Informe. 2009 fue el peor año para el periodismo en el mundo. Bolivia es citado por el caso de Espada. El espionaje a los reporteros sigue siendo un arma muy utilizada por gobiernos.
Observados. Los comunicadores son víctimas de pinchazos telefónicos
ONG denuncia aumento de espionaje a periodistas
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EFE. Nueva York. El espionaje a los reporteros sigue siendo un arma muy utilizada por gobiernos, denunció el Centro para Protección de Periodistas en su informe sobre ataques a la libertad de prensa.
Argentina, Bolivia, Colombia, Cuba, Perú y Venezuela son los ejemplos señalados por el organismo independiente de defensa de la libertad de prensa en su informe anual Ataques contra la prensa.
“El espionaje tiene una historia desafortunada en la región”, señala el documento antes de recordar el sonado caso del servicio de inteligencia del Gobierno del ex presidente presidente peruano Alberto Fujimori.
En Bolivia, el Senado abrió una investigación en torno al caso de Juan José Espada, periodista de Unitel, que se hallaba aparentemente vigilado por agentes de inteligencia de la Policía.
El CPP aclara que el espionaje de periodistas no es un estigma exclusivo de América Latina y denuncia que Estados Unidos también lo padece. En Cuba, «el espionaje es un procedimiento de rutina. Agentes de la seguridad del Estado han sometido a periodistas y disidentes a una constante vigilancia durante décadas, interceptando y grabando sus conversaciones telefónicas».
Sin embargo, destaca que pese a que hay actualmente 22 periodistas presos en Cuba por delito de opinión, se está desarrollando una «vibrante cultura» a través de los blogs, pese al difícil acceso a la red Internet en la isla.
En Colombia, la revista Semana destapó un plan de espionaje urdido por funcionarios de primer nivel del Departamento Administrativo de Seguridad (DAS). Pero el CPP denuncia que hubo también más casos de espionaje en Colombia, entre otros contra W Radio, Radio Caracol, el matutino El Espectador y el programa semanal de noticias Contravía en Canal Uno.
En Venezuela, «las autoridades hacen pocos esfuerzos por ocultar su espionaje. Las conversaciones que involucran a opositores políticos del presidente Hugo Chávez y a sectores críticos del Gobierno son monitoreadas y registradas por el servicio secreto».
2009 fue el peor año para el periodismo en el mundo
Amenazas: periodistas protestan por el secuestro de un colega en Venezuela
La Prensa
Oficio: El Comité de Protección de Periodistas (CPJ) denunció que los periodistas sufrieron persecución. En la región, el narcotráfico amenaza a la prensa.
Nueva York / EFE.- El Comité de Protección de Periodistas (CPJ) aseguró ayer en su informe Ataques a la prensa en 2009 que el arresto de 90 informadores en Irán tras las elecciones presidenciales, la masacre de 31 periodistas en Filipinas o las restricciones a la libertad de prensa en Latinoamérica y otras regiones auguran un futuro “sombrío” para la prensa.
El comité, que trabaja desde hace casi 40 años en defensa de la libertad de información, recordó que al menos 71 periodistas perdieron la vida ejerciendo su profesión, lo que supone un aumento notable respecto del año anterior, cuando se documentaron 42 casos.
Un 75 por ciento de estas muertes fueron asesinatos deliberados, según el documento presentado ayer en la sede de las Naciones Unidas.
Además, 165 periodistas se encontraban en prisión a finales del año pasado, 40 más que en 2007. China, Irán y Cuba son los países donde hay más profesionales de la información tras las rejas, según el censo que mantiene la organización.
“El año pasado fue el peor año en el número de periodistas asesinados en los 37 años de historia del comité”, afirmó en una conferencia de prensa su director adjunto, Robert Mahoney.
Filipinas encabeza la lista de países más peligrosos para los periodistas a causa de la masacre de 31 profesionales, el pasado noviembre, en el sur de la isla de Mindanao, a manos de milicianos de un clan local.
Los autores del informe de 359 páginas, que cuenta con un prólogo del periodista Fareed Zakaria, hacen una mención especial a la grave situación de los profesionales de la prensa en Latinoamérica.
En particular, resaltan la trama de escuchas y seguimientos ilegales a magistrados, opositores y periodistas del Servicio de Inteligencia colombiano revelada el año pasado, y añaden que se enmarca en actuaciones similares llevadas a cabo en otros países de la región.
Aseguran que la vigilancia de periodistas y disidentes es una “práctica estándar” en Cuba, mientras que el presidente venezolano, Hugo Chávez, “disimula muy poco” el espionaje que su Gobierno hace a la prensa.
El informe sostiene que la intimidación a la prensa por parte de bandas criminales ha creado un vacío informativo en la cobertura de la lucha contra el narcotráfico que se libra en el norte de México. “Hay una guerra en la frontera que no se cubre, porque la mayoría de los medios mexicanos tienen miedo, y quién les puede culpar por ello”, apuntó Mahoney.
En cuanto a la represión de la libertad de prensa, el responsable del CPJ destacó la campaña desatada por el régimen iraní tras las elecciones del pasado junio, que dieron la reelección al presidente Mahmoud Ahmadineyad.
Mahoney estuvo acompañado en la rueda de prensa por el ex corresponsal de la revista Newsweek en Teherán Maziar Bahari, quien pasó cuatro meses en la cárcel acusado de espiar para gobiernos occidentales.
El periodista canadiense de origen iraní señaló que el objetivo del Gobierno es sembrar “la inseguridad” en los periodistas y utilizarlos en sus esfuerzos para desacreditar a la oposición.
“Como me dijo una de las personas que me interrogaron, ya se sabe cuál es la pena para el espionaje. La muerte, por supuesto”.
Bahari se unió al llamamiento del CPJ al secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, para que la organización le conceda una mayor importancia a la defensa de la libertad de prensa.
Sufren espionaje ilegal en la región
El espionaje ilegal a los comunicadores se ha convertido en una de las amenazas más serias en la actualidad para la prensa en América, donde persiste la intimidación del crimen organizado y de grupos ilícitos, y crecen también la censura y la autocensura, denunció ayer el Comité de Protección de Periodistas.
Esta denuncia forma parte del conjunto de riesgos y realidades que domina la parte americana del informe que el Comité de Protección de Periodistas (CPJ) presentó en Bogotá. En un encuentro con la prensa, el coordinador senior del Programa de las Américas de esta organización no gubernamental con sede en Nueva York, el argentino Carlos Lauría, explicó que en América Latina los periodistas afrontan la amenaza de la violencia física y la actitud de algunos gobiernos elegidos de manera democrática. “La violencia física sigue siendo el problema más grave”, apuntó Lauría, quien añadió que es un riesgo que se deriva de las amenazas del crimen organizado, en especial de los narcotraficantes, y al que se exponen tanto los periodistas en México, Centroamérica, Brasil y Colombia.