Hipócritas…

cayetano2 Entre paréntesis….Cayetano Llobet T.

Hugo Chávez habla del peligro de guerra en Sudamérica por la instalación de bases norteamericanas en Colombia. Hugo Chávez es un impostor porque está metido hasta el cogote en la única guerra real que hay en la región y que tiene como protagonistas centrales a las FARC. Es un aliado incondicional de las FARC.

Hay mandatarios, como Evo Morales, que dicen que se preocupan mucho de la presencia de militares extranjeros en su territorio. Es el único presidente latinoamericano que encomienda su seguridad y su transporte a militares venezolanos. Cuando Evo Morales va a Unasur a presentar el proyecto de rechazo al acuerdo entre Colombia y Estados Unidos, no lo hace por un acto de convicción, por una conducta derivada de principios: lo hace por encargo de Hugo Chávez. El gobierno boliviano es coherente con su línea de docilidad canina ante el sargento boliviariano.



El Vicepresidente García Linera dice: “Se acabaron los tiempos de servilismo. Los de hoy son buenos tiempos, de dignidad, y el Estado tiene dinero para garantizar su seguridad fronteriza, vamos a tener aviones de guerra, dénnos un poco de tiempo”. ¿Qué frontera estará amenazada?  Hoy los militares bolivianos ya no tienen problemas. Venezuela les da jugosas subvenciones para mantenerlos y ahora desfilan ante los retratos del Ché Guevara: ¡contra él fue la última guerra que libraron!

El proyecto chavista necesita hablar de guerra porque el péndulo se está moviendo. Lo que fue, en los últimos años, un avance incontenible de los procesos destinados a instaurar las dictaduras vitalicias, comienza a escuchar chirridos de freno. Lubricantes importantes del avance chavista  -los gobiernos de Chile, Brasil y Argentina-  están en vísperas de cambiar de rumbo. En Chile, es probable que gane Piñera, pero aunque ganara Frei, el trato con el gobierno boliviano no tendrá más las características de amoroso arrobo que le ofrece la señora Bachelet. Es poco probable que en Brasil se imponga la candidatura de la ahijada de Lula. Seguramente habrá un viraje. En Argentina, los Kirchner  –“flor de pareja”, en líneas de Vargas Llosa- ya están más preocupados en justificar los nueve y pico millones de dólares amasados en sus gestiones de administración conyugal. El poder se les está yendo de las manos… ¡y de los bolsillos!

Es hora de hablar de vientos de guerra y de los peligros que puede afrontar el proyecto chavista. Ahora, comenzando por Lula, todos los amigos del “Mussolini tropical”, le piden a Estados Unidos que intervenga más en Honduras. Y es que el tema de Honduras ha servido, sin la menor de las dudas, para poner de manifiesto uno de los rasgos definitorios del proyecto chavista: la necesidad permanente de acudir a la impostura. Impostura que es ejemplarmente  practicada por la OEA y su inefable Secretario General, Insulza, que tienen el raro privilegio de definir cuándo, quién y dónde viola los principios democráticos, con la inevitable consecuencia de tragarse sonrientes todos los procesos de aniquilamiento institucional en países como Bolivia y la propia Venezuela.

Claro que sí, señor Obama: “Los mismos críticos que dicen que los Estados Unidos no han intervenido lo suficiente en Honduras, son las mismas personas que dicen que siempre estamos interviniendo y que los yanquis necesitan salirse de Latinoamérica”.  “Si estos críticos creen que es apropiado que de repente actuemos de manera que en otro contexto ellos consideraron inapropiado, creo eso indica que hay algo de hipocresía”.

No sólo algo: ¡exceso y desvergonzada exposición de hipocresía!