El rey de la aspiradora murió olvidado en México

image UN LIBRO DESVELA LA VIDA FASCINANTE DEL INVENTOR DE LA ASPIRADORA

Amigo de Göring y de Roosevelt, Axel Wenner-Gren amasó una gran fortuna y murió olvidado en México

MEXICO (CORRESPONSAL LA VANGUARDIA)



La idea de adaptar la aspiradora industrial al uso doméstico convirtió a Axel Wenner-Gren (1881-1961) en uno de los hombres más ricos del mundo. Poco después de la I Guerra Mundial convenció a la compañía sueca Electrolux, en la que trabajaba, de comprar la patente y pagarla con acciones. Pocos años después, ya era el dueño de una empresa era líder en todo el mundo en venta de aspiradoras y refrigeradores. Convertido en el magnate número uno de Suecia y en uno de los hombres más ricos del mundo, compró diarios, bancos, fábricas de armas y la empresa de celulosa más importante de Suecia, SCA.

La vida de Wenner-Gren es fascinante, rocambolesca, no sólo por el imperio industrial que creó, sino por las amistades peligrosas que cultivó –se relacionó con Adolfo Hitler y su lugarteniente Hermann Göring (su esposa era sueca),  con Benito Mussolini- y por las personalidades con las que trató: el presidente norteamericano Franklin D. Roosevelt, el mexicano Manuel Ávila Camacho y los duques de Windsor. Además de innovador en el campo industrial, patrocinó el desarrollo del carbono 14 y en los años 50, se involucró en el naciente negocio de la computación; fue competidor de IBM, dueño de Teléfonos de México. Financió hallazgos arqueológicos cerca de Machu Picchu, en Perú y el descubrimiento del Hombre de Pekín, una subespecie de homo erectus propia de China.

En su edición del 21 de junio de 1942, la revista Time publicó que Axel Wenner-Gren era "el más misterioso hombre del hemisferio occidental”.

    Este enigma ha comenzado a desvelarse con la publicación en México del libro "La cruz del sur. Axel Wenner-Gren, el espía que México protegió", escrito por Santiago Bolaños y José Luis Esparza. Según estos autores, compartió amantes con Hitler y Kennedy, e invirtió en ciencia más que el propio Alfred Nobel.

    “Si fuera un personaje ficticio sería increíble, nadie daría todo esto por posible, pero todo realmente sucedió”, comentó Esparza a la agencia EFE.

        Bolaños conoció la vida de Wenner-Gren por el libro “Una llamado a la razón”, que el industrial escribió en 1937. Su interés aumentó cuando supo que pasó en el olvido los últimos 20 años de su vida en Cuernavaca, cerca de la capital mexicana, y que su esposa, Marguerite Gauntier, una cantante de ópera que dejó su profesión para seguir a su marido, murió en México en la miseria.

Es difícil imaginar que un vendedor de aspiradoras pudiera ser considerado una amenaza para las fuerzas aliadas durante la II Guerra Mundial. La amistad de Wenner-Gren  con Göring lo convirtió en sospechoso y tratado como tal. Fue marginado pese a que el 3 de septiembre de 1939 (día en que estalló la II Guerra Mundial), salvó la vida a 376 náufragos del barco de pasajeros Athenia, que acababa de ser hundido por un submarino alemán. Dio la casualidad que su yate Southern Cross (la embarcación de recreo más grande y lujosa del mundo) navegaba cerca. México lo acogió con generosidad, y aquí murió en medio del olvido.

                JOAQUIN IBARZ