La carne es débil, otro obispo en pecado

image El Vaticano debe aprobarlo

El obispo uruguayo que renunció se radicaría en el país

Se trata de monseñor Francisco Barboza, que dejó su cargo en medio de un escándalo



Viernes 3 de julio de 2009 | Nelson Fernández Corresponsal en Uruguay | LA NACION DE BUENOS AIRES

MONTEVIDEO. Monseñor Francisco Barboza, el obispo uruguayo involucrado en un escándalo sexual, cuya renuncia aceptó el papa Benedicto XVI esta semana, tiene una oferta para mudarse a la Argentina.

Tras su renuncia, Barboza se trasladó de la ciudad de Minas ?donde era titular del obispado?, a Paysandú, frente a la ciudad entrerriana de Colón, donde quedó viviendo con familiares a la espera de una decisión de la Iglesia.

Monseñor Barboza había presentado la renuncia al obispado que ejercía, luego de que trascendiera la extorsión que intentaron hacerle dos hombres con fotografías sobre encuentros sexuales. Benedicto XVI aceptó la renuncia del obispo, fundada en "graves motivos personales", según adujo, amparado en el Código Canónico.

La Conferencia Episcopal uruguaya expresó su "profundo dolor por el grave pecado que ha dañado a la Iglesia y de manera especial a la diócesis de Minas".

La máxima autoridad de la Iglesia en Uruguay resolvió, entonces, que el obispo de Maldonado-Punta del Este, Rodolfo Wirz, se hiciera cargo temporalmente de la diócesis de Minas en la figura de administrador apostólico. Eso será hasta que se elija a un sucesor definitivo.

imageEn la prensa uruguaya había trascendido en estos días que Barboza tenía previsto mudarse a una ciudad argentina, pero ayer monseñor Pablo Galimberti, obispo de Salto, dijo a La Nacion que esa decisión no depende de Barboza.

"Ante todo, él debe hacer una presentación por escrito al cardenal Giovanni Battista Re, prefecto de la Congregación para los Obispos, en la que enumere las posibilidades que tiene y su voluntad. Quien decide es el Vaticano", dijo Galimberti.

También contó que el superior general de los Cooperadores Parroquiales de Cristo Rey, que conoció a Barboza en Uruguay, llamó al obispo y le dijo que "todas sus casas estaban abiertas para recibirlo". Esa congregación tiene casas en Rosario (Argentina), España y Francia.

Robo y extorsión

El escándalo que terminó con la renuncia de Barboza se produjo luego que éste, ahora obispo dimisionario o emérito, se vinculó con dos ex reclusos que fueron por asistencia al Patronato Nacional de Encarcelados en Lavalleja.

Los hombres aprovecharon el contacto sexual con el obispo para robarle e intentaron quitarle dinero mediante el chantaje de fotografías o videos caseros en los que registraban los encuentros. Lo extorsionaron varios meses, hasta que el cura recurrió a la justicia.

Uno de los dos hombres fue procesado por hurto (había robado la tarjeta de crédito del obispo y objetos de valor de la parroquia) y el otro cayó en una trampa. Barboza acordó un encuentro con el chantajista para pagarle unos dos mil dólares a cambio de las fotos e intervino la policía.