Alaridos de guerra

Chávez sufrió un duro revés en la cumbre de Unasur, donde la cordura se impuso a los alaridos de guerra. Lula ejerció su liderazgo otra vez.

ElNuevoDia Editorial El Día

De la misma manera en que la OEA se convirtió en el instrumento más útil del chavismo, los presidentes del bloque de países controlados por el líder venezolano, pretendían que la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur) pase a enrolarse en las filas del “proyecto”, pero han fracasado, al menos momentáneamente.



Chávez intentó hasta último momento, haciendo alharacas sobre la amenaza de guerra en la región, que los mandatarios reunidos en Quito para la cumbre de la Unasur, realicen un firme rechazo al convenio que están negociando Colombia y Estados Unidos, para que los militares norteamericanos puedan operar en siete bases colombianas en el combate al narcotráfico y el terrorismo. En este sentido, Evo Morales hizo el triste papel de mensajero de los alaridos de Chávez, pues fue Bolivia el país que propuso incluir una condena al acuerdo colombo-estadounidense, la misma que fue rechazada durante una reunión previa de cancilleres.

Otra vez fue Lula el que le volvió a jalar las riendas a Chávez, quien se disparó el domingo denunciando una incursión militar colombiana en Venezuela y que ayer hablaba de guerra sin el menor empacho. Hubiera querido tenerlo al frente a Álvaro Uribe, quien prudentemente no asistió, porque además, él mismo había hecho su propia cumbre de tres días, visitando uno por uno a siete presidentes. No llegó a un consenso, pero como se pudo comprobar, logró tranquilizar a la región y dejó vociferando solo a Chávez, secundado por Morales y Correa.

Decíamos que Lula puso la cuota de cordura que hacía falta, de la misma forma que lo hizo en septiembre del año pasado en Santiago, cuando Chávez afilaba los sables para dirigirse a Pando. El Presidente brasileño le expresó a su colega venezolano que está molesto con todas estas habladurías sobre guerra y, haciendo prevalecer su liderazgo, propuso que las preocupaciones sobre el accionar militar estadounidense en la región sean conversadas directamente con Barack Obama.

Lo que hizo Lula no sólo les hace saber a todos sobre quién es la primera voz en el coro sudamericano, sino también el hecho de que Brasil tiene línea directa con Estados Unidos, la potencia que, sin ningún disimulo, le ha delegado el liderazgo en esta parte del continente. Desde el punto de vista práctico Lula salvó a la Unasur del descrédito en el que ha caído la OEA y no hay duda que seguirá buscando alejarla de los esperpentos chavistas, pues se trata del organismo natural e ideal para fortalecer su liderazgo. En eso, Chile está en plena sintonía con Brasil. Esto vale para una próxima reunión de ministros de defensa de Unasur que ha sido convocada expresamente para tratar el tema colombiano.

Ayer también se dieron malas noticias para el chavismo en el norte, más precisamente en Guadalajara donde se reunían los presidentes de Estados Unidos, Canadá y México. Si bien los tres mandatarios condenaron el golpe en Honduras y exigieron el retorno de Zelaya al poder, Barack Obama aprovechó para dirigirse a los chavistas. Les pidió que ni sueñen con una intervención violenta y en todo caso los acusó de hipócritas, pues mientras que al sur critican el intervencionismo, en Centroamérica están chillando por “meter caballería”, pues incluso se lo piden a Estados Unidos.