La oposición sigue pariendo candidatos para beneficio de Evo

Hasta ahora al mostrarse confundida y dividida, la oposición no ha hecho más que facilitarle las cosas al MAS.

Alguien dijo de manera muy acertada que una buena oposición es un requisito indispensable para la existencia de un buen gobierno. Resulta que ambos deben articular y, en algunas ocasiones, contraponer, sus acciones, pero siempre buscando, desde sus propias concepciones, el bien nacional.

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Hasta ahora se oficializó la postulación de siete candidatos a la Presidencia: Evo Morales, Germán Antelo, Víctor Hugo Cárdenas, Hugo San Martín, Manfred Reyes Villa, René Joaquino y Samuel Doria Medina. Óscar Ortiz y Jorge Quiroga aún evalúan su postulación y tres abandonaron la carrera: Román Loayza, Peter Maldonado y Rodrigo Paz.(foto La Prensa)

Sin embargo, este concepto ideal, al parecer no tiene cabida en la actividad política boliviana. Por un lado el gobierno tiene una visión hegemónica y por el otro, la oposición le hace el juego y con sus acciones no hace más que ayudar a que se concrete esta visión y afilan la cuchilla que los habrá de degollar.

Existen viejos vicios en la actividad política nacional que al parecer se encuentran muy arraigados y que en esta etapa se están mostrando en el oficialismo pero también en la oposición.

Esta vez debemos dar la razón al vicepresidente Alvaro García Linera: la oposición ha perdido el norte y como van las cosas es muy difícil que lo vaya a encontrar aun cuando existen varios que, si cambian de actitud, están en condiciones de hacerlo.

En la oposición, el que más o el que menos, se considera el mejor líder, el más macanudo, el que tiene la respuesta para todo aunque evidentemente muchos ignoran aun cuales son las preguntas y los desafíos.

Grave error en un político es no percatarse del momento en que se vive y no percibir el curso de los acontecimientos. Hasta ahora al mostrarse confundida y dividida, la oposición no ha hecho más que facilitarle las cosas al MAS y las consecuencias se pueden observar en la actualidad.

El partido gobernante ha impuesto todas las reglas del juego. La oposición aceptó que en la práctica se establezcan en el país dos tipos de ciudadanos al aprobar que se asignen derechos políticos especiales a los indígenas. Aceptó también que se varíe la composición del Senado favoreciendo la intención masista de controlar esa instancia legislativa, la única que hasta ahora había puesto un cierto freno a los planes autoritarios de Evo. 

Está latente aun el peligro de que se imponga el padrón electoral mixto con lo que la oposición habrá firmado su acta de defunción, paradójicamente, antes de nacer. Poco faltó para que en la ley transitoria de convocatoria en las elecciones se estableciera de manera explícita de que el ganador debe, obligatoriamente, llamarse Evo y apellidarse Morales.

Sin embargo la facilidad con la que surgen candidatos a la presidencia sugiere equivocadamente que en el pasado inmediato existió una oposición vigorosa y que ahora todos se disputan los frutos.

Ciertamente se trata de una percepción equivocada. La siembra fue pobre y por tanto la cosecha amenaza también con ser raquítica. Para terminar de complicar las cosas hay muchas manos que se disputan la exigua cosecha con una miopía exasperante.

Lamentablemente los líderes de la oposición y los candidatos que van surgiendo, al parecer no acaban de entender de que las elecciones de diciembre próximo son decisivas y sus resultados definirán la Bolivia del futuro: la Bolivia autoritaria o la Bolivia democrática.

Los candidatos de la oposición por el momento están actuando como los tres monos sabios que no oyen, no ven pero en este caso la similitud termina ahí por que si hablan mucho, mientras la aplanadora masista se apresta a pasar sobre ellos y tal vez lo tengan bien merecido si continúan alimentando la dispersión. La historia no suele perdonar a los que van a contramano de ella. Los candidatos de la oposición deben dejar de lado sus intereses y ambiciones personales y unirse en torno a un proyecto alternativo que garantice la continuidad del sistema democrático frente al autoritarismo del MAS.