Tres en uno

eldeber Bicentenario, a lo grande

El corazón político del país estará paralizado prácticamente toda la semana por la sonada celebración del Bicentenario del grito libertario de Pedro Domingo Murillo. En realidad se festejará todo el año, han dicho las autoridades paceñas, que en enero comenzaron a entregar alrededor de 400 obras y han programado para estos días 34 actividades, que van desde la inauguración de proyectos ediles impactantes, hasta verbenas populares y llamativos actos protocolares, que incluyen la visita de algunos presidentes. La fiesta de los paceños está en marcha y alcanzará su clímax durante los dos días que fueron declarados feriados por resolución municipal. Este lunes Evo Morales encabezó desde Pucarani la cabalgata que llegará al centro de La Paz, donde el  jueves 16 habrá una parada militar bolivariana. No hay dudas de que la alianza de Morales con el alcalde Juan del Granado ayuda al progreso de los paceños. Bien por los hermanos de la sede de Gobierno, que tendrán una celebración como se merecen de su Bicentenario. Lo deseable es que la misma actitud se repita con los otros ocho hijos de la patria. Es decir, que no hayan hijos predilectos e hijastros en el país. No es envidia, sólo justicia.

Cuidado con el narcopoder

Lo que está sucediendo en México con el cartel La Familia trae el recuerdo de lo que en algún momento ocurrió en Bolivia, sobre todo durante las narcodictaduras. En aquellos años, los traficantes de cocaína penetraron el poder político y conformaron un Estado paralelo. La Policía federal mexicana y el Ejército están en grandes apuros con la arremetida de La Familia y han vivido sangrientos enfrentamientos. Que la terrible vivencia que tuvo Bolivia y que tiene ahora México no se vuelva a repetir aquí, aunque las recientes incautaciones de droga son señales para  preocuparse.



¿Dónde está ahora el fiscal?

Hace una semana se mostró implacable con los organizadores del concierto de Daddy Yankee y terminó obligando a su postergación. El tiempo dirá si la medida del fiscal Jaime Soliz y de las autoridades locales fue efectiva o sólo un acto de figuración. Lo cierto es que ahora, cuando se requiere la misma firmeza con los que paralizan los servicios de algunos hospitales cruceños, Soliz y los otros no hacen sentir sus voces. Tampoco las sienten los que no proveen de insumos al Cenetrop ni los que no entregan el material que se precisa para contener la gripe A. Se necesita cuanto antes una intervención igual de implacable para obligar a trabajar a los empleados de los hospitales, que con sus paros atentan contra la salud de la gente.