¿Electoral? Pando: Gobierno sustentará a colonos hasta diciembre

Chapareños viven de lo que les da el Gobierno. Esperan autosustentarse pero no tienen demasiada idea de cómo recolectar las almendras y cómo manejarlas.

imageLos nuevos asentados trasladados a Pando, en la zona Nueva Esperanza. –



Los Tiempos

Colonización. El Estado les proveerá de alimentos hasta fin de año, aunque calculan que desde octubre los nuevos asentados podrán autosustentarse

Cobija | El Deber. Los colonos que fueron trasladados a Pando por el Gobierno, dicen que el Ejecutivo se comprometió a correr con los gastos de su manutención hasta diciembre de este año, tiempo hasta el cual esperan que se autosostengan con las actividades productivas que emprendan.

Víctor Adrián Rivera Cuba ha comenzado a sentirse importante. Este joven chapareño se pasó la vida «buscando peguitas», trabajando como peón o albañil en el trópico, pero hace cinco días es una pieza clave de la comunidad Bernardino Racua, el pueblo pandino fundado el lunes por el Gobierno en media Amazonia, con los 350 pioneros que luego abrirán camino a sus familias.

Víctor Adrián es el orgulloso coordinador de dirigentes, una especie de alcalde dentro de la comunidad que decide quién puede entrar y cuánto tiempo se puede quedar en el escampado, que por ahora se parece más a un campamento que a un pueblo.

El chapareño ha ido hasta Pando en busca de una nueva vida y hasta el momento considera que ésta es una buena vida. Al igual que el resto de sus compañeros vino atraído por la posibilidad de tener tierra propia y ahora 350 familias dispondrán de 44 mil hectáreas, una superficie de bosque alto y cerrado equivalente a tres veces la mancha urbana de Santa Cruz de la Sierra.

Como lo explica Silvia Mejía, ingeniera forestal tarijeña que trabaja en el Viceministerio de Tierra, la colonización que se ejecutó hace cinco días comenzó hace dos años con un censo en la zona tropical de Bolivia (Chapare y alrededores) de personas que no tenían tierras o eran hijos de colonos a los que ya no les alcanzaba sus parcelas para sostenerse. Desde sus lugares de origen se organizaron para crear comunidades, con estatutos y centrales campesinas. En el lugar que ahora ocupan los esperaban 70 carpas de nueve metros cuadrados instaladas por el Ejército. Hay 50 conscriptos que fueron trasladados hasta el lugar para ayudar a los campesinos a organizar su campamento y a construir letrinas. También les ayudan en tareas de seguridad.

Han instalado una tranca a 200 metros del asentamiento y forman turnos para hacer guardia, incluso por las noches. Eso, según los cuatro médicos del lugar, ha disparado las infecciones respiratorias agudas, que son provocadas por las bajas temperaturas de la madrugada y el cambio brusco de clima cuando sale el sol.

Provisiones

Ahora viven prácticamente de lo que les da el Gobierno. Según Mejía, el Estado ha presupuestado ayuda alimenticia hasta fin de año, aunque calcula que la comunidad podrá autosustentarse a partir de octubre, cuando comiencen a cosechar castaña.

Mientras tanto, se han organizado siete ollas comunes para alimentar a todas las personas. Según Adrián, la comida es buena y no han cambiado sus costumbres alimenticias. De ser así, los chapareños desayunan té con buñuelos o pito y almuerzan y cenan unas sopas de arroz con fideos con muy poca presencia de carne.

PLAN PRODUCTIVO

• El Gobierno tiene previsto ejecutar en Pando un Plan de Desarrollo Productivo para consolidar los asentamientos, con una inversión de al menos $us 5 millones.

• La viceministra de Desarrollo Rural, Teresa Morales, explicó que 2.700.000 dólares se destinarán, a fondo perdido, para dotar de semillas durante tres años a las nuevas comunidades.

• El plan fue elaborado por 14 instituciones a la cabeza del Viceministerio de Tierras y del Programa Pro Tierras entre las que se encuentran el INRA, Emapa, PASA, PAR, Iniaf, y otros.

Ayudarán a colonos hasta diciembre

Pando. El asentamiento está a 245 kilométros de Cobija, y aislado de otras comunidades

Pablo Ortiz | El Deber

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Espacios. Los campesinos están construyendo sus viviendas y otros ambientes con materiales propios del lugar

Víctor Adrián Rivera Cuba ha comenzado a sentirse importante. Este joven chapareño se pasó la vida ‘buscando peguitas’, trabajando como peón o como albañil en todo el trópico, pero desde hace cinco días es una pieza clave de la comunidad Bernardino Racua, el nuevo pueblo pandino fundado el lunes por el Gobierno en media Amazonia, para trasladar a 350 pioneros que le abrirán camino a sus familias. Víctor Adrián es el orgulloso coordinador de dirigentes, una especie de alcalde dentro de la comunidad que decide quién puede entrar y cuánto tiempo se puede quedar en el escampado, que por ahora se parece más a un campamento que a un pueblo.

El chapareño ha venido hasta Pando en busca de una nueva vida y hasta el momento considera que ésta es una buena vida. Al igual que el resto de sus compañeros vino atraído por la posibilidad de tener tierra propia y ahora 350 familias dispondrán de 44.000 hectáreas, una superficie de bosque alto y cerrado equivalente a tres veces la mancha urbana de Santa Cruz de la Sierra.

Como lo explica Silvia Mejía, ingeniera forestal tarijeña que trabaja en el Viceministerio de Tierra, la colonización que se ejecutó hace cinco días comenzó hace dos años con un censo de personas que en la zona tropical de Bolivia (Chapare y alrededores) no tenían tierras o eran hijos de colonos a los que ya no les alcanzaba sus parcelas para sostenerse. Desde sus lugares de origen se organizaron para crear comunidades, con estatutos y centrales campesinas, para así abordar los aviones Hércules de manera ordenada y llegar hasta Cobija. Desde allí, entre el sábado y el domingo, el Gobierno los trasladó en flotas.

En el lugar los esperaban 70 carpas de nueve metros cuadrados instaladas por el Ejército. Hay 50 conscriptos que fueron trasladados hasta el lugar para ayudar a los campesinos a organizar su campamento y a construir letrinas. También les ayudan en tareas de seguridad. Han instalado una tranca a 200 metros del asentamiento y forman turnos para hacer guardia, incluso por las noches. Eso, según los cuatro médicos del lugar, ha disparado las infecciones respiratorias agudas, que son provocadas por las bajas temperaturas de la madrugada y el cambio brusco de clima cuando sale el sol.

Ahora viven prácticamente de lo que les da el Gobierno. Según Mejía, el Estado ha presupuestado ayuda alimenticia hasta fin de año, aunque calcula que la comunidad podrá autosustentarse a partir de octubre, cuando comiencen a cosechar castaña. Mientras tanto, se han organizado siete ollas comunes para alimentar a todas las personas. Según Adrián, la comida es buena y no han cambiado sus costumbres alimenticias. De ser así, los chapareños desayunan té con buñuelos o pito y almuerzan y cenan unas sopas de arroz con fideos con muy poca presencia de carne. Eso sí, Víctor aclara que la comida se puede mejorar si la comunidad se organiza, se ‘acuota’ y compra algo más de la harina, fideo, arroz, azúcar y sal que les proporciona el Gobierno.

Y como hasta donde no llega el Estado sí llega el mercado, ya hay alguien que le ha encontrado al negocio de llevarles abarrotes a los colonos. Se trata de Felipe, un paceño que llegó a Cobija con su minibús para trabajar como trufi, pero descubrió que era más rentable llevar mercadería hasta campamentos y caseríos alejados de Cobija. Su pequeño Toyota se ha convertido en una tienda ambulante, en la cual se encuentra desde medicinas hasta pañales desechables. Sin embargo, lo que se vende como pan caliente y se agota en un santiamén son los cigarrillos.

La mayoría no tiene demasiada idea de cómo recolectar las almendras y cómo manejarlas. Algunos que se han animado a internarse en el monte, se han sentido contentos porque entre los almendros el calor es mucho menor que en el descampado del núcleo, pero no ocultan su temor de que un coco de castaña le caiga en la cabeza y lo mate. “Vamos en grupos, unos buscan los cocos abajo y otros van mirando hacia los árboles para ver que no nos caigan los cocos”, dice Demetrio Pillco.

Mejía indica que los que están ahora no serán los únicos que vivirán en Bernardino Racua. En cuanto los pioneros terminen de asentarse, trasladarán a sus familias desde Chapare.

Forestales rechazan acusaciones

La Cámara Forestal de Bolivia (CFB) rechazó las declaraciones del viceministro de Tierras, Alejandro Almaraz, en sentido de que hay plantaciones de coca en concesiones forestales en Pando, y contraatacó señalando que esa versión es un pretexto para intentar revertir los derechos forestales en el país.

La institución gremial privada apuntó que las declaraciones de Almaraz “dañan injustamente a un sector que ha estado trabajando de acuerdo a la ley y aportando a la conservación de los bosques en el país y la generación de empleos”.

La CFB apuntó que organismos nacionales e internacionales, amparados en estudios científicos, comparan la conservación de las concesiones forestales a nivel general, con la de los parques bolivianos, lo que demuestra que el trabajo del sector en el país tiene un alto grado de aporte en la conservación de los bosques, la biodiversidad y la captación de carbono.

Los forestales, agregaron a través de un comunicado, reconocen problemas de deforestación, sembradíos de coca y extracción ilegal de maderera, así como avasallamiento de tierras en varias concesiones forestales del país, los cuales son denunciados ante las autoridades competentes, las que, hasta la fecha, no han actuado en el marco de lo que establece la ley.

Asimismo, recuerdan que la certificación forestal voluntaria (sello verde) no es otorgada por empresas privadas, como lo manifestó Almaraz, sino por la Forest Stewardship Council, creada durante la Cumbre de Río en 1993.