadanos que se desean modelar con el sistema político que se instaura y que busca perpetuarse. En este sentido aprovechando la celebración del día del maestro el presidente Evo Morales anunció algunas de las reformas que se harán en el ámbito educativo para “contribuir con el proceso de transformación político y social que impulsa el gobierno del MAS”.



Es bueno que a los maestros se les de la oportunidad de producir nuevos textos, pero de la manera en que se están manejando las cosas sabemos que esta oportunidad será sólo para aquello que eliminen una forma de colonialismo por la nueva forma de colonialismo que el gobierno, hoy por hoy, está ansioso por instaurar a sabiendas que es desde las aulas que se modelan a los niños dentro de un sistema, mucho más cuando el sistema en cuestión aspira a ideologizar hasta los poros a las nuevas generaciones, tomando a los educandos como la arcilla apta para darle forma.

También es menester que los textos además de respetar los principios y valores universales que hacen a los seres humanos proclives a una convivencia sana, respeten las culturas y visiones locales de cada departamento. En Bolivia un país de naturaleza pluricultural no se puede seguir promocionando una cultura en detrimento de las otras porque esto seguiría siendo parte de un ejercicio de colonialismo interno, que no podemos negar que ha existido y que es hora que tenga punto final a nombre de un verdadero cambio y no de un cambio que termine siendo sesgado.

Coincidimos con el Presidente cuando dice que “ los maestros no sólo deben enseñar a sumar, restar, multiplicar o dividir, sino a plantear los problemas sociales”, pero produce muchos interrogantes la forma en que instó a que los maestros se conviertan en “el verdadero instrumento de liberación nacional para combatir al colonialismo interno”, pues sabemos que esa concepción no apunta al verdadero colonialismo interno sino a la lucha entre mestizos e indígenas que desde el gobierno se sigue propagando en acciones verdaderamente incendiarias.  Evo Morales demandó a los profesores bolivianos convertirse en el “verdadero instrumento de liberación nacional”. Planteando que además “El Magisterio que está al lado del niño, del joven, debe convertirse en el verdadero instrumento de liberación nacional, para educar y orientar ideológica y culturalmente”, siendo la ideología comunista y un racismo en ciernes los puntos que se pueden identificar como de mayor riesgo dentro del discurso del mandatario.

Todas las ideologías totalizadoras son alienantes, propenden a la censura, llevan a parcializar la realidad, a usar a los seres humanos para fines estrictamente políticos y de poder y esto siempre ha sido y será deleznable. La libertad de pensamiento, dejar un espacio para el cuestionamiento y la libre elección y decisión de los seres humanos mucho más de aquellos que están en proceso de formación es un derecho inalienable, es una conquista que la humanidad no debe perder de vista.

Los hombres y las mujeres no pueden arrebañarse, deben ser libres pensadores, deben tener consciencia propia, valores, principios férreos pero arraigados en el derecho a ser personas, a ser individuos, a ser sí mismos antes que comunarios o partidarios adscriptos a un proyecto de poder.

Decididamente la esclavitud no se abolió más que en papeles y se sigue reproduciendo en muchas prácticas dentro del mundo actual por eso creemos que decididamente Jackes Lacán tenía razón cuando analizando el discurso del amo, dijo abiertamente, confirmó que el amo sigue vigente, que el amo ha cambiado el ropaje y su discurso pero no sus prácticas.