Irán: la mayor protesta popular desde la Revolución

image REVUELTA EN LA REPÚBLICA ISLÁMICA

La protesta iraní se tiñe de sangre

Un joven manifestante muere por disparos de la milicia islámica Basiji



LA MARCHA DE TEHERÁN Cientos de miles de personas exigen pacíficamente sus "votos robados"

EN TODO EL PAÍS Las manifestaciones y disturbios se extienden por diversas ciudades

TOMÁSALCOVERRO  – Teherán Enviado especial – LA VANGUARDIA

Sonaron unos disparos y en la multitudinaria manifestación organizada en Teherán por la oposición contra el presidente Ahmadineyad cayó la primera víctima mortal. El disparo fue atribuido a un comando de los Basiji, la milicia islámica que el día anterior se cree que penetró en un dormitorio de la universidad de Teherán, dando muerte a dos estudiantes, tal vez cuatro. Los Basiji son muy temibles y son utilizados como fuerza de represión. Colaboraron en gran manera al éxito electoral de Ahmadineyad en las elecciones del 2005. Según un fotógrafo de Associated Press, una multitud atacó un inmueble en el que había miembros de los Basiji, que respondieron disparando desde el tejado. Según este mismo testigo, dos personas más resultaron heridas de gravedad.

Las protestas y disturbios, aunque menos multitudinarios, se extendieron por ciudades como Mashhad y Isfahán (conocidas por su conservadurismo) y Ahvaz, Tabriz o Shiraz. Son las mayores protestas que vive Irán desde el estallido de la Revolución Islámica de 1979.

Desde un balcón de la plaza del Engelab (o Revolución) de Teherán veía avanzar en silencio miles y miles de personas hacia la plaza de la Libertad o Azadi, los brazos alzados, haciendo con los dedos la señal de la victoria. Eran partidarios de Musavi que, pese a que el Gobierno había declarado ilegal la demostración de su fuerza, pedían el recuento de votos y aclamaban al candidato derrotado sin exhibir banderas, cintas y bufandas verdes, símbolo de su movimiento. "Queremos a Musavi como presidente – exclamaban-,queremos que nos devuelvan nuestros votos robados".

Musavi pidió el domingo que las elecciones fueran anuladas. "He apelado al Consejo de Guardianes de la Revolución pero no soy muy optimista porque muchos de ellos no fueron imparciales durante las elecciones", dijo ayer a la multitudes congregadas en la calle, que se contaban por cientos de miles de personas. El guía supremo, Ali Jamenei, pidió, en efecto, ayer al Consejo de Guardianes que examine las reclamaciones sobre el escrutinio.

El Ministerio del Interior advirtió a Musavi que sería responsable de lo que pudiera ocurrir. Al anochecer podían oírse gritos de "Dios es el más grande" en el centro de Teherán que la gente profería desde las terrazas, siguiendo la consigna dada por Musavi, que así lo había pedido. Según un líder reformista, un hermano del ex presidente Mohamed Jatami habría sido detenido, entre un centenar de personas, probablemente estudiantes la mayoría.

Así como las primeras y excitadas manifestaciones de los días anteriores, que a veces se saldaron con enfrentamientos con los piquetes de las fuerzas antidisturbios, eran sobre todo juveniles, esta gran demostración de fuerza fue como un gran escaparate de la sociedad teheraní, con gente de todas las edades, de variados sectores de la población (aunque no vi un gran número de mujeres cubiertas con el negro chador de las clases más desfavorecidas y más conservadoras) que se expresaban con calma y con serenidad.

Todo el mundo, muchachas con velos y sofisticadas gafas de sol, hombres de modesta apariencia, universitarios (en Teherán hay nada menos que 23 universidades, entre públicas y privadas) se aproximaban para comunicarse, para expresar su frustración, tratando a Ahmadineyad de dictador. Los manifestantes tenían muchas ganas de hablar con los extranjeros. Buscaban especialmente periodistas de televisión.

"Nuestra primera enemiga – me dijo un chico con el lazo verde de Musavi enrrollado en el cuello-es la televisión. El Gobierno bloquea los teléfonos móviles. No tenemos miedo a los porrazos de la policía". Hamid, ingeniero de obras públicas, insistía en que los manifestantes protestaban contra la reelección de Ahmadineyad, pero no ponían en tela de juicio el régimen. Sólo una vez un joven bien vestido me dijo que su deseo era que cambiara el régimen por un Estado laico. "Sólo la comunidad internacional, la ONU – decía otro-pueden resolver estos problemas. Necesitamos observadores extranjeros como en Líbano para supervisar el escrutinio".

La voluntad general era antes del anuncio de la primera víctima civil evitar enfrentamientos, cumplir a rajatabla las consignas de Musavi de continuar pacíficamente la protesta. Entre los manifestantes inmóviles de la plaza de la Revolución, mientras otros miles continuaban desfilando por la larga avenida hacia la plaza de la Libertad, unos muchachos sostenían carteles con resultados electorales según ellos proporcionados por funcionarios del Ministerio del Interior, estableciendo que Musavi había ganado el doble de votos que Ahmadineyad.

La oposición insiste en que le han sido arrebatados 20 millones de votos. Nadie cree que Ahmadineyad ha ganado. Ya ha sido anunciada para hoy otra manifestación y circulan rumores de que los comerciantes del bazar (que no es únicamente un conjunto de tiendas donde se venden toda clase de artículos sino el poderoso centro comercial de la ciudad) quieren hoy declarar su huelga.

Francia pide al Gobierno iraní que proteja su embajada en Teherán

La UE destaca su preocupación por la violencia en las calles y contra los manifestantes

Nicolas Sarkozy advierte que sería inaceptable una manipulación del resultado electoral

BEATRIZ NAVARRO  – Luxemburgo. Corresponsal – LA VANGUARDIA

Ante la ausencia de reacciones por parte de Estados Unidos a la situación en Irán, la Unión Europea se puso ayer a la cabeza de la presión internacional sobre Teherán para que aclare el resultado de las elecciones presidenciales y ponga fin al uso de la violencia contra los manifestantes que defienden el triunfo del candidato opositor, Mir Husein Musavi.

París, contundente en su reacción a los últimos acontecimientos, reclamó ayer protección para su embajada en Teherán, "objeto de una manifestación hostil" el domingo, según el Ministerio de Exteriores francés. Las televisiones extranjeras mostraban ayer a seguidores del presidente Ahmadineyad coreando consignas contra "los complots de los enemigos occidentales de Irán" ante la embajada británica, pero sin signos de violencia.

Frente al silencio de Washington, que ayer dijo estar "evaluando la situación" y sólo emitió un comunicado expresando su "gran preocupación" por la violencia en las calles de Teherán, la UE reclamó a las autoridades que se aseguren de que las urnas reflejan la voluntad de los iraníes. Los ministros de Exteriores de la UE destacaron su "profunda preocupación por la violencia en las calles y el uso de la fuerza contra los manifestantes pacíficos" y pidieron al Gobierno que asuma "sus responsabilidades y obligaciones".

"Queremos que la voz del pueblo sea la que cuente", pidió Javier Solana, alto representante de política exterior de la UE y mediador en las conversaciones sobre el programa nuclear iraní En cuanto a las posibles irregularidades electorales, los ministros se limitaron a apuntar que corresponde a las autoridades iraníes investigarlas, sin aventurarse a juzgar la legitimidad del resultado oficial.

En Berlín, la canciller alemana Angela Merkel condenó la "ola de arrestos", reclamó la liberación de los detenidos y habló abiertamente de "signos de irregularidades". El Gobierno alemán pidió además a Teherán que acabe "cuanto antes" con las dudas sobre la legitimidad del resultado anunciado. El Consejo de Guardianes de la constitución iraní anunció ayer que examinará las denuncias de los reformistas y se pronunciará en breve.

A través de un comunicado, Nicolas Sarkozy reclamó que se haga "toda la luz" sobre el resultado electoral y advirtió que "sería inaceptable que la manipulaciones hayan falseado el resultado de la votación contra la voluntad democráticamente manifestada por el pueblo".

Sarkozy hizo estas declaraciones horas después de que el Ministerio de Exteriores convocara al embajador de Irán para pedirle explicaciones sobre los acontecimientos en el país, ante "las dudas sobre la regularidad del escrutinio". La embajada le acusó de intentar perturbar la seguridad en la república islámica con su apoyo a los manifestantes.

Desde Londres, el primer ministro británico Gordon Brown advirtió que "la manera en que el régimen responda a las protestas, que consideramos legítimas, tendrá implicaciones en las relaciones de Irán con el resto del mundo en el futuro".

Acoso a la prensa

Reporteros sin Fronteras (RSF) condenó la persecución a que está siendo sometida la libertad de prensa y los periodistas en Irán. La presidenta de la Sección española de RSF, María Dolores Masana, tachó de inaceptables tales agresiones y condenó especialmente el trato a que se ha visto sometido el equipo de Televisión Española.

"Es inaceptable que en un país que presume de métodos democráticos, los periodistas no puedan sacar fotos, ni grabar las manifestaciones del movimiento social más importante que se produce en Irán tras la caída del sha", señaló. RSF pudo confirmar el arresto de cuatro periodistas iraníes. De otros diez no se sabe nada. Las autoridades iraníes pidieron a algunos periodistas extranjeros que abandonaran el país. La corresponsalía de la cadena Al Arabiya recibió una orden verbal de cerrar durante una semana. La BBC ha sufrido alteraciones en sus servicios electrónicos e interrupciones de sus emisiones. El servicio de televisión de Associated Press fue advertido de no suministrar contenidos a las emisiones en farsi de la BBC y de la Voz de América. A los periodistas de un canal sueco y otro alemán se les impidió de forma abusiva trabajar, mientras que el intérprete de un equipo de la RAI fue golpeado por la policía, que confiscó la cintas de vídeo de su cámara.