Viva La Paz

image Mejor dicho, “Viva la Pepa” en la que se transformó la fiesta del Bicentenario paceño, una minicumbre del Alba, con Honduras como centro de los discursos. En lugar de hablar de la famosa tea que encendió la llamarada de la independencia en La Paz, el presidente y sus ilustres visitantes se concentraron en un sombrero “tipo menonita”, usado por el inconfundible Mel Zelaya, el aprendiz de chavista que acaparó los homenajes que debían rendírsele a Murillo. Y otra vez Chávez, muchacheando al presidente Morales, diciendo que ya lo ve crecidito y fortachón. En el almuerzo, junto con el ecuatoriano Rafael Correa, convirtieron al salón en su propio karaoke, berreando la típica canción venezolana “Alma llanera” con la orquesta sinfónica de fondo. El folclore boliviano se quedó esperando. En su discurso central, Evo Morales le dedicó una buena parte a despotricar contra los militares hondureños, contra los norteamericanos y por supuesto, contra la Iglesia Católica. Chávez no dejó pasar la ocasión para pronosticar otro Vietnam en Centroamérica, si es que Micheletti no le devuelve el poder a Manuel Zelaya.

Bajo el Penoco – El Día