¿Se quedará listo y alborotado?

La candidatura de Alvaro García como acompañante de Evo Morales en los comicios de diciembre es cuestionada por sectores campesinos del MAS y en los corrillos del oficialismo se comentan de otras posibilidades.

imageGarcía Linera en un congreso de las mujeres campesinas o ‘Bartolinas’, con Leonilda Zurita (izq) en la testera.(foto archivo)

El cuestionamiento principal dirigido a Alvaro radica en que no habría podido captar las simpatías de la clase media, sector social que ha demostrado ser el talón de Aquiles del MAS. Por otra parte se señala que de acuerdo a encuestas, su nivel de popularidad, siempre más bajo que el de Evo, no se debe a méritos propios sino al apoyo expresado al presidente y que le llega de rebote.



Las observaciones surgen principalmente de las llamadas “organizaciones sociales” cuyos dirigentes opinan que el MAS debiera dejarse de ciertas veleidades y ser un verdadero instrumento de los «indígenas».

La principal impulsora de este criterio es la dirigente de las “bartolinas”, Leonilda Zurita cuyas relaciones con García Linera no serían muy buenas. Por otra parte, en más de una ocasión Zurita ha expresado su intención de ser la acompañante de fórmula de Evo alegando su doble condición de indígena y mujer, lo cual ha llegado a oídos del actual vicepresidente y desatado una sorda lucha entre ambos.

En la vicepresidencia existe una equipo de investigación que es manejado por Raúl, el hermano de Alvaro, y se ha dado a la tarea de buscar algo que pudiera indisponer a Zurita con Evo y no ha tenido que trabajar mucho para encontrarlo.

Resulta que Leonilda es diligente en dar recomendaciones firmadas para ubicar a sus allegados o compañeros en pegas bien remuneradas principalmente en la Aduana Nacional y los ministerios de Justicia y de Desarrollo Rural, favores que no los hace en forma gratuita, según comentan algunos masistas.

Los sabuesos de la vicepresidencia detectaron también que Zurita no es muy prolija a la hora de informar sobre el uso de los 50 mil dólares mensuales que el gobierno destina a las “bartolinas” para los gastos de “representación” de sus dirigentes y para solventar sus salarios, además de sus viajes al interior y exterior del país.

Zurita no se queda atrás y en su campaña contra García Linera ha encontrado una aliada en Virginia Ayllón, actual asesora del Ministerio de Justicia y que cumplió también las funciones de encargada de negocios en la embajada de Bolivia en los Estados Unidos, cuando la titularidad la ejercía Gustavo Guzmán.

Ayllón ha elaborado un informe que resalta el rechazo que habría generado Alvaro en la clase media y advierte que a nivel citadino, el vicepresidente resta en lugar de sumar debido a sus poses de gallito intelectual y camorrero.

Hace, además, algunas observaciones a ciertas actitudes del vicepresidente y lo llega a acusar de querer apoderarse del instrumento político, pero la advertencia llega un poco tarde, pues los «duros» radicales como Quintana y García Linera ejercen un control casi absoluto sobre Evo.

Sin embargo la pugna masista no es ignorada por Evo Morales, quien en un acto público realizado en Cochabamba, afirmó de forma sugestiva, que contrariamente a lo que ocurría en el pasado y ocurre en algunos países vecinos, donde el presidente y el vicepresidente no se hablan, él tiene muy buena relación con García Linera.

¿Se trató de una advertencia para que cesen las pugnas internas? o ¿es una ratificación de Alvaro? Solo el tiempo lo dirá.