Todo es reversible menos la verdad

aira Mauricio Aira

Es tal la crispación que produce el presidente indígena originario campesino que va resultando imposible no referirse a sus sentencias de Perogrullo que va repitiendo sin cesar como aquello de “los cambios profundos son irreversibles” que ha soltado la última vez desde La Habana durante la enésima visita realizada a la Isla dizque “para agradecer la solidaridad de la familia Castro”.

En ayuda de nuestra reflexión acudimos al pensamiento de Ernesto Sábato cuando reflexiona: “durante largo tiempo lo dejé de lado, porque creí que la visión de lo que está sucediendo en el mundo, la fatalidad de hechos irreversibles podría dañar a la gente joven. Su interlocutor le preguntó ¿cuales irreversibles son ésos? Soy un hombre pesimista y por momentos creyente utópico, pero no estoy abatido. Los hombres que quieren ignorar que han dañado a la vida, irreversiblemente, para seguir acumulando poder al precio de la destrucción y de ese modo no sentir el peso de la culpa que cae sobre toda conducta criminal. La maldad como la verdad son irreversibles, aunque lo segundo supera a lo primero siempre, es cuestión de tiempo y de paciencia.”



En la más próxima historia nacional tenemos varios patéticos ejemplos. El pueblo de La Paz reunido en la plaza Murillo aclamaba al Tata Belzu que había triunfado sobre las huestes de Melgarejo y pronunciaba su victorioso discurso, cuando el tirano escoltado por sus propios soldados se abrió paso e ingresó al palacio quemado, el mismo Belzu quizo recibir “al perdidoso que reconoce su derrota y quiere reconciliación”, en esto alguno disparó al pecho de Belzu que cayó muerto allí mismo, Melgarejo entre perplejo y confuso salió por el balcón “Belzu ha muerto, quién vive ahora”, hasta que tras segundo de sepulcral silencio una débil voz proclamó “Que viva Melgarejo” y el tirano sangriento fue repuesto en la silla presidencial.

El 21 de julio de 1946 el pueblo paceño enfurecido por los crímenes de C`huspipata salió a las calles y colgó de un farol el cuerpo del Presidente Gualberto Villarroel y buscó desesperado a Víctor Paz Estenssoro para darle muerte y juró que nunca más volvería a gobernar. Seis años más tarde volvió el líder movimientista en brazos del pueblo el 15 de abril de 1952 pocos días después de las jornadas del 9 de abril y gobernó Bolivia en cinco ocasiones. Barrientos y ovando se levantaron en armas contra el poder constituido el 4 de noviembre de 1964 tumbaron al MNR y suscribieron el pacto militar-campesino para impedir su regreso al poder, quién hubiera creído entonces que sería otro general Hugo Bánzer Suárez quién aliado al MNR y FSB los dos partidos tradicionales devolvería a la Nación el rol partidario.

De modo que tales irreversibles no se dan en la perspectiva que nos pretende adoctrinar el MAS que pasará a la historia más temprano que tarde como la peor administración de la historia republicana que pretendió la división de Bolivia, apoyado nada menos que en las FFAA institución guardiana de la supervivencia de la Nación, e instaló pleitos interminables y hasta cierto punto irreconciliables con Perú, Paraguay, EEUU, la UE y en contra de Instituciones como la ONU, el BM, las organizaciones de DDHH, etc., por ello tiene sentido la promesa electoral de varios de los precandidatos presidenciales de cambiar la CPE masista, devolver a Bolivia su rol integrador en los entes multinacionales, reanudar relaciones internacionales y retomar con energía el control de la producción de hojas de coca y de la consiguiente cocaína motivo de descrédito y denigrante de la Nación.

En lo relativo a “las nacionalizaciones” se vienen develando y decantando los hechos y vamos llegando a la triste conclusión que la alegría inicial que despertó en muchos, mostrándonos toda la corrupción y el negociado a que había dado lugar con el resultado que hoy en día Bolivia importa gas de Chile y petróleo de Venezuela para cubrir sus necesidades de consumo, en cuanto a inversiones y posibilidad de explotar los recursos en beneficio colectivo éstas se han parado, los campos están inexplotados y al paso que vamos cuando llegue la hora de hacerlo, los mercados estarán saturados de productos sustitutivos y los precios por los suelos. Recordemos el auge del estaño y su postrer caída que ocasionó el cierre de las minas y la relocalización de los mineros en El Chapare.

¿Quién recuerda hoy el 17 de julio de 1980? Nadie, porque es una fecha de vergüenza política y militar en la historia cuando García Meza se asoció con el narcotráfico y llegó a declarar “vamos a gobernar un mínimo de 20 años con una democracia inédita” no llegó ni siquiera a los 12 meses. El pueblo apegado a la libertad y a la democracia lo arrojó del poder y lo puso finalmente en la cárcel donde purga una condena de 30 años sin derecho a indulto. Los de la historia son en su justa perspectiva hechos irreversibles, que no la repartija de prebendas y bonos de efímero valor.