Candidatos… ¿o gestores?

cayetano2 Entre paréntesis…..Cayetano Llobet T.

Si les creo al Presidente, al Vicepresidente, a los operadores principales del gobierno  -¡que son sinceros hasta el colmo del cinismo!-, tengo que llegar a una conclusión elemental: están alistando la fase de consolidación dictatorial después de su victoria electoral, el próximo diciembre. ¿Cómo diablos se entiende, entonces, que ninguno de los variadísimos candidatos de la supuesta oposición tenga como eje central de su campaña esa posibilidad?

Admito que no todos los candidatos son iguales y que hay que buscar con lupa a los que, de verdad, han sido o son opositores.  Desde luego que es más fácil encontrar a los que han sido buenos amigos del gobierno, participantes funcionales de falsos escenarios políticos como la Constituyente , o simplemente cómplices desvergonzados del proyecto totalitario.



Confieso mi incapacidad para entender que no se vea un hecho tan evidente: Bolivia es uno de los escenarios principales donde se juega el proyecto chavista, con todas sus connotaciones totalitarias y Evo Morales es, simple y llanamente, una de sus piezas. Hugo Chávez tiene que afirmar su proyecto regional antes de que se produzcan los cambios políticos en Chile, Brasil, y Argentina. Las elecciones bolivianas de diciembre son el instrumento para la demostración de fuerza plebiscitaria de ese proyecto. Y en lugar de enfrentar ese hecho y traducirlo en una fuerza nacional de contestación y de rechazo, aparece la cantidad inverosímil de voluntarios a la Presidencia , conociendo su imposibilidad de éxito, ¡y sabiendo que le hacen el juego a Evo Morales!

Como no estoy dispuesto a que me tomen el pelo, no creo ni una palabra de los discursos de una buena parte de los candidatos que se postulan a “Chapulines colorados”. Y como conservo celosamente una pequeña reserva de mala fe acumulada en años de experiencia y desengaños, no tengo más remedio que pensar mal para acertar.

En realidad, algunos de los que tienen la decisión y la posibilidad de llegar a la elección, no están jugando a competir por la Presidencia. Están apostando a ser buenos gestores de la negociación de algunos sectores  -especialmente empresariales-, con el próximo gobierno de Evo Morales. De hecho, saben que no es posible ganarle la elección. Lo que hacen, en consecuencia, es acumular los méritos suficientes  -además de los acumulados en los últimos años-  para mostrar que serán “interlocutores razonables” en la próxima gestión. Y, desde luego, no es muy difícil convencer a más de un empresario de que es posible salvar los negocios, sobrevivir al proyecto Evo, aunque sea a costa de alguna genuflexión. Nada extraño en un país carente de burguesía en su historia política.

Es eso lo que explica la ausencia de discurso político de oposición esencial, y esa apariencia generalizada de debutantes quinceañeras, coquetas y complacientes, compitiendo entre ellas para saber cuál será la primera invitada a bailar por el cadete más importante de la promoción. Esa es la razón por la que los candidatos compiten entre ellos, ¡no compiten con Evo!  Y esa es la razón por la que no hay, ni habrá, un frente único de oposición.

No es poca la ingenuidad de los que creen que es posible la articulación de un frente, pero no es la mayor de las ingenuidades. Mucho más grande es la de aquellos que creen que el proyecto que se viene, admite negociaciones y componendas. Es muy duro decirlo  -y hasta suena a hora cívica escolar-, pero los que están poniendo la rodilla en tierra, no lo hacen para afinar la puntería, sino para facilitar la tarea de su verdugo…