La batalla es en las regiones

El futuro político del país se está jugando en las regiones. El MAS va y se mide con los líderes de Sucre, Tarija y Pando. Los quiere destruir.

ElNuevoDia Editorial El Nuevo Día



El MAS pretende cambiar la realidad electoral de Pando y lo hace llevando campesinos del occidente a ese departamento, a los que les abre las puertas y los protege para que ocupen tierras de forma ilegal; los militares les construyen caminos y la Prefectura, en manos de un interventor del Gobierno, les construye casas, les instala agua potable y energía eléctrica. Así, el oficialismo busca volcar los votos a su favor en las próximas elecciones, algo que no pudo conseguir ni siquiera con una camisa de fuerza en el referéndum constitucional de enero pasado.

Lo que hace el Gobierno refuerza la constatación de que el futuro político del país y especialmente los resultados de las próximas elecciones se definirán en las regiones, como si se tratara de batallas electorales diferentes, dispersas, cada una con su lógica especial. En Pando, el MAS no ha podido derrotar al movimiento autonomista a pesar de los hechos violentos que armó en Porvenir para derrocar al prefecto Fernández. En esa región, la batalla es contra la memoria de los pandinos, que aún tienen muy fresco lo que sucedió el 11 de septiembre y el hecho de acarrear gente a Pando, no hace más que confirmar que el MAS está temeroso de que se repita su derrota.

En Chuquisaca también se juega otra elección con componentes distintos. Allí Evo Morales se siente ganador en las provincias y de hecho ha conseguido sucesivas victorias en el área rural, pero la capital todavía es un campo minado para el MAS. La acción del oficialismo entonces, se efectúa sobre la prefecta Savina Cuéllar y los líderes del movimiento cívico, a quienes insiste en llevar ante el banquillo de los acusados por lo que sucedió el 24 de mayo de 2008, intención que ha resultado fallida, gracias a la fortaleza y el apoyo popular de las autoridades de la capital de la República.

En Santa Cruz, el MAS apuesta a desacreditar al movimiento autonomista con acusaciones de terrorismo y las trilladas denuncias de secesionismo. Pese a los enormes recursos derrochados, las supuestas “pruebas” conseguidas han sido insuficientes para minar la credibilidad de los líderes departamentales y lo peor de todo –para el oficialismo-, es que la gente cree que todo es producto de un montaje. Hay que decir, sin embargo, que el liderazgo cruceño no está mostrando la misma entereza de los sucrenses o los autonomistas tarijeños, que permanecieron firmes en sus posiciones, resistiendo un cerco criminal de casi diez días que mantuvo a esa región incomunicada y al borde del desabastecimiento.

Evo Morales ha salido a las regiones a buscar el voto y en cada una de ellas se mide con los líderes locales. Es curioso que algunos todavía estén buscando ese líder y esa figura “nacional” que sea capaz de representar o unificar los movimientos regionales, que tienen fuerza de sobra para pelear cada uno en su terreno. Eso está bien para aquellos que no poseen base social y no les queda más remedio que mostrarse por televisión. Pero en Cochabamba, Santa Cruz, Tarija, Beni, Pando y por qué no decirlo, también en el resto del país, se están jugando pequeñas y grandes batallas, que a la hora de la cuenta final, podrían edificar una gran barricada después del 6 de diciembre.