El arte de sobrevivir en Haití

Al caer la noche decenas de haitianos se aglomeran a la salida ofreciendo sus servicios como conductores, traductores o simples guías a cooperantes y periodistas internacionales. Frente al palacio presidencial derruido, los jóvenes buscan tablones de maderas y cables de electricidad para sus casas.

La búsqueda de comidaMientras esperan la ayuda internacional miles de haitianos sin hogar se las arreglan para conseguir agua y comida

El arte de sobrevivir en Puerto Príncipe

El País. FRANCISCO PEREGIL | Puerto Príncipe. Al caer la noche en el aeropuerto de Puerto Príncipe, donde duermen en tiendas de campañas los cooperantes y periodistas internacionales, decenas de haitianos se aglomeran a la salida ofreciendo sus servicios como conductores, traductores o simples guías. Apenas media hora en moto-taxi hacia el norte de la ciudad, en las afueras del hotel Ville Créole, donde pernoctan en sacos de dormir algunos reporteros, se oyen varios tiros a las nueve de la noche. Muy pocos se han oído hasta ahora si se tiene en cuenta que la policía no se deja ver en las calles y los presos de la mayor cárcel del país huyeron en la tarde del terremoto. A falta de una ayuda internacional mejor organizada, los haitianos han seguido practicando el arte de sobrevivir en las condiciones más difíciles, algo en lo que han venido ejercitándose durante gran parte de los 204 años desde que lograron la independencia.



A las cinco y media de la madrugada, media hora antes de que amanezca, empiezan a oírse los gallos y los perros. Hay comida en las calles. Poca, pero hay. A las seis, resuenan los cantos y oraciones de la gente que duerme en los parques y las plazas. Primero es una voz muy queda y muy triste, a la que se van uniendo otras. Después, cada uno a lo suyo.

Frente al palacio presidencial derruido, los jóvenes buscan tablones de maderas y cables de electricidad para sus casas. Unos hacen fotos a las ruinas y otros venden refrescos por menos de medio dólar la lata, o pasta de maíz. No han subido mucho los precios desde el terremoto. Donde sí proliferan las mafias es en la venta del agua para ducharse o lavar la ropa. "Me cobran medio dólar por dos cubos de agua al día", comenta Antonio Maitines, un dominicano casado con una haitiana y padre de dos hijas. El lugar de donde se provee es una tubería medio rota en un patio maloliente. Alrededor de ella, varios mafiosos organizan la cola.

El jefe de seguridad del palacio presidencial, quien prefiere no facilitar su nombre, explica que esta situación de calma tensa no va a durar mucho: "Muchos de nuestros policías han muerto o están afectados por el terremoto, mientras los bandidos andan sueltos y armados por las calles. El agua que se vende no es salubre. Hay baños portátiles en las calles, pero no dan abasto. La gente hace sus necesidades, echa encima basura y cuando se acumula mucha, la queman. Hay víveres, pero cada vez menos. Nuestro Gobierno ha hecho un gran esfuerzo por desarmar a las pandillas en los últimos años. Pero la población está volviendo a hacerse con armas. Si no empieza a llegar la ayuda, en una semana veremos que se matará en las calles por una simple botella de agua", advierte.

Durante su visita del domingo a Puerto Príncipe, la vicepresidenta del Gobierno de España, María Teresa Fernández de la Vega, declaró: "Ahora, es importante que los haitianos cojan confianza en sí mismos y que se impliquen en las labores de ayuda y en la organización por barrios". De momento, los haitianos parecen muy implicados en su propia supervivencia.

"Haremos todo lo que esté a nuestro alcance por Haití"

Entrevista a Leonel Fernández, presidente de República Dominicana, tras el terremoto que devastó al vecino Haití

Leonel Fernández, presidente de República Dominicana

El País. IBAN CAMPO | Santo Domingo. Leonel Fernández, presidente de República Dominicana, es el primer mandatario que visitó Haití tras el terremoto del pasado 12 de enero. En vísperas de la cumbre de donantes que se celebra hoy en el Palacion Nacional, ha repasado con EL PAÍS algunos aspectos de la tragedia y del futuro de Haití.

Pregunta¿Cómo analiza la situación cinco días después del terremoto?

Respuesta Ha sido una tragedia y en estos últimos días se han descubierto otras áreas afectadas. Originalmente, la distribución era lenta, se carecía de una estructura organizativa con la que distribuir a la población alimentos, agua potable, medicamentos. Eso está mejorando, como la utilización de equipos pesados para remover escombros y encontrar heridos rescatables. Era difícil movilizar todos los recursos internacionales. Pero hay que recordar que, al quedar suspendidas las comunicaciones internas, el Gobierno quedó desconectado. El presidente (René Préval) no tenía teléfono para conectarse con los ministros. Sobre la marcha se ha ido creando una estructura organizativa, y con toda modestia, República Dominicana ha jugado un papel clave con la Minustah (la Misión de Paz) en la fase inicial para poder atender las necesidades iniciales de la población.

P. ¿Qué ayuda específica presta su país a Haití?

R Somos los vecinos más próximos, compartimos la isla, hay un vínculo natural con Haití, al que estamos obligados a socorrer en caso de necesidad, como ha ocurrido ahora. El aeropuerto de Puerto Príncipe puede haberse desbordado y alguna ayuda tiene que pasar primero por la República Dominicana y ahí nuestro territorio es utilizado, sobre todo a través de la comunidad de Jimaní, para que las ayudas lleguen.

P.¿Hasta dónde puede llegar el apoyo dominicano?

R. Uno no sabe exactamente, si lo que está por venir es mayor que lo que hemos hecho. En los próximos días veremos hasta dónde podemos llegar, pero estamos dispuestos a colaborar en todo lo que esté a nuestro alcance para socorrer al hermano país de Haití.

P.Hasta ahora ha habido un éxodo a cuenta gotas, mayormente de heridos y de haitianos que viven fuera. ¿Teme que esto cambie en los próximos días?

R.La impresión que tengo es que no se convierte en un desafío o amenaza inmediata. En Puerto Príncipe no vi gente interesada en cruzar para aquí, más que los heridos que necesitan atención. Se ha planteado un campo de damnificados, pero del lado de Haití. El Gobierno brasileño ha montado tiendas de campaña de aquel lado, que es donde los haitianos quieren estar por proximidad con los suyos, con sus familias, relacionados. No ausentarse.

P.

¿Han tomado alguna medida extra en la frontera?

R.Hemos creado una unidad de apoyo logístico en Jimaní, pero no hemos visto señales de ese éxodo masivo que en los medios se insinúa o se sugiere.

P.¿Qué consecuencias cree que habrá a corto plazo para República Dominicana?

R. Seguir con la ayuda y facilitar su paso, y la atención hospitalaria. Esas son consecuencias inmediatas. Ahora bien, a pesar la tragedia, lo ocurrido puede convertirse en una oportunidad para que la comunidad internacional, por vez primera, haga un compromiso con el futuro de Haití, y siento un gran interés en contribuir para diseñar un plan de acción que permita proveer la asistencia técnica y financiación requeridas para que Haití pueda dar el gran salto hacia delante, que ya hoy día se entiende en todas partes que no puede seguir anclado en el siglo XIX cuando se ha entrado en el mundo de la modernidad.

P. ¿La reconstrucción de Haití puede ser un incentivo de regreso para aquellos que acostumbran a buscar su futuro en este país?

R.Los procesos de desarrollo toman tiempo y, aún con el apoyo internacional, tomará tiempo que Haití salga de su estado de abandono y miseria. En la medida en que, con el tiempo, logre progresar, la migración tendrá un incentivo menor y la República Dominicana ya encontrará las formas de hacer frente a las áreas laborales en las que participan los haitianos. El futuro lo irá indicando.

P.¿Alguna medida contra las epidemias?

R. Con el ministro de Salud hemos hablado de medidas preventivas para frenar a tiempo cualquier epidemia que se pudiera suscitar como resultado fundamentalmente de los cadáveres insepultos y nuestro ministerio está tomando medidas tanto en Haití como en República Dominicana para llevar a cabo estas medidas.

P. Usted estuvo con el presidente Préval dos días después del terremoto. ¿En estos días se ha imaginado en su lugar? ¿Para usted fue duro verlo como lo encontró?

R. Sumamente. Estaba desbordado por los acontecimientos, carente de recursos, incomunicado con su Gobierno, afectado en su propio hogar. Estaba atravesando unas condiciones inenarrables. Pero, al mismo tiempo, cuando vio nuestra llegada y cuando ha visto al mundo volcarse con su país, sabe que no está solo, que lo mejor del espíritu humano sale en estos momentos siempre en dirección de hacer una gran contribución. De manera que de la tragedia salen las oportunidades, de la oscuridad surge el amanecer y lo que hay siempre que tener, aún en medio de la desesperanza, es optimismo de que del futuro será mejor.