El poder judicial es la presa, la seguridad el pretexto

Una «cumbre» de poderes, con agenda marcada, con una  voz de mando y unos cuantos «representantes» de otros poderes deseosos de hacer méritos para preservar sus cargos.

Así fue la reunión convocada por Morales con el supuesto propósito de solucionar el problema de la inseguridad ciudadana y que en realidad resultó otra maniobra diseñada dentro del plan global de copar todos los poderes del Estado.

 imageEl encuentro la noche de este miércoles en palacio de Gobierno, tuvo características muy peculiares y su objetivo fue esencialmente político.



En primer lugar, de Cumbre no tuvo nada. Asistieron el presidente Evo Morales; el vicepresidente Alvaro García, quien se proclamó como el único e indiscutible representante del Parlamento y algunos ministros. De la otra parte concurrieron el único representante del Consejo de la Judicatura, Rodolfo Mérida, el Fiscal General y la presidenta interina de la Corte Suprema de Justicia, Beatriz Sandoval, quienes al hacer buena letra con el Ejecutivo, incurrieron en una franca abdicación de su deber primordial que es mantener la independencia de poderes. 

Resulta curioso que el comandante de la Policía Nacional no haya sido convocado para tratar un tema en el cual tiene una directa incumbencia. Esta situación se explica por el hecho de que la reunión no fue convocada para tratar la inseguridad ciudadana sino que fue tan solo la cobertura para que el gobierno dé otro paso hacia su objetivo de controlar en forma total el poder judicial.

Ese fue el tema central para decepción de algunos incautos que habían creído que el gobierno tenía interés de dar soluciones a la creciente inseguridad y delincuencia que afecta a todos los ciudadanos.

Tanto Evo como Alvaro creen que todos los bolivianos se están «chupando el dedo» y anunciaron que el mejor remedio contra la inseguridad era que el gobierno, después de haber liquidado el Tribunal Constitucional y dejar en estado de coma a la Corte Suprema, designe por decreto a los magistrados en los cargos acéfalos en instancias judiciales. De una estrategia para dar algo de seguridad a los ciudadanos, no se dijo nada porque nada se avanzó.

Queda claro que los magistrados que nombre el MAS serán absolutamente funcionales a sus designios como ya lo es la Fiscalía de Distrito de La Paz, que actúa como un apéndice del Ministerio de Gobierno y recibe instrucciones directas del ministro Rada. 

Otro punto que llama la atención: como aspectos relacionados a la inseguridad ciudadana se mencionó al terrorismo y al separatismo, lo que muestra hacia donde va la tendencia, pero de manera premeditada e interesada, no se mencionó para nada el peligro que entraña el crecimiento en escala geométrica de las actividades del narcotráfico en el territorio nacional. Al parecer para el gobierno este no es un problema que deba preocupar a nadie o que requiera tomar precauciones.

En este remedo de cumbre el objetivo fue logrado: terminar de hundir al Poder Judicial con el respaldo de algunos de sus sobrevivientes, Sandóval, Mérida y los otros. El presidente Morales por decretazos intentará designar a todas las autoridades de Justicia y en adelante magistrados, jueces y fiscales actuaran como militantes del partido en función de gobierno. Sin necesidad del formalismo de las elecciones generales, el modelo autoritario y hegemónico del MAS es un hecho sobre el cual el pueblo boliviano tiene la ultima palabra.