Se incuba el huevo de la serpiente

Pando es el laboratorio de ensayo de un plan gubernamental orientado a infiltrar la cultura de este pueblo por otras traídas del occidente expresamente con fines políticos y no de integración.

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Familias del occidente asentadas en uno de los nuevos barrios de Cobija *



Los pandinos, tras el encarcelamiento de su líder regional, el prefecto Leopoldo Fernández y el exilio de los dirigentes civicos, han sido sometidos a toda clase de presiones y de acciones determinadas desde el «Palacio Quemado» de La Paz; aún así el gobierno no logró someter la conciencia de este valiente pueblo y se apresta a revertir esta  situación con miras a la elección general del 6 de diciembre.

En Pando se están probando los métodos que piensa aplicar el MAS para avasallar a todas las regiones contestatarias al proyecto hegemónico de Evo y el ejecutor del plan es el ministro de la Presidencia, Juan Ramón Quintana, quien no esta dispuesto a aceptar nuevas derrotas políticas en el departamento al cual ya considera su feudo.

Las instituciones pandinas han sido totalmente avasalladas en una visión policiaca y represiva de lo que llaman “sentar la presencia del Estado”, que no es otra cosa que la imposición de un prefecto interino y la militarización de la región, con la complicidad de supuestos dirigentes campesinos y la obsecuencia del propio alcalde de Cobija. 

“Venceréis pero no convenceréis” increpó el pensador español Miguel de Unamuno a los franquistas cuando estos iniciaban el baño de sangre que significó la Guerra Civil Española. En Pando, Quintana, manu militari, ha logrado imponer un estado de cosas que sin embargo no le dio los resultados esperados.

Una muestra de ello es que los pandinos rechazaron mayoritariamente la constitución masista, lo que significó una dura derrota para el favorito de Evo Morales, quien, como ya es su costumbre, está cobrando venganza.

Ha lanzado una ofensiva dirigida a anular todo atisbo de resistencia que tiene varios componentes. En primer término se debe cambiar la composición de la población pandina propiciando masivos asentamientos de migrantes provenientes de La Paz, Oruro, Potosi y Cochabamba.

Este plan se viene aplicando en forma acelerada, en pocos meses han surgido seis nuevos barrios en Cobija y la gente «colla» sigue llegando. El asunto es asegurar el crecimiento del padrón electoral en al menos un 25 % para las elecciones de diciembre.

Aunque a la fecha los medios de comunicación en Pando se cuidan de denunciar lo que ocurre por temor a represalias, a Quintana no le basta y ha anunciado el lanzamiento de un periódico que funcionará bajo las mismas premisas del diario oficialista Cambio, que es editado en La Paz y de cuya falta de ética ya existen suficientes pruebas.

En suma, se trata de una ofensiva integral dirigida no solo a destruir la institucionalidad pandina, sino a diluir la propia identidad regional para reemplazarla por otra principalmente aymara y que este plenamente identificada con la ideología masista.

El objetivo principal del régimen de Evo Morales es colonizar el oriente boliviano mediante masivas migraciones. Lo que se está dando en Pando no es más que un plan “piloto”, luego intentarán consolidar otros en las regiones del país que tienen una visión distinta al modelo «indigenista» del gobierno.

 

*Fotos de La Razón