El bien común y la riqueza

image DANTE N. PINO ARCHONDO

Hay maneras de percibir la realidad. Puede ser con el color del lente que miras, o puede ser con el contenido ideológico que tienes. Pero por encima del color o ideología que tengas, la realidad está presente y subsiste mucho antes. Lo difícil es interpretarla con objetividad. Esto requiere que uno se despoje del color con que mira o de la ideología que tiene. Cosa que en nuestro ámbito político no se hace. Y fue por eso que Lenin les enseñó a los comunistas a tener presente que la “realidad es testaruda”.

Se sobrepone a los deseos e imaginarias conjeturas del- cómo es la realidad que nos envuelve- Por eso la interpretaciones sociológicas sobre ella tienen tanto valor. Ignorar la objetividad es perder el sentido que la realidad exige. Y este fue el pecado que el señor Vicepresidente del Estado Plurinacional cometió en su discurso sobre la Patria, cuando se refirió a los enemigos internos que nos acechan.



Apuntó como enemigos de la patria, “al egoísmo externo que roba la riqueza de la nación; a la ambición privada que quiere convertir el bien común en riqueza privada; al que privatiza los recursos del Estado y destruye las empresas públicas; y principalmente al que por defender su hacienda, su empresa, su poder local o regional, es capaz de renunciar a la integridad de la patria”

¿No es curioso que se contraponga la Patria a la manera y modo de generar riqueza y que esta sea una forma de interpretar el contenido que debe tener la propiedad privada? Para el señor García, es el egoísmo lo que promueve la acción de apropiación de la riqueza, por factores externos, muy simple para ser verdad. El guano en las salitreras del pacífico tenía valor para generar riqueza y los bolivianos no entendimos esto y dejamos desamparadas las costas. El resultado fue la pérdida del litoral. Y todo esto no se puede decir que fue el producto del egoísmo, fue más bien la ambición en procura de obtener riqueza.

Por eso para el señor García convertir el bien común en riqueza privada, o privatizar los recursos del Estado, o defender su hacienda es ser enemigo de la Patria. Con esto todo lo actuado desde la fundación de la república ha sido una permanente traición a la patria. El bien común, entendido como la base sobre la cual podemos crear riqueza, comprende todos los recursos naturales que están en le territorio nacional. Es lo que todos poseemos como habitantes de esta tierra. Si esto no se puede convertir en riqueza privada, entonces solo el Estado, en nombre de todos, puede hacerlo. El carpintero no debía hacer muebles por estar usando madera que es bien común, y el campesino no debería apropiarse de la papa que cosecha, si la tierra que sembró es bien común.

Ahora bien; si solo el Estado puede generar riqueza administrando el bien común para distribuirlo entre todos, eso se llama comunismo. La propiedad privada no existe, es contraria al sentido del bien común. Las empresas públicas se encargan de suplir las necesidades de la sociedad y atentar contra ellas es atentar con el bien común. Es comunismo puro lo que ha expresado el señor García en su discurso y ha señalado por eso como traidores a la Patria a quienes no vean esta realidad como él la mira.

Claro que tener propiedad privada, generar riqueza y expandirla con libertad para decidir cómo, cuanto y para quienes producir, es otra manera de ver la realidad. Y al contrario de lo expuesto por el señor García, prohibir, limitar o confinar la libertad de empresa, de generación de la riqueza y de decisión para producir lo que el mercado demanda, es más bien actuar como enemigo del bien común.

Y son estas maneras de ver la realidad lo que nos tiene ahora enfrentados. Miremos a lo que acontece en la ciudad de El Alto, donde la informalidad del mercado, define toda la actividad que tienen. Manufacturas, comercio, contrabando y ferias que venden absolutamente todo lo que la demanda pide. Una urbe que no se detiene en la creación diaria de la riqueza privada y del uso del bien común para ello. Y si apoya la estatización del agua, la energía eléctrica y el gas, no lo hace por que se sienten comunistas, sino porque eso les permite exigir precios subvencionados al Estado que hacen sus costos de producción más competitivos. En cambio en la ciudad de La Paz, se vive de la burocracia estatal, del centralismo y sus efectos, por eso cuando más estatizada sea la economía mejor para ellos. Las elites paceñas han terminado por ser pasivas frente al Estado y por eso los alteños ahora tienen la batuta del desarrollo en el departamento.

Al frente está Santa Cruz, con su modelo de desarrollo productivo y con la convicción de la que libertad de empresa es la base para la creación de la riqueza, que se redistribuye socialmente. Ha sido la tierra precisamente la que ha producido la diversificación de la producción agroindustrial que tienen. Y definir todo esto como un proceso de traición a la patria es ciertamente una afirmación que está anunciando la guerra que se avecina.

No puedo dejar de preguntarme, si destruir las empresas del Estado, no es hacer lo que se viene ejecutando con YPFB, o subvencionando curiosas empresas: de papel, de cartón, de aviación, en nombre del bien común.

Todo esto debiera ser analizado por los candidatos de la oposición. Que persisten en creer que dispersos, como están, podrán hacer frente a una ideología comunista, que les anuncia a todos ellos, lo que se viene en relación a la propiedad privada. No hay peor ciego que el que no quiere ver.